Se dio cuenta de su amor en primavera.
— Me gusta él —
Su pensamiento no quedó en su mente, fue un murmullo lo suficientemente audible para que la pelirroja a su lado le escuchase. Los labios del muchacho se curvaron producto de la vergüenza. Sus temblorosos dedos se aferraron a la cámara, buscando un soporte mientras le echaba la culpa al pasado invierno por su tiritar.
— ¿Quién es él? ¿El profesor de historia? —
Se impresionó ante la increíble audición de la fémina, quien pese a estar concentrada en el libro de cálculo, le escuchó a la perfección, aún sumergida entre las páginas repletas de problemas. La correa de la cámara alrededor de su cuello, le brindó una sensación de agobio. Cuidadoso, se aseguró de captar los mejores momentos del entrenamiento del equipo de baloncesto de su preparatoria, no quería escuchar los lloriqueos de Maximillian por errar.
— También, pero te hablo de Nathaniel — A través del lente, siguió los álgidos movimientos del chico. Admirando en silencio y a distancia, a su inalcanzable amor.
— ¿Nathaniel Hicks? — Ella despegó su atención por un breve instante, viendo al muchacho por el borde de su libro, sin poder borrar la expresión de aburrimiento de sus facciones — Es atractivo, pero un idiota. Ni te molestes, Aiden... es un desperdicio —
Él solo sonrió. No necesitaba advertencias, cuando su única acción sería apreciarle desde los bastidores, rezando por encontrárselo de casualidad en los pasillos, viviendo al máximo sus unilaterales sentimientos platónicos, nunca atreviéndose a cruzar sus caminos.
— Es un desperdicio porque es hetero. Jugamos en equipos diferentes — dijo, revisando las últimas fotografías, deshaciéndose de aquellas más borrosas — Quizá tú podrías gustarle, eres hermosa, Rose —
Negó en medio de un suspiro, la idea de su mejor amigo era desagradable — Voy a obtener los mejores puntajes académicos estos dos últimos años, la beca universitaria es mi única meta — sus largos y finos dedos se deslizaron por la hoja, evitando que el viento colándose por la ventana, le hiciera perder la página — No quiero ningún cursi romance adolescente que me distraiga de mi futuro. Necesito muchos créditos, no amor —
Aiden se encogió de hombros, sin replicar los argumentos de Rose. Ignoró la ventisca sacudiendo su castaña melena, porque sus sentidos se enfocaron en el envolvente aroma de las flores del jardín cercano al gimnasio.
Casi satisfecho, decidió tomar una última fotografía para el club de periodismo. Maximillian no podría quejarse si le llevaba unas doscientas, aunque ciento noventa y nueve estuviesen mal hechas. El lente enfocó a Nathan, respondiendo a los deseos de su enamoradizo corazón. Un crush de preparatoria no le haría daño.
— Ni tuyo, ni mío, ni de nadie —
La fotografía salió borrosa. Quizá doscientas fotos mal tomadas si eran un problema.
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Syntax Error
RomanceTu crush no te puede pedir ayuda para conquistar a tu mejor amiga, ¿verdad? Aiden jamás esperó ese error de cálculo