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Todos estaban raros desde días atrás, y ya todos sabían el motivo.
Por más que intentaron detener la boda y hundir a Jinseok, no lo lograron, y con la esperanza que tenían, se fue la felicidad de Youngmin.
Lloró por días encerrada en su habitación al saber que después de ese día, jamás volvería a estar con Minho y podría ser libre.
Yeongmin la llamaba cada día pidiéndole que no se rindiera, pero ya era imposible. La boda era ese día, y en esos precisos momentos estaba siendo maquillada y arreglada por las estilistas que contrató la empresa.
Un 30 de agosto, su vida estaba por arruinarse por completo, y no quería siquiera ver la cara de los demás porque se rompería más.
Minho ante la noticia de saber que al final sí habría boda, quedó igual de destruído que Youngmin, pues ninguno de los dos dejaba de llorar encerrados en sus habitaciones.
Yeonjun y Chan eran los que se intercambiaban para hablar con ambos, pero ni Minho le abrió a Yeonjun, ni Youngmin le abrió a Chan, y acabaron por rendirse y aceptar el cruel destino de la CEO y el idol.
Tal vez en otra vida podrían estar juntos.
Pero en esta, no sería posible.
Youngmin se miraba al espejo con un semblante frío y sin expresión, mientras las maquillistas la miraban con pesar al saber que estaba siendo obligada, y no porque ella realmente deseara casarse.
━━ Luce muy hermosa, señorita Lee ━━ Dijo la chica con una pequeña sonrisa. Youngmin se miró en el espejo y asintió. Sí se veía bonita, porque casi ni se notaba que tenía unas horribles ojeras y que había pasado cinco días seguidos llorando.
Debido a su cabello corto, que ahora estaba un poco largo, lograron hacerle en un bonito moño desarreglado con algunos mechones ondulados en su rostro.
━━ Fue difícil por su cabello corto.
━━ Lo sé, tranquila ━━ Dijo mirándola a través del espejo, y al levantarse, miró a la otra estilista con el vestido en la mano, y tragó en seco.
El vestido era hermoso, pero ella no quería usarlo con Jinseok, sino con Minho y en un futuro, no en ese momento.
Todas veían el dolor en su mirada, pero tampoco podían hacer nada por Youngmin, así que se la llevaron para colocarse el vestido y todos los accesorios.
Al estar lista con solo los tacones en la mano, se miró al espejo y sin ella quererlo, una lágrima traicionera resbaló por su mejilla. Su maquillaje era contra agua, así que podía llorar todo lo que quisiera y aún así seguiría intacto, porque en esos momentos quería tirarse a llorar sin importarle lo que pensaran los demás.
