Capítulo 4:

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Emma.

Lo observo con el ceño fruncido esperando respuesta pero él solo sonríe como un angelito lo que me fastidia un poco pero enseguida me pierdo en esos hermosos ojos azules, los cuales me recuerdan a él.
El chico Oscuro.

¿Será él?

<< Eso no podremos saberlo....>>

Lo observo detalladamente intentando buscar alguna pista que me demuestre si será el misterioso chico de anoche o solo me lo estoy imaginando.

Lleva una camiseta blanca y un mono azul marino con unos deportivos negros, muy casual.
Es un look bastante despreocupado teniendo en cuenta que en esta Universidad mayormente van niños ricos.

No por algo es la mejor Universidad, tiene ambas cosas: niños ricos y muy buenos profesores.

— Soy Ken Anderson. — dice extendiendo su mano mientras con la otra sostiene sus libros . —  Es un placer conocerte, Emma. — lo vuelvo a mirar mal al escucharlo llamarme por mi nombre. — Y no temas, trabajo en ocasiones como ayudante y ayudo a los profesores por lo que pude ver tu nombre en la carpeta de aprobados.

Tomo su mano con desconfianza y él me sorprende besando mi mano.

¿Quien demonios es este chico?

<<No sé, pero ya me calentó>>.

¿Ah? ¡A ti todo te calienta!

— Bienvenida. — me guiña el ojo.—  ¿Estudias medicina? — dice señalando el salón y yo solo asiento aún asombrada.

— Adelante, my lady.

¿My lady? Wahoo. ¿De dónde ha salido este chico de historia de amor juvenil?

<< Seguro que ha salido de algún libro de romance rosa>>

Sonrío y entro al salón el cual es enorme, con sus respectivas mesas y asientos blancos muy lindos.

Parece como sacado de una película de princesas.
Todo es lujo y decoraciones doradas y blancas.

Al menos tendré un salón lindo y no es que haya vivido en pobreza, pero tampoco llegaba a éste nivel.

Menos mal conseguí una beca...

Al fondo hay un pizarrón y un escritorio. Aún no ha llegado el profesor así que aprovecho para sentarme y leer un poco en Wattpad mientras espero.

Ni siquiera ha pasado 20 minutos cuando Ken regresa al salón y se sienta a mi lado sonriendo como un angelito cosa que me causa gracia.

— Te ví sola y quise sentarme contigo, my lady. — no puedo evitar que mis mejillas se calienten al oírlo llamarme así.

—  Gracias, Ken Andreson.

— Solo Ken, linda, solo Ken. — dice y asiento sin dejar de sonreírle.

— Está bien, Ken. Gracias por sentarte conmigo eso es muy considerado de tu parte.

El me regala una hermosa sonrisa que derrite mi pobre corazon de pollo.

— Una chica tan linda no puede estar sola.

Es tan lindo. Dios.

<< Yo ya me enamoré >>

Qué raro tú.

Antes de que pueda responderle a Ken un hombre de cabello castaño y aparentemente de unos 30 años con un gran atractivo y mirada sería entra al salón provocando que más de una suelte un suspiro ante tal profesor tan guapo y sensual.

Antes de ti. (En Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora