capitulo 28 - Sentimientos.

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— No sabe nada mal, pensé que estaría muy salado... Nunca pensé en helado salado.

— ¿Y yo soy el tradicional? Estoy seguro de que solo pides sabores dulces.

— Son mis gustos, ¿Sí? No tiene nada de malo disfrutar de lo dulce.

— No dije que fueran malos, te recuerdo que mi sabor favorito es el de fresa.

— Solo hay que terminarse el helado. Antes de que dolo quede la sal.

Ambos disfrutaron de ese y de los demás helados, entre leves risas y conversaciones no muy largas. La brisa de aquella tarde de vez en cuando les hacía compañía en esa especie de «cita». Damián esperaba el momento indicado para decirle a Juliana lo que sentía, pero cada vez que lo intentaba no podía decir algo más que un simple comentario sobre el helado que compartían.

— Helado de mango... Creo que nos dolerá el estómago después de tanto helado.

— Al menos lo habré disfrutado, ¿tú no?

— Supongo que dependerá de que tan fuerte sea el dolor de estómago.

El tiempo pasó, los helados se acabaron y sus estómagos estaban llenos. Se encontraban en un ambiente calmado y agradable, en esos momentos del atardecer donde aprecias más lo que significa vivir.

— Espero que tengas planes de ahorrar, desembolsamos 11,400 ₽ fijos.

— Siempre gasto cantidades así, no me preocupa tanto.

— Cosas de campeona, supongo. Siempre con los bolsillos llenos... Pero con el más barato equipo de cocina que pueda existir.

— No es mi prioridad la cocina, prefiero comprar otras cosas.

— ¿Y los helados?

— Sí... Pero fue por una causa importante. Además, tampoco suelo cocinar para mí misma tan seguido, tal vez una vez a la semana.

— Igual no espero tanto de ti respecto a eso, siempre dejas de lado la tapa del pan en un bocadillo.

— ¿Es eso un crimen?

— Desperdiciar la oportunidad de un bocadillo perfecto debería serlo. Para mí ya lo es. Por cierto, ¿has encontrado tu helado favorito?

— Bueno... Todos los sabores eran muy buenos... ¿Sabes? No creo que pueda decidir alguno...

— Supongo que tienes permitido tener un par de favoritos...

— O tal vez todos... ¿No?

— Eso espero, porque dejaste mis bolsillos vacíos. Al menos sé que disfrutaste el helado, con eso me basta. —Suspiró, sabía que era el momento.

Damián miró a Juliana de reojo, quién sonreía dulcemente sin notar la atención que Damián tenía puesta en ella.

— Tengo que decirte algo.

— ¿Eh?

— La razón de esta cita, ya sabes, a eso veías... ¿No?

— Cita... —Juliana escuchaba esa palabra una y otra vez en su cabeza.

Juliana sintió una punzada en el corazón, algo que Damián notó, tal vez podría habérselo guardado, pero tenía que ser honesto y dejar de evadir la verdad.

— ¿Cuál es el motivo?

— Juliana. —Paso saliva, tendría algo de tiempo para encontrar las palabras adecuadas. — ¿Alguna vez has sentido algo especial por alguien? ¿Tu cuerpo alguna vez ha experimentado esa sensación de deseo por alguien, que te motiva a mejorar? ¿Te ha pasado esto con alguien más?

— La verdad es que no...

— Bueno, pues yo no lo había sentido nunca, pero siempre hay una primera vez, ¿no?

Él acercó su mano con delicadeza en dirección a la mano de la chica, apoyada en la banca. Al inicio del acercamiento, Damián hacía leves pausas

— Juliana, tengo un deseo por ti, por tenerte a mi lado. Y no sé exactamente de donde ha salido mi atracción, pero... Puedo decir con seguridad que lo que voy a decir está saliendo de mi corazón.

Sus manos se encontraron finalmente, Damián había tomado la iniciativa. Entrelazó sus dedos con los de la chica, con dulzura y algo de firmeza.

— Cuando estoy junto a ti a solas, siento algo especial entre nosotros.  No sé si es amor o solo amistad, pero se siente... diferente, en el buen sentido.

— Damián ... —Cruzaron miradas por un instante, los ojos de Damián desprendían un leve brillo de valentía.

— Eres mi primer amor, y espero que eso sea recíproco. No te imaginas la cantidad de veces que te he pensado... que he deseado... y, bueno, esto. Estas semanas han sido tan complicadas, invades mis pensamientos y sueños, y no había sido capaz de contártelo.  —Suspiró. —¿Sientes lo mismo? ¿O algo similar? ¿O nada? Solo quiero saber cómo te sientes. Necesito una respuesta para que mi corazón esté en paz.

— No lo sé, Damián.

Hubo una leve pausa, sus corazones latían con fuerza. No parecía que alguien fuera a dar el siguiente paso.

Él dejó sus manos juntas por un poco más, cuando la retiró con delicadeza. No se le miraba molesto o decepcionado, el brillo de sus ojos se había intensificado.

— Lo entiendo, Gracias por pasar la tarde conmigo.  ¡De verdad! Incluso si esto no sea correspondido.

— Nunca dije que no...

— Pero nunca dijiste que sí.

— Me siento halagada por lo que dices y ... Te mentiría si te doy una respuesta ahora mismo, ¿sabes? —Sus mejillas se tornaron de un intenso color rojo, no era la primera vez que alguien le hacía una confesión de ese estilo, pero esta era la primera vez que no estaba segura de su respuesta.

— Lo entiendo, de verdad. No necesitas responder, ya lo sé. —Ruborizó. Aunque deseaba una respuesta firme a sus sentimientos, era mejor que perder su amistad o hacer la situación incómoda. —Gracias por esto, Juliana.

Pokémon SV: Camino de vuelta a casa. [Lectora x Damián]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora