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Noa y Mencia corrían hacia el laboratorio, a las profundidades del área cero, la última vez que visitaron el lugar habían ido todos juntos.
Dentro del laboratorio, exploraron un poco el sitio, Noa miro unas fotos colgadas; una de ellas era de un niño abrazando un Maschiff, fácilmente supo que era Damián de pequeño.
— Damián me hace sentirme afortunada... No me imagino vivir sin tener a mi familia desde pequeña.
— ¡Creo que están por aquí! ¡Vamos!
Mencia y Noa se acercaron a la puerta que dirigía a la máquina del tiempo, encontrando a Juliana y Damián.
— ¡Juliana! ¡Damián! —Mencia corrió hacia ellos.
— Que bueno que estén bien... —Noa suspiró de alivio.
Damián limpio sus lágrimas con la manga de su camisa escolar, se levantó y le ofreció la mano a Juliana.
— ...
— Si te hice caer, te haré levantarte.
Juliana tomo la mano del chico, quien sonreía dulcemente a la chica, pesé a que sus ojos seguían rojos debido a los sollozos. Mencia se abalanzó para abrazar a ambos y Noa se limitó a sobar la espalda de los chicos.
— Ahora que todos estamos juntos... ¿Deberíamos regresar? Este lugar es algo aterrador...
Los chicos se miraron mutuamente, mantuvieron silencio por unos segundos.
— Vámonos de aquí, antes de que se ponga peor afuera. —Dijo Noa, aun sobando la espalda de los chicos.
Los chicos salieron del sitio, en lo profundo del área cero. Ahora tendrían que ir hacia arriba para regresar a la academia y no faltar a más clases. Juliana subir sobre la pokemontura e invitó a sus compañeros a hacer lo mismo.
— ¡Vamos, Tenemos que irnos de aquí!
Los chicos subieron uno tras otro y el Pokémon arrancó a toda velocidad por el camino anteriormente recorrido, esta vez, sin paradas.
— Juliana ¿Cómo vamos a subir si los teletransportadores no funcionan?
— ¡Podríamos llamar a un taxi volador! —Dijo Mencia de la nada.
— ¿Un taxi volador entrando al área cero? Lo dudo.
— Vamos, Noa, ¿qué más nos queda?
— Cuando Mabosstiff resulto herido, pedí uno... Pero tuve que rogar para que viniera. —Bajo la voz.
— Damián... —La chica miro a Damian, quien estaba sentado detrás de ella.
— Estoy bien, estoy bien. Solo pienso que la idea de Mencia no es tan descabellada. No creo que nuestro amigo come bocadillos.
— ¡Doooon!
— No, ahora no. Cuando lleguemos a casa, ¿te parece bien?
El Pokémon fue más rápido, motivado.
— ¡TAMPOCO ASÍ!
— Lo motivaste mucho Damián. —Noa miro hacia atrás.
— ¡ESO, ESO! ¡BOCADILLOS DE DAMIÁN, VAMOS AMIGO! —Grito Mencia.
— Ya casi llegamos... ¿Alguien puede pedir el taxi volador?
— Eh... ¡Damián puede!
— ¿¡Y Por qué tengo que ser yo!?
— Nosotras te buscamos, ahora tú llamas al taxi volador y vas a ser lo más dramático posible para que llegue de inmediato. ¿Okey?
— Nadie las mando a buscarme...
— ¡Solo llámalo!
Después de las súplicas mejor actuadas de Damián, el grupo de amigos fue llevado por el taxi volador de regreso a las puertas de la academia, estaban por entrar por la puerta cuando una cara conocida salió del lugar.
— ¿Qué hacen ustedes aquí?
— Oh dios... ¡¿LA SÚPER?!
Noa y Damián quedaron petrificados, Mencia estaba llena de alegría y Juliana intentaba inventarse una excusa creíble.
— Las estaba buscando, vengan, tengo que hablar con ustedes.
— ¿Las...? —Damián guardo silencio por unos segundos.
— Necesito a dos de las campeonas de Paldea y a mi ayudante de seguridad conmigo, en la oficina del director, tenemos que discutir unas cosas.
— Y... ¿Qué hay de Damián? —Pregunto la chica con la mochila de Eevee.
— Oh... No se preocupen, debo... Seguir con mis clases. Las veo después. —Damián entro por la puerta con prisa.
Damián llegó de pura suerte a la siguiente clase, biología. El chico aún se sentía muy distraído y distante de su alrededor, pero pudo comprender la lección del día.
Saliendo de ahí, rumbo a su siguiente clase, logro ver a Juliana en el vestíbulo. Se quedó por unos segundos de pie y caminó lo más desapercibido que pudo ser en ese momento.
— ¿Damián?
— ¡AH! ¡Juliana! No te había notado... Llego tarde, tengo que irme.
— Solo un segundo...
— En serio llego tarde...
Juliana puso sus manos sobre el cuello de la camisa de Damián, acomodándolo.
— Otra vez lo tenías desordenado, ¡te veo después! Oh, y, las chicas quieren ir a por un helado cuando salgamos todos de clase. ¡Estás invitado!
— Gracias, ahí estaré.
El chico camino hacia su siguiente clase, con un malestar en la garganta. La sensación era incómoda y casi asfixiante, ¿Qué era lo que realmente sentía?
Tal vez eran los celos de que alguien tan importante solo se interesara en sus amigas y nunca en él, incluso si él fuera prestigioso, la liga Pokémon no se fijaría en él, pues un cocinero no serviría de nada en un lugar así.
Aunque eso no significaba que se resentía con sus amigas, estaba orgulloso de ver como su vida parecía prometedora, incluso si él era mayor que ellas. Le encantaría ser como ellas, pero sabía que era prácticamente imposible.
¿Dejar sus sueños atrás por ser reconocido era lo que quería? Había considerado ser un gran cocinero y tal vez abrir un restaurante en Paldea, pero ¿y si él fracasaba?
Si él no era un cocinero, sería prácticamente nada.
Sentirse presionado a ser alguien exitoso era horrible, ser hijo de profesores exitosos y ser amigo de tres chicas con destinos muy brillantes lo hacían sentirse atrás.
Solo quería que las clases terminaran y poder descansar, era lo único que quería. Lo único que quería era sentirse como alguien normal, y no temerle al fracaso.
Tan solo quería un helado.
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Pokémon SV: Camino de vuelta a casa. [Lectora x Damián]
Fanfictionㅤㅤ ⚠️Simple aclaración de que solo uso el nombre Juliana para no usar el clasico ___, Tn o Y/N. Esta no es la Juliana del juego. Además no tengo originalidad con los nombres he he __ Juliana es una joven que ha logrado mucho en muy poco tiempo, de...