La hermosa chica su lado, plácidamente dormida, aferrada a su brazo con sus dos manos, el tirante de su camisa deslizándose hacia su hombro y su azabache cabello desparramado en la almohada, impregnando la tela con el floral aroma de su acondicionador, no alteraba sus latidos.
Aiden jamás se sintió atraído por alguna mujer, Cherrie no era la excepción.
Cuidadosamente, con la yema de sus dedos sosteniendo la delgada tira, jaló de está para acomodarle la blusa a su amiga, procurando enrollarla en la colcha.
— ¿Cherrie? — Pronunció su nombre con delicadeza, esperando en medio del silencio una respuesta que llegó en un leve ronquido.
Por alguna razón, su inconmensurable sueño se había desvanecido, dejando el insomnio en su lugar. Su percepción del tiempo se volcó, ralentizándose, diez minutos parecían una hora y una hora parecía una eternidad.
Cansado, se mintió a sí mismo, creyendo que la lectura podría regresarle las ganas de dormir. Dos insatisfactorias horas después, yacía arrodillado junto a la ventana, apreciando aquello que la luna llena le dejaba ver.
Gracias a la interrupción de Cherrie, la llamada de Nathaniel seguía siendo un enigma, por ello su subconsciente le traicionó. Su entorpecido cerebro reaccionó hasta el tercer repique resonando en su tímpano. Avergonzado, estuvo por colgar, hasta que la voz de Hicks sonó a través de la bocina.
— ¿Qué haces despierto a las tres de la mañana, Aiden? —
El ruido de los alrededores se colaba en la llamada, música y personas hablando a los gritos, considerando la fecha, no era una locura que estuviese en una fiesta.
— No conduzcas borracho. En realidad, no deberías beber, no si quieres estar en condiciones para tu pelea. ¿Siquiera duermes? — empezó a musitar, recostando su cuerpo a la pared junto a la ventana.
— No estoy bebiendo, estoy trabajando. Los fines de semana duermo toda la mañana y la tarde —
Aiden podía imaginar la mueca de mofa de Nathaniel.
— No sabía que trabajabas — nervioso, trazó figuras sin tinta con la punta de su dedo sobre su muslo.
— Casi nadie lo sabe, solo Erza, Cherrie y tú. Mi tía tiene un pub, le ayudo los viernes y fines de semana — dijo, mientras el escándalo se diluía, solo dejando su voz — ¿Ya vas a decirme qué haces despierto?, ¿cuál es tu excusa? —
— Insomnio — se encogió de hombros con aires de simpleza — Entonces pensé en molestarte, ahora me siento mal por interrumpir tu trabajo — miró a la chica en su cama removerse, deslizando las sábanas hacia abajo, provocándole cierta gracia.
— En realidad, mi descanso está por comenzar. ¿Tienes un sexto sentido por ser mi tormento? — Bromeó en medio de una corta risa profunda.
— Podría tenerlo — sonrió unos instantes antes de suspirar — ¿Para qué me llamaste en la tarde? —
— ¿Cherrie realmente está durmiendo en tu cama? —
— La está disfrutando más que yo — murmuró, mirando a través de la ventana, las nubes que pasaban por debajo de la luna, oscureciendo la estancia, ayudándole a la voz de Nathan a adormecerlo — Aunque estar despierto para escucharte tiene su encanto —
— ¿Estás coqueteando conmigo? —
— Todo el tiempo. ¿Funciona? Mejor no me digas, amo la felicidad de la ignorancia — el frío del cristal le mantenía despierto, un toque de melancolía le abrigó y la suave respiración de Hicks terminó de calmarlo.
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Syntax Error
RomanceTu crush no te puede pedir ayuda para conquistar a tu mejor amiga, ¿verdad? Aiden jamás esperó ese error de cálculo