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Nuevo día, nuevo problema.
Y el problema era...
Youngmin era muy seca con ellos.
— ¡Vamos chicos! ¡Debemos portarnos bien con ella! Ahora es una de nosotros — Minho lo miró con una ceja alzada, igual que los demás.
— ¿No éramos ocho? — Preguntó irónico, siendo el mayor quién siempre había dicho que era y siempre serían ocho.
— Eso cambió. Denle una oportunidad, tal vez estar con ella no sea tan malo — Pidió ya cansado. Convencerlos era difícil, y más porque eran unos cabezones cuando se trataba de algo que no les terminaba de agradar.
— ¡Ella también es borde y seria con nosotros! — Se expresó Jisung, cansado de todo el tema.
— Porque no le hemos dado la bienvenida que se merece. Nosotros no hemos colaborado desde el inicio, si intentamos llevarnos bien con ella tal vez pueda abrirse a nosotros y ser todos un equipo.
— ¿Y ahora que se supone que haremos? Estamos en enero, y tenemos que empezar a grabar Oddinary ya. ¿Cómo se supone que cambiaremos todo ahora? — Preguntó Hyunjin con indiferencia.
— Cierto. Ya tenemos las líneas de las canciones distribuidas, los bailes, las posiciones, y todo. ¿Cómo vamos a cambiar todo ahora solo por ella? — Preguntó Minho exasperado. Era el más molesto con la situación, ya que ahora le tocaba a él como líder de baile crear una coreografía donde Youngmin estuviera en ella, y encima a él le había tocado ser su tutor hasta que acabaran el año.
— ¡Podemos hacerlo! — Animó el mayor con un sonrisa.
— Por mi está bien. Estoy dispuesto a ayudarla en lo que sea — Dijo el lindo pecoso. La mayoría lo miró mal. — ¿Qué? ¡Ella fue muy amable conmigo! — Se defendió el pelinegro.
— Solo porque eres el más adorable de los ocho, no te emociones — Y así bajaron el ánimo del menor. Bang Chan lo abrazó de lado y le sonrió. Su hermano australiano nunca le fallaría, y sabía que el ayudaría a Youngmin en todo lo que pudiera.
La susodicha entró por la puerta, logrando callarlos a todos ante su presencia. Los miró sin expresión por algunos segundos y seguidamente fue a su esquina a dejar sus cosas para poder comenzar el ensayo.
Vestía un buzo negro con botas militares de color negro, un top corto de color rosa pastel y una chaqueta abierta de color negro.
No quería parecer que iría a un funeral, así que se puso algo de rosa para no llevar toda sus prendas de negro. Decisión inteligente ya que no se veía mal y le gustaban los colores pastel, aunque no lo pareciera con su ropa negra de cada día.