Pokémon SV: Camino de vuelta a casa. [Lectora x Damián]

capitulo 11 - Entre lágrimas.

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— ¡Damián!

Juliana corrió hacia el chico, se arrodilló frente a él, Damián la miraba a los ojos sin poder decir algo. Mabosstiff se acurrucó al lado de su entrenador, quién tomaba bocanadas de aire ante la situación.

— Damián... Respira...

Mabosstiff se acostó al lado del chico, lamió su mejilla intentando limpiar sus lágrimas. Juliana tomo las mejillas de Damián, el estudiante solo hacía pausas para tomar aire, no podía detener su llanto de ninguna manera. La chica limpia sus lágrimas con cuidado.

— ¿Por qué...? ¿Ellos...?

— Damián...

— ¿Por qué todo tuvo que ser así Juliana? ...

Damián tomó las muñecas de Juliana quién tenía sus manos sobre las mejillas del chico, las manos de Damián temblaban mientras articulaba las palabras.

— Damián... ¿Qué sucede?

— ...

El chico tomo uno de los libros, lo miró y lo abrió, leyendo una entrada con la voz temblorosa.

— La investigación ha dado sus frutos: La máquina del tiempo es un éxito rotundo. He logrado traer a un Pokémon de otra época...

Damián hizo una pausa. Tomo aire y continuó.

— ... Y, por si no fuera suficiente motivo de alegría, la vida nos ha bendecido con un tesoro.

Tomó otro libro y continuó.

— He logrado traer a muchos más especímenes de Pokémon de otra época tras la llegada del primero. Cada vez estoy más cerca de recrear lo descrito en el libro: un paraíso donde los tres seremos felices para siempre.

Con lágrimas, dejo el libro y continuó con otro del mismo aspecto y continuó.

— Necesito más personal. Más tiempo. En cuanto el niño vino al mundo, mi pareja me abandono.

— ... Damián...

— Necesito encontrar a alguien, pero no sé cuánto tardaría en confiar en esa persona. En explicarle todo lo que necesito para que sepa para ayudarme...

— ...

— Ojalá pudiera dividirme en dos.

Ambos se quedaron en silencio por unos minutos. Cruzaron miradas y Damián rompió a llorar nuevamente. Juliana limpiaba las lágrimas de su compañero, mientras que Mabosstiff intentaba animar a su entrenador, quién solo podía balbucear incoherencias por la falta de aire.

Damián sostenía las muñecas de Juliana, la chica se acercó a él en busca de consolarlo con un abrazo, pero él solo quitó las manos de Juliana de su cara con delicadeza.

El chico tomo la mano de Juliana, entrelazando sus dedos mientras la miraba con los ojos cristalinos; Damián era otra persona, sus ojos rojos reflejaban su desesperanza y dolor ante toda la situación, sabiendo que solo fue algo que no debía suceder. Sus padres, profesores reconocidos en toda la región por sus descubrimientos, se enfocaban en sus proyectos antes de la vida de su hijo.

Aún tenía varias cosas en la cabeza, la máquina del tiempo tenía otra intención a traer especímenes de otras épocas, tenía la intención de crear un paraíso... Para él y sus padres, pero nada salió como debía.

Sus padres se separaron, uno había muerto y el otro desapareció hace tantos años que se dijo a sí mismo que también había muerto. Sus ojos ya no reflejaban la rabia que sentía desde el principio, ahora estaba destrozado en el suelo de la máquina del tiempo, llorando por mamá y papá, quienes por más que ruegue a Arceus, jamás estarán con el de vuelta.

Damián dio un largo suspiró y miro a Juliana; la chica tenía los ojos cristalinos, al borde del llanto, aun sin soltar sus manos de las de Damián. El chico volteo a ver a su Pokémon, quién sin dudar se colocó a su lado dando su apoyo a la situación.

La estudiante dejó salir leves sollozos ante la situación, tenía un nudo en la garganta más grande. Damián volteó a verla al momento que escuchó los sollozos.

— No... No... Lo siento muchísimo...

— Damián... ¿Cómo...? ¿Cómo puedes disculparte?

Juliana guardó silencio por unos minutos, la situación de Damián era peor de lo que podía imaginar al principio y el chico, pese a estar visiblemente roto, emocionalmente actuaba como si nada, consolando la pena de la chica, aunque sus ojos mostraban el dolor de su corazón.

— ¿Cómo puedes actuar como si todo esto fuera tan poco...?

— Juliana...

— Esto es horrible...

— ... Lo sé. —Bajo la cabeza, mirando las manos de ambos con los dedos entrelazados.

— No merecías nada así...

— No merezco ni siquiera tener amigos a este punto. Son demasiado para mí, noa, mencia y tú... Ni siquiera si conquisto el mundo estaré a su altura, son mejores que yo en todo. Tal vez por eso creyeron que estaría bien sin supervisión, así me acostumbraría a la soledad.

— ...

Damián tomó las manos de Juliana, la miro a los ojos nuevamente.

— Estoy agradecido con que me permitieras ser tu amigo y de ayudarme en todo esto. Pero siento algo diferente cada vez que te veo, ya no es como las demás amistades.

— Damián ...

— Pienso que son celos, ojalá pudiera hacer cosas tan grandiosas como tú. Eres una chica maravillosa.

— No digas cosas así...

— No puedo evitarlo... Juliana. Eres diferente a todas las personas que he conocido.

Juliana expresó confusión, el corazón de Damián latía tan fuerte que el chico tenía la sensación de que estaba por escupirlo.

— Me haces sentir vivo. Querido, como si fuera un pequeño niño que sale a jugar acompañado de sus padres.

— ...

— Desearía ser alguien como tú.

— Damián...

— Y cada vez que te veo... Cada vez que cruzo miradas contigo no puedo resistirme a apreciar cada facción de tu rostro, he contado cada pestaña de tus ojos porque adoro mirarlos y cada momento del día que paso contigo me hace sentir único.

Juliana se ruborizó levemente, dejando caer unas lágrimas.

— Si no fuera un desastre, no te haría llorar así. Lo lamento tanto, no quería que estuvieras involucrada en esto. Es difícil, pero gracias por la intención.

Damián abrazó a Juliana sobando su espalda, el estudiante estaba experimentando algo dentro de sí que jamás había experimentado con otra persona. Era el primer amor en su estado puro, pero Damián aún no lo descifraba. El enamoramiento había florecido completamente en su corazón.