capitulo 29 - Damián y Juliana.

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La puerta de la habitación del estudiante abriéndose despertó a Mabosstiff quién estaba recostado junto a la cama. Era Damián, el Pokémon se levantó y corrió hacia su entrenador con rapidez y esté le dotó de caricias hasta el cansancio.

El entrenador tenía una gran sonrisa casi de oreja a oreja y su Pokémon expresaba su alegría mediante ladridos. El estudiante sentía su corazón latir tan fuerte al mismo tiempo que sus mejillas se tornaron de rojo, aquel peso que lo había estado acompañando por tanto tiempo había desaparecido.

Mabosstiff se mostraba alegre de que su entrenador volviera, sabía que él iba a salir, pero no saber sobre Damián durante tanto tiempo lo había preocupado.

— Tengo mucho que contarte. ¡Pude decírselo! ¿Puedes creerlo amigo? —Sonrió cerrando la puerta, arrodillándose frente a su compañero.

Por otra parte, aún mantenía la duda sobre si Juliana sentía lo mismo que él. Aunque, a su vez, no quería una respuesta apresurada porque prefería escuchar palabras salidas del corazón antes que una mentira.

Tampoco tenía mucho por qué enojarse, era un sucio mentiroso. Podía nombrar una gran lista de mentiras y no se sentía orgulloso de ello.

Pero era su forma de afrontarlo.

Acurrucados en la cama, Mabosstiff y Damián almorzaban disfrutando de la presencia del otro. El estómago de Damián estaba revuelto de emociones, aquellas indescriptibles, pero que toda persona la cual ha experimentado el amor romántico ha sentido.

Su confesión no fue la mejor, objetivamente podía hacerlo mejor, aunque eso no bajo sus ánimos y mucho menos sus esperanzas de aceptar lo que podía venir a futuro, debía ser fuerte; no solo para él, sino para Juliana, Mencía y Noa.

Fue ahí que recordó la plática que tuvo con Noa. Aún debía comentarle lo sucedido, sin prisas, debería estar más calmado para ese momento.

¿La vida le estaba sonriendo de nuevo, o él le sonreía a la vida?

El Pokémon se acurrucó en los brazos de su entrenador, Damián miraba el techo de su habitación aun con algo de esperanza... Sea lo que sea que estaba por suceder los siguientes días, mantenía la fe de que los meses en los que fue miserable ya no volverían.

Besó la cabeza de su compañero y continuó acariciando al Pokémon, como cuando era un niño pequeño. Cuando Mabosstiff era un Maschiff recordaba poder abrazarlo por completo con ambos brazos... Y ahora que era un Mabosstiff, aún le costaba cerrar el abrazo por el tamaño del Pokémon.

Eran sus abrazos favoritos de niño y ahora siendo casi un adulto lo seguirían siendo. El pelaje suave contra su piel, la respiración de su Pokémon y sus ladridos habían sido su compañía la mayor parte de su vida.

Y aunque odiaba su infancia, si tuviera que vivirla de nuevo solo para tener a Mabosstiff nuevamente en sus brazos, viviría cada experiencia desgarradora solo para tenerlo junto a él.

Porque era más que una familia para él, incluso en términos de una familia de televisión; perfectas y sin conflictos. Mabosstiff para él era un amigo. Un amigo leal que jamás lo abandonaría y por supuesto, ese pensamiento era mutuo.

De sus mejillas brotaron las lágrimas, tomó aire y comenzó a llorar de alegría mientras se aferraba a su Pokémon. Finalmente, se sentía como una persona normal.

Por otra parte, Juliana se encontraba en su habitación mirando la televisión. ¿Por qué su corazón se aceleraba al pensar en esa situación? Si ella no sentía algo por Damián más que amistad, ¿era por lo repentino? ¿Por qué no era como las demás declaraciones que había recibido? ¿Por qué no era capaz de decirle no?

Se acurrucó entre las sábanas, deseando saber la respuesta. Pues su corazón suplicaba alguna pista o algo, ¿y si realmente no lo miraba como un amigo?

Damián era un caso especial, sin dudas.

Tendría que consultarlo seriamente consigo misma, ¿cómo él era capaz de amarla de esa manera? ¿Y si realmente no era amor?

Suspiró. Tenía toda la apariencia de ser amor y no algo que se había invitado en el momento, incluso si Damián es malo mintiendo, esta vez era diferente.

Recordó sus sentimientos al imaginar su salida como una cita, su respiración se aceleró, sus mejillas se tornaron de rojo mientras colocaba la mano en su pecho, parecía que su corazón iba a escapar por su garganta, pues era capaz de sentir a la perfección los latidos.

¿Damián realmente era un amigo para ella, o su declaración había despertado algo en ella?

Sea lo que sea, tendía que pensarlo mucho. Intento recomponerse, aunque tener que verlo todos los días haría el proceso más difícil.

¿Qué debía hacer ella ahora?

Miro al techo, como si eso fuera a darle una respuesta. Sus aventuras en Paldea la habían hecho una chica fuerte, pero ninguna la preparo para algo así.

Pensaba en su amigo, en lo agradable de su sonrisa, lo suave de su cabello. Lo conocía tan íntimamente y podía decir a la perfección que era incapaz de jugar con los sentimientos de alguien más de manera intencional.

Las especias ocultas, salvar a Mabosstiff, el viaje al área cero. Todas esas cosas le hicieron ver a Juliana que Damián, pese a lo que creyó sobre él al principio, era un chico agradable y con quien puede pasar las tardes hablando o admirando el paisaje junto a él.

Dejo salir una sonrisa, se detuvo cuando sus mejillas estaban entumecidas. Damián era solo un amigo para ella... O eso es lo que creía unos días atrás.

Aunque ahora ya no estaba tan segura.

Pokémon SV: Camino de vuelta a casa. [Lectora x Damián]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora