Pokémon SV: Camino de vuelta a casa. [Lectora x Damián]

capitulo 22 - Idealizar.

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Su corazón palpitaba con fuerza pensando en lo sucedido esa noche. Cada vez que lo recordaba, sus piernas temblaban, su cara ruborizaba y se distraía con facilidad.

Las clases habían sido normales, sin inconvenientes, además de los signos anteriormente dichos. Todo estaba normal.

Durante el descanso entre clase, Damián buscó su Smartrotom. Rogando para que ninguna de sus otras amigas tuviera el Smartrotom de Noa. El chico estaba profundamente sumergido en el enamoramiento, ¿qué es lo que debía hacer?

El rubio, desconcertado y sin saber qué hacer, escribió a su compañera, la fundadora del Team Star.

— Noa, creo que hay algo malo conmigo. Tuve un sueño... Extraño, ¿podemos hablar de esto? Necesito en serio tu ayuda.

Y dejo su Smartrotom de lado, esperando temeroso alguna respuesta. La que fuera de igual forma haría despertar ese sentimiento agridulce que llevaba en él desde días atrás. Unos minutos después, la notificación llegó.

— Podemos hablar de ello en el almuerzo, ¿te parece?

— Mientras estemos solos, está bien.

— Bien, le diré a las chicas que estoy ocupada, nos vemos en el área recreativa.

— Nos vemos.

¿Qué clase de sueño era ese? ¿Por qué estaba soñando con Juliana? Sus acciones en su sueño no podrían estar más lejos de la realidad. Sabía que no sería capaz de estar tan cerca a Juliana sin acobardarse.

Aun así, la dulce sensación seguía en sus labios, empapados de deseo de reencontrarse con su enamorada, tan solo pedía un beso más... Uno largo para recordarlo por la posteridad.

Al terminar la última clase antes del almuerzo, él se dirigió al área recreativa donde encontró a Noa, sola y esperándolo.

Ambos se saludaron como era de costumbre, antes de que el tema saliera a colación.

— Así que, ¿En qué es lo que necesita mi...?

— ¿Qué debo hacer cuando ella está hasta en mis sueños? ¿Me estoy volviendo loco? ... Todavía siento ese beso... Noa te lo ruego, ayúdame, eres a la única persona que le he contado esto...

— Damián, no es algo de lo que deberías preocuparte, son cosas que suceden.

— Pero ella... ¿Por qué ella? ... Me siento como un pésimo amigo por pensar de esa manera...

— ¿Qué soñaste? No creo que sea algo malo, te conozco lo suficiente como para saber que no es así.

— Solo que ambos nos besábamos, nada más que unos leves piques... Pero aún tengo la sensación en la boca y en estómago. Me siento bien pero culpable.

— Damián, son cosas del enamoramiento. Todo se irá calmando cuando te acostumbres a tus sentimientos y...

— ¿Debería decirle?

— ¿Me vas a dejar terminar? Estoy intentando ayudarte, pero si me interrumpes me cortas los buenos consejos.

— Lo siento... Continúa, por favor.

— Sigues en la etapa de enamoramiento, Damián. Debes acostumbrarte a tus sentimientos y descubrir si lo que sientes es amor o una idealización de Juliana.

— ¿Idealización?

— Cuando uno se enamora, tiende a idealizar a la otra persona a puntos inimaginables. Por eso, cuando la etapa de enamoramiento termina y hay una relación de por medio, suele acabar mal. Porque la gente le impone cosas que no son reales al otro y cuando ven la realidad se dan cuenta de que solamente fue algo pasajero.

— ... ¿Y como puedo saber lo que siento? Y si Juliana no es lo que yo deseo ¿Por qué sueño con ella?

— Puede ser que lo que desees sea una Juliana idealizada, Damián. No es algo que descubrirás al instante, ¿entiendes? Te tomará un tiempo, es parte del amor.

— ¿Pero cuál es la diferencia? ¿Cómo sabré si lo que siento es amor por ella o por mi idea falsa de ella?

— Lo sabrá tu corazón y tú, Damián.

La hora el almuerzo termino, de igual manera el rubio no tenía hambre. Aunque su garganta ahora tenía un nudo y unas ganas de vomitar que no parecían calmarse.

¿Por qué el amor era tan complicado? ¿Por qué no podía solo amar a alguien? ¿Acaso sus sentimientos estaban confundidos? ¿Y si no amaba a Juliana de esa manera? ¿Qué pasaría si él no amara a Juliana y solo amaba lo que le hacía sentir?

Corrió al baño, encerrándose en un cubículo. Sentado encima de la taza dejó salir leves sollozos. Pensaba que todo estaba yendo bien, pero ahora con esas nuevas incógnitas en su cabeza solamente quería un respiro.

Solo deseaba saber la verdad, ¿Amor o idealización? ¿O ninguno de los dos? ¿Confusión?

Cubrió su rostro con ambas manos, las lágrimas empaparon sus palmas rápidamente. Quería recomponerse, pero le era difícil, estaba en esa situación de nuevo, llegando tarde a clase otra vez solo por no saber lidiar con sentimientos tan nuevos.

El amor y la idealización están separados por una línea tan delgada, transparente a los ojos de Damián.

¿Qué debía hacer ahora?, salió del cubículo y lavo su cara con el agua del lavamanos. Se puso lo más presentable posible aún con una inmensa incomodidad y ganas de romper en llanto, casi corriendo al aula de hogar, su siguiente clase.