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Ella ya estaba harta, molesta, irritada, y sobre todo, perdida.
Veía a todos lados y era como si se hubiera alejado de las personas, aunque eso hacia, pero de una forma diferente, era como si el mundo siguiera girando, pero sin ella.
La puerta de su oficina fue golpeada, por lo que dejó entrar a la persona que había tocado, y su sorpresa fue ver a Changbin y Minho ahí.
— Lamento molestar, pero venía a dejar esto — Dijo con delicadeza mientras se acercaba a la mesa y dejaba un sobre blanco. Youngmin lo miró y luego abrió el sobre, para encontrarse con una invitación de cumpleaños, y entonces volvió a mirar al mayor. — Quería invitarte a mi cumpleaños.
— Estoy ocupada, Changbin — Fue lo único que le dijo para luego dejar la carta ahí y volver a trabajar en su computadora.
— ¿Al menos podrías ponerle más atención? Agradece que te está pidiendo que vayas — Youngmin mordió su lengua para evitar soltar otra cosa que no fuera una negación y entonces subió su mirada para ver a Minho, que estaba siendo jalado por Changbin para que mejor se fueran y se callara.
— Hyung, vámonos.
— Hazle caso a Changbin, Lee Know. Ya leí la invitación, y dije que no tengo tiempo.
Minho iba a volver a hablar, pero la puerta se volvió a abrir y entró Jinseok como si fuera su propia oficina, pero la pelinegra lo ignoró totalmente y volvió a escribir.
— Salúdame al menos, ¿no? — Se quedó pasmado, pues Youngmin ni le prestó atención o lo miró. — Te estoy hablando, Youngmin.
— Chicos, no tengo tiempo, ¿bien? — Dijo cerrando la computadora con fuerza para verlos, viendo que los asustó por ese repentino golpe. — Pero si tengo tiempo iré.
— Oh, claro que no. Te recuerdo que tienes que ir a buscar el vestido de bodas — Dijo Jinseok con recelo tomando su brazo, haciendo que Youngmin le diera un golpe en el brazo para que la soltara.
— Sal de mi puta oficina o te voy a romper la cabeza con el bate que está debajo — Por fin lo miró, y cuando eso pasó, Jinseok le robó un beso.
Youngmin ni se inmutó, y simplemente se limpió sus labios con la manga de su traje y tomó su vaso de agua para tomar, retenerla en su boca y escupírsela al chico en la cara.
Minho y Changbin la miraron con sorpresa, pero al menor casi se le sale una risa ante ello.
