El timbre sonó, la clase había terminado y todos los alumnos salieron de sus aulas; algunos elegían vaguear en las pausas de 10 minutos entre clase y clase, mientras que otros compraban algo en la cafetería o llegaban a la siguiente aula para garantizar sus lugares.
Ese no era el caso de Damián.
Disfrutaba de esos minutos en las afueras de la academia junto a Mabosstiff, ambos recorrían los alrededores de ciudad Meseta sin preocupaciones. Su siguiente clase era Lingüística con su tutor Silvio, en su aula habitual.
El chico era un estudiante de la rama de humanidades, a diferencia de Juliana, quién estaba recibiendo clases generales.
Su corazón se aceleró pensando en su confesión del día anterior, aún no había visto a Juliana, pero quería convencerse de que estaba preparado mentalmente para verla y actuar con normalidad.
Recobró el sentido cuando su Smartrotom sonó, una punzada de pánico invadió su cuerpo antes de notar que era un recordatorio y no era ningún mensaje de aquella chica que rondaba en sus pensamientos.
Debía regresar a la academia lo más pronto posible, debía mejorar su puntualidad en clases.
— ¿Cómo estará ella? —Se preguntó a sí mismo, mientras que Mabosstiff tiraba de su pantalón indicando que deberían regresar.
— Bien, bien. ¡De regreso a la academia! —Dijo con una gran sonrisa, Mabosstiff lo soltó y ambos corrieron de regreso a la academia.
Juliana, en cambio, ya se encontraba en el laboratorio de biología. Dejo salir un largo suspiro, algo en ella no estaba bien.
Normalmente, siempre tenía una sonrisa en el rostro y ahora su sonrisa había sido remplazada por una mirada fija a su escritorio. No es que la idea de volver a ver a Damián le incomodará, simplemente parecía que entre ellos dos había una serie de asuntos pendientes.
¿Por qué Damián se enamoraría de ella, si como él dice, parece no conocerla a profundidad? ¿Era solo porque le parecía bonita?
De igual forma, no podía negar que Damián no fuera un chico apuesto, incluso conociéndolo en su estado más decaído e íntimo, él no era desagradable. Meditaba mientras garabateaba en una hoja en blanco, para distraerse.
Su corazón se aceleraba cada vez que pensaba en esa confesión, esta vez había sido diferente, nunca había tenido un novio ni había estado enamorada, ¿cómo sabría que no estaba enamorada de él?
Apretó con fuerza su pluma, todo esto le resultaba confuso. Su desesperación le hizo apretar el botón de su bolígrafo una y otra vez, incluso si odiaba ese sonido.
¿Por qué ella estaba dudando en estar enamorada de Damián, si estaba segura de que para ella él solo era un amigo?
— ¿Juliana? —La chica levanto la cabeza, su profesor y tutor Cinio le estaba llamando.
— ¿Eh? —Exclamó.
— ¿Te encuentras bien? —Sus ojos se centraron en ella, extrañado de verla tan distraída y aparentemente estresada.
— Sí, lo siento. No volverá a pasar. — Cinio se dio la vuelta para continuar con la clase y Juliana solo bajo la cabeza avergonzada cuando escucho un pequeño murmullo.
Era Noa, había notado su comportamiento. Parecía estar a punto de decirle algo cuando la expresión de su amiga le dijo que algo no estaba bien, pero antes de que pudiera descubrir por su cuenta qué sucedía, uno de sus compañeros exclamó.
— ¡Juliana, tu bolígrafo!
El olor a tinta fresca invadió el laboratorio, Juliana había roto su bolígrafo sin notarlo. Su uniforme tenía una gran mancha azul que no hacía más que pintar su piel y aromatizar el ambiente.
— Ay... Juliana... —Cinio se dio la vuelta observando el desastre.
— Lo siento... De verdad lo siento.
— No te preocupes, ve a limpiarte, Juliana. La tinta se impregna mucho en la ropa.
La chica se levantó con el bolígrafo en la mano, paso junto a Noa quien la miraba algo apenada, no había tenido tiempo de decirle ninguna palabra.
Juliana camino de regreso a los dormitorios para conseguir un nuevo cambio de ropa y salvar el que llevaba puesto.
Fue cuando noto a un chico a la distancia, la chica intento actuar con normalidad, pero no podía negar que ignorar el tema no haría que sus pensamientos cesaran.
Damián logró verla dado un par de pasos más, tenía una expresión de sorpresa, había notado la tinta en el uniforme de Juliana.
Ambos hicieron la vista gorda, incluso si sus destinos estuvieran unidos hacia un mismo punto; el vestíbulo. Inevitablemente, pasaron a un lado del otro.
Una tensión invadió a los dos, en otra situación ambos se saludarían y tal vez conversaran un poco antes de retomar su camino, pero esta vez ninguno de los dos pudo decir una palabra, simplemente bajaron la cabeza.
Los dos estaban abochornados, tenían tanto que decirse, aunque no era el lugar ni el momento adecuados.
Juliana llegó a los dormitorios, subió las escaleras y entró a su habitación, dejando su Smartrotom en su escritorio mientras conseguía un cambio de ropa limpio.
El Smartrotom de Juliana sonó, la chica se encontraba acomodando su corbata cuando se acercó para mirar de que se trataba. Era un mensaje, de Damián.
— Perdón ignorarte, fue muy inmaduro de mi parte. ¿Podemos hablar? ¿Qué tal hoy a...?—Era lo único que la notificación le dejaba leer.
No sabía si debía abrir el mensaje o no, tal vez sería mejor esperar. Su corazón se aceleraba cuando pensaba en aquella confesión, los atardeceres empezaban a recordarle a él. Aquel estudiante invadía su mente desde la tarde de la confesión.
Tal vez debería dejar el tema y preocuparse por su uniforme manchado con tinta, ya tendría tiempo para contestarle a Damián. De todas formas, no es como si estuviera enamorada de él.
O eso es lo que elegía creer.
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Pokémon SV: Camino de vuelta a casa. [Lectora x Damián]
Fanfictionㅤㅤ ⚠️Simple aclaración de que solo uso el nombre Juliana para no usar el clasico ___, Tn o Y/N. Esta no es la Juliana del juego. Además no tengo originalidad con los nombres he he __ Juliana es una joven que ha logrado mucho en muy poco tiempo, de...