Capítulo 25

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Emma.

Abro los ojos despacio pero un terrible dolor de cabeza hace que los cierre con fuerza.

Vuelvo a abrir los ojos y miro a mi alrededor, todo da vueltas en mi pequeña habitación de la Universidad.
Me levanto con la misma lentitud de antes y aunque todo a mi alrededor gire trato de ignorarlo y camino como un zombie hasta el baño.

Me siento extraña...

Cepillo mis dientes y lavo mi rostro para regresar a la habitación y buscar mis cosas para una pequeña ducha rápida.

¿Por qué todo me parece un sueño?

Cuando voy de regreso noto un pequeño papel pegado a un lado de la puerta del baño.

¿Estaba esto aquí antes?

¿Tan perdida estoy?

Enseguida se que es una nota de Carol, es obvio al ver tantos colores rosa y naranja juntos.

Buenos días, dormilona.
¿A dónde te fuiste esa noche? Tienes que contarme.
Te espero en la cafetería a las 10 para comer juntas, fui a buscar a Anna.
Besos >>3

Sonrió y dejo la nota a un lado.

Miro el reloj y aún falta para las 10.

Sigo mi camino al baño y todo se siente tan extraño, como si hubiera olvidado algo, como si todo hubiera cambiado pero no sé exactamente que es...

Siento mi cuerpo pesado, cansado y adolorido.

Sigo queriendo ignorar lo extraño que sucede y saco mi pijama para meterme en la ducha, pero al sentir el agua caer por mi cuerpo un grito escapa de mis labios:

— ¡AH! ¡Joder, duele!

Salgo y me miro al espejo y lo veo...

Mi espalda está cubierta de rasguños profundos y moretones...

¿Por qué está así?

¿Mi padre me volvió a golpear?

No, el no está aquí...

¿Qué demonios ha pasado?

Con cuidado me doy una ducha, mi cuerpo arde al sentir el agua caer por el.
Termino y me coloco alguna pomada para vestirme tan rápido como pueda.

Necesito respuesta.

¿Que me pasó?

¿Y porqué no recuerdo nada?

Me observo en el espejo ya vestida y mi aspecto le daría asco a mi madre.

Llevo una camiseta holgada negra y unos pantalones algo anchos y mis necesarias y amadas botas.

No es un estilo tan femenino pero no me desagrada para nada.

Me maquillo lo más rápido que puedo y al terminar de aplicarme rubor en ambas mejillas tomo mi bolso.

Estoy a punto de irme cuando noto... En mi escritorio algo que parece un lápiz pero se que no es eso.

Me acerco y lo tomo entre mis dedos examinandolo con detalle y como si mis dedos recordarán lo que yo no puedo presiono un pequeño botón y una filosa y linda hoja afilada sale a la luz.

Es una daga.

Alguien me la obsequio...

¿Quien?

<< PIENSA, PIENSA. >>

¡Ya lo entiendo...!

Dejo caer la daga al suelo y doy dos pasos hacia atrás mientras comienzo a recordar e imágenes aterradoras regresan a mi mente.

Antes de ti. (En Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora