Capítulo 35

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Carol.

Permanezco en mi habitación mirando las fotos, fotos viejas de Anna y de mi, aún no puedo creerlo.

¿Cómo es que mi mejor amiga está envuelta en algo tan turbio? Es una asesina... Mi Anna y ahora Emma...

Me siento como si fuese estado en un sueño todo este tiempo.

Y no puedo hacer nada...
¿Cómo auxiliar a quien rechaza la ayuda?
¿Cómo salvar a quien disfruta beber del veneno que hay en su copa?
¿Cómo ayudar a quién elige su propia carcel?
¿Y cómo liberar a quien le divierte  bailar con el diablo?

<< Es imposible >>

Unos golpes en la puerta me despiertan de mi propio mar de pensamientos y rápidamente guardo las fotos antes de acercarme.
Por un momento me entra un escalofrío extraño, pero decido ignorarlo y abro la puerta, nada más para encontrarme con un Ken empapado y herido.

Suelto un grito asustada al ver como la sangre corre por su brazo izquierdo, tiembla y parece que en cualquier momento se desmayara.

— ¿Ken? —este hace un esfuerzo por sonreírme.

— ¿Que tal, bonita?, ¿Te han dicho que pareces un ángel o solo me estoy muriendo?

— ¡No digas esas cosas! — le hago señas para que entre y lo intenta pero a medio camino noto como pierde el equilibrio y antes de que bese el suelo lo abrazo con fuerza.

— Te vas a ensuciar... Tonta...

— ¿Te estás muriendo y lo único que te preocupa es que me ensucie? Eres un idiota.

— No puedo permanecer mucho tiempo aquí, podría venir alguien.

— Vamos a tu habitación, no hay mucha gente a esta hora, los pasillos estarán solos. — el asiente y ambos caminamos lentamente hasta llegar a su habitación.

No sé de dónde carajos he sacado tanta fuerza para ayudarlo, pero por fin llegamos y lo dejo caer en su cama para buscar el botiquín que siempre tiene guardado.

— Se nota que conoces bien dónde guardo mis cosas. — susurra sin energías al verme encontrar el botiquín.

Lo ignoro y me siento a su lado.

— Necesito que te quites la camiseta empapada.

— ¿Quieres aprovecharte de mi? — sonríe de una manera extraña, aunque sospecho que solo quiere parecer tranquilo antes la situación en la que se encuentra.

— Mejor quítate todo. — lo ignoro pero es casi imposible al escucharlo soltar una risita ronca y sexy.

Creo que con solo escucharlo  reír mi boca se ha secado.

Suelto un suspiro y giro mi rostro para encontrarme con su mirada fija en mi, esa mirada la cual es culpable de todos mis suspiros y lágrimas... Ahora me mira como si le hubiera dicho alguna cosa indecente. Se muerde el labio inferior y me toma de la nuca para acercarme a su rostro lo mas posible.
Tanto que tengo que tragar grueso por la cercanía y puedo jugar que mis mejillas se han teñido de rojo.

— Si quieres que me desnude tiene que ser mutuo, preciosa. — ¿QUE? — Quiero ver tu cuerpo, muero por besarlo ahora mismo, ¿Puedo?

Sus simples palabras aceleraron mi corazón de manera exagerada.

¿Esto es real?, no, no, no. Ken no puede estar jugando conmigo así.

Intento alejarme pero quedó paralizada cuando esté besa mi mejilla y noto sus calientes labios dar suaves besos por todo mi rostro.

Antes de ti. (En Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora