Capítulo 3:

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Emma.

Quedo paralizada ante él, mis piernas no dejan de temblar y mi corazón parece que en cualquier momento saldrá disparado.

Tengo miedo, quiero llorar, gritar, correr lejos pero no puedo. Estoy inmovilizada.
Atrapada en su mirada y en la manera en cómo me detalla, haciéndome estremecer, sentir vunerable... Y extrañamente atraída.

— No puede ser — dice nuevamente y para mí sorpresa siento una caricia en mi brazo que hace que toda mi piel se erice.

Y eso es de cierta forma excitante.

—Eres tú. — la manera de hablarme me deja un poco aturdida.

¿Por qué me habla con tanta delicadeza?, ¿Que quiere decir? No entiendo nada...

— ¿Acaso estaré soñando?, ¿Eres real?— balbucea provocando que quiera lanzarle un ladrillo.

Si voy a morir, entones lo haré de la mejor manera.

<<Modo: A morir con estilo>>.

— ¡Si soy real, idiota! — digo— ¿Acaso estás drogado o qué demonios? Si ya me encontraste porque no terminas tu trabajo antes de que me dé ganas de darte una bofetada.— el parece sorprendido al igual que yo.

<<No sé lo esperaba, ¿Eh?>>.

Pero seamos sinceros sus balbuceos me ponían nerviosa.

—¿Te has quedado mudo?— digo enojada al ver que no responde.— ¿O vas a matarme ya por estar de espiona?.

Enseguida se escuchan pasos a nuestra dirección, <<este es mi fin>>.

<< Moriremos hoy, hermana >>

—Ven — con una rápida maniobra me cubre la boca y me arrastra hacía una habitación, la cual por lo que puedo ver, es un salón.

Ambos nos quedamos acorralados contra la pared, mi espalda queda pegada a su pecho y contengo la respiración al sentir ese calor que emana de su cuerpo.

Intento alejarme, pero él me lo impide y me ajusta más a su cuero sin dejar de cubrirme la boca.

— Sshh. — susurra poniéndome la piel de gallina.

Dios porque tiene que pasarme esto, ¿Porque?.

<< ¿Será porque eres una curiosa? >>

Olvídate de eso... No sé que clase de mafioso o ladrón sea este pero su perfume huele divino.

<< Pervertida>>

Intento no moverme ni un poco cuando escucho pasos cerca.

El miedo me congela y cierro los ojos con fuerza.

—¿A dónde fue?—dice uno de los hombres.

— No lo sé. Hay que encontrarla.

— Quizás ya se ha ido. Déjenme investigar este asunto. — y tras eso sus pasos se alejan y yo me relajo.

¡Se fueron!

Abro los ojos con lentitud y aún asustada para luego soltar un pequeño suspiro de alivio que queda atrapado entre sus manos e intento volver a apartarme de él, pero otra nuevamente no me lo permite.

¡Este hombre!

—Aún están cerca, lo sé. —susurra en mi oreja y vuelvo a sentir mi piel erizarse .

¿No conoce el espacio personal?, ¿No cree que está muy cerca?

Él aparta lentamente su mano de mi boca y yo suelto otro suspiro al saber que eso significa que esos hombres ya se han ido.

Antes de ti. (En Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora