Capítulo 36

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Emma.

Quedó congelada, mis nervios me impiden hablar y puedo notar como Christian tensa la mandíbula y nos nos lanza una mirada fria, aterradora y llena de ira.

— Emma no tiene problemas con eso; de hecho, creo que disfruta mi tacto — responde Peter y enseguida lo fulminó con la mirada.
¿Cómo puede decir eso? Me dan ganas de lanzarle las flores a la cara.

<< En primer lugar, ¿Para que las llevas? >>

— Claro, lo puedo notar por esa mirada asesina que Emma acaba de lanzarte — se burla Chris.

Veo como Peter parece incomodarte y aprovecho para alejarme de él, pero el me mantiene a su lado.

— Dije que la sueltes... — gruñe y su palpable mirada llena de furiosa me asusta. Así que, antes de que se lance sobre Peter, decido actuar.

— Peter, suéltame. — él me mira como si estuviera loca, sin poderse cree que este del lado de mi novio, pero que esperaba...

— Ella no tiene porque obedecerte.

— ¿Tienes problemas auditivos? Suéltala o perderé la paciencia. — amenaza con su voz llena tensión.

— ¿Y que me harás? — lo reta y creo que me dará un infarto.

¡¿Por qué lo provoca?!

Christian suelta una risita burlona que me eriza la piel; da miedo...

— Te mataré. — sentencia con firmeza, y sé que podría ser capaz.

<< ¿Y no te asusta? >>

No lo sé...

Al oírlo, Peter aparta sus manos de mí, rindiéndose. Me alejo de él y voy hacia Christian, quien no duda en tomarme de las mejillas y mirarme directamente, como si estuviera examinando si me encuentro bien.

— Vámonos. — me toma de la mano.

— ¿Crees que tienes algún poder sobre ella? — Christian se detiene y debo confesar que en estos momentos odio a mi mejor amigo.

— No, no lo creo. — habla pausado y lento. — Yo tengo poder sobre ella.

¿Que demonios...?

<< Joder, besalo >>

¡No!

— Tú...

— ¿Puedes ahorrarte el drama? — dice, soltándome la mano para acercarse a Peter, quien no retrocede; al contrario, parece retarlo con la mirada —. Agradece que ella está aquí o te mataría

Trago grueso, algo asustada.

<< Recuerda que tú chico es un asesino>>

Cállate.

— No se te ocurra tocar a mi novia.

Con eso, me toma de la mano y la besa, con mirada fija en Peter, como si lo desafiara. El beso es rápido pero logra calentar mis mejillas ante su acto. Luego sonríe con malicia, noto una chispa de desafío en sus ojos, y me guía hacia un deportivo negro, mientras una mezcla de miedo y emoción recorre mi cuerpo

¿Que diablos acaba de pasar?

— Entra —  quiero protestar y decir que estoy cansada de esto y quiero dormir, pero contradecirlo ahora solo hará que las cosas se compliquen más.

Entro y el cierra de un portazo haciendo que me asuste un poco.

Ok, esa a sido su demostración de cual enojado anda.

Antes de ti. (En Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora