capitulo 13 - Compañia y Apoyo.

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— ¡Damián, por aquí!

Las chicas estaban junto a un carrito de helado, Damián se apresuró a bajar por las escaleras. Mencia ya estaba feliz con su cono de helado y Noa estaba teniendo problemas para decidir.

— Saliste más tarde hoy, ¿todo bien?

— Tenía que hacer unas cosas, lo siento, ¿llegué muy tarde?

— ¡Me encanta el de mango!

— ¿No dijiste que preferías el chocolate?

— No había, además. Dime eso cuando te hayas decidido por tu helado. —Mencia miro a Noa, desafiante.

— ¡Deja de hacer esa mirada cada vez que estoy en desacuerdo contigo!

Damián y Juliana cruzaron miradas.

— La verdad, no, ellas han hecho tiempo discutiendo por 10 minutos enteros.

— Ya veo... Ehm... ¿Y qué vas a pedir tú?

— Me gusta el de chocomenta.

— ¿Chocomenta?

— No me digas que no has probado el helado de chocomenta...

— La verdad no, ¿Es esa cosa verde con chispas? No me llama la atención en lo absoluto.

— Damián, me haces dudar de mi amistad contigo, ¿cómo no puede gustarte?

— Nunca dije que no me gustará, simplemente no lo he comido en mi vida y no creo que hoy sea ese día.

— ¿Entonces cuál es tu sabor favorito?

— Fresa, definitivamente el de fresa.

— Bien niñito, buenos gustos. Pero pueden ser mejores. Eres demasiado tradicional.

Las chicas aún siguen discutiendo, Juliana y Damián miraron a ambas chicas discutir sobre algo tan absurdo como un sabor de helado, ignorando a voluntad mutua que era exactamente lo que ellos estaban haciendo.

— ¡Ustedes dos! ¡Dejen de pelear y decídanse, tengo hambre!

— ¿Me da uno de fresa, por favor?

— ¡Ya sé qué pedir! ¡Un helado de nube, por favor!

— ¡Chocomenta, uno de chocomenta!

— ¿Puedo pedir otro? Ya casi me acabo este y se siente raro ver a alguien comer. ¡Ponga uno de mango!

El grupo caminó por ciudad Meseta mientras disfrutaban del helado, charlando sobre su día y sobre cosas de la escuela. El chico se preguntaba que cosa era tan importante para que la súper necesitara a sus amigas tan repentinamente, pesé a ello no sabía como sacar a relucir el tema de conversación, así que se enfocó a disfrutar de su helado con las voces de fondo de las chicas.

— Damián, ¿te encuentras bien? Te ves distraído.

— Estoy bien, solo no quiero interrumpir.

— ¡Vamos Damián! ¡Di algo!, no me gusta dejarte atrás.

— Ehm, creo que... Este es un buen helado.

— Damián. —Dijo la chica castaña en un tono firme.

— Tengo aún muchas cosas en la mente, lamentablemente no tengo temas de conversación interesantes en este momento.

— Solo di algo que sucedió en el día, ¿escuela aburrida o...?

— Normal, supongo.

— ¿Quién tiene hambre? ¡Me ruge el estómago!

— ¿¡No te comiste dos helados de mango ya!?

— Pero eso no me llena... Además... ¡Podemos pedir Alfajores! ¡Anda! ¡Está abierto! ¡Vamos! ¡Vamos! ¡Yo invito!

— Estoy bien con el helado... Debería volver, tengo que comprar unas cosas...

— ¡Por favor Damián! ¡Solo un alfajor!

— No tengo hambre, lo siento.

— Por favor... —Mencia dejo salir un tono algo infantil.

— Que no. — contestó con firmeza.

Damián dejó salir un largo suspiró, Mencia dejo de insistirle. El grupo de chicos había recorrido una buena parte de la ciudad a pie entre temas cortos de conversación.

Juliana y las chicas se veían como siempre, en cambio, él estaba más callado que de costumbre, no era que había tenido un mal día escolar o eso se hacía pensar. Intentando olvidar lo que sucedió en el área cero, se desconectaba del mundo exterior, escuchaba a sus amigas hablar balbuceos sin coherencia alguna, miraba a las personas pasar.

Cuando eso sucedía sabía que no tardaba mucho para que perdiera completamente la conciencia de su alrededor y se pusiera en modo automático, sin control de sí mismo en ese periodo, hasta que algo o alguien llamaba su atención.

En el momento menos esperado, como si tan solo hubieran sido unos segundos, el grupo de amigas de Damián llamaron a su nombre.

— ¡Damián! ¡Damián! ¿Estás dormido? ¡Damián!

— Lo siento, no estaba prestando atención...

— Lo sabemos, Mencia y yo tenemos que irnos, la supercampeona nos necesita.

Damián guardó silencio por unos segundos.

— Entiendo, cuídense las dos.

Ambas chicas se despidieron y fueron en dirección a la academia. Noa dirigió su atención a Damián y mientras limpiaba sus lentes, exclamó.

— Sé que es difícil vivir con un trauma, Damián.

El chico volteo a ver a Noa, sin saber como responder ante la afirmación. Todo el acontecimiento le parecía traumático, era como si esos meses los hubiera vivido en el pasado, sabía que estaba estancado en el proceso de curación.

— No necesitas responder, lo sé, es complicado expresarlo con palabras. Pero cuando estes en esos momentos donde sientes que todo irá a peor, recuerda qué esa no tiene que ser tu vida para siempre. —Noa miro a Damián a los ojos. —No sanarás hoy, ni mañana, pero sí algún día.

Damián sintió un nudo en la garganta, su estómago empezó a revolverse.

— Solo intenta buscar ayuda para comenzar a sanarte. Porque no puedes negarlo para siempre, sabes que es imposible.

Noa le dio una palmada en el hombro.

— Tengo que irme Damián, no he hecho los deberes.

— ...

— De nada. Eres un gran amigo.

Damián la vio irse. Sin saber qué decir o reaccionar aún a la situación, ahora regresar a su habitación y evitar el tema ya no sonaba tan bien como antes.

Pokémon SV: Camino de vuelta a casa. [Lectora x Damián]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora