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Una situación que se salió de control al decirle a mi padre un simple deseo:
"Quiero ser una idol"
Eso fue lo peor que pude haber dicho en mi vida.
Es tan agotador ser la hija de una persona tan importante, pero que realmente nadie lo sabe porque ni siquiera saben de tu existencia, y solo es un poco del dramatismo habitual que se logra ubicar en la personalidad de una chica de casi 21 años. Que por su gran bocota, ahora estaba metida en algo de lo que claramente no estaba conforme, pero que tendría que acostumbrarse si su plan se basaba en zafarse de toda responsabilidad implantada en sus hombros e impuesta por su padre.
Ser la CEO de la empresa que maneja su progenitor.
¿A quién le interesa ser una empresaria con solo 21 años de edad? Logré darme cuenta que la vida de un adulto es completamente asquerosa, especialmente cuando eres un gran empresario que funge en diferentes papeles que son esenciales en una empresa. Ser empresario es aburrido, lo único bueno es el dinero. Dinero que comenzó a sobrar desde incluso antes que naciera, pero que aún así, era lo más importante en la base familiar.
Palabras de mi padre, no mías.
Las palabras de mi padre siempre han sido que el dinero sí te da la felicidad, y que por ende, no se necesita el amor.
Padre, yo necesito amor.
Pero no del que tú crees.
Necesito tu amor.
Dejé de sobrellevar eso desde los cinco años, cuando logré entender que jamás tendría la atención de mi padre, y mucho menos su amor. Después de todo, ¿en serio crees que tu padre se preocupa por ti cuando te deja con tres niñeras al día por irse a trabajar por semanas sin siquiera volver a casa y verte ni de soslayo? Al menos para mí, eso no era amor.
Amor por el trabajo, eso sí.
O amor por el dinero, mejor dicho.
Se sabe que trabajar es importante, ¿pero al punto de descuidar a tu hija y solo verla tres veces por año?
Perdón, tres es mucho.
Dos.
Oh, madre. Te desmayarías si supieras que tu esposo descuidó a tu pequeña después de tu fallecimiento, cuando tú más que nada le pediste un último deseo, y él ni siquiera lo cumplió.
"Cuídala por mí"
Lamento informarte que mi padre sabe que soy su hija porque se desmayó el día de mi nacimiento y porque me parezco a él.
Me dijo que mi color favorito es el rosa.
¿Qué acaso no ve que mi maldito cabello es blanco? Hasta mi personalidad es blanca.
Lástima que mi mente no, pero eso no es importante.
¿Ya dije que me distraigo con facilidad? Cualidades mías.
Es la falta de atención, es mi excusa.
Ahora estoy aquí, teniendo una conversación mental conmigo misma, volviéndome más esquizofrénica que nunca porque claramente nadie me está escuchando y nadie me va a contestar, pero es lo de menos.
Es lo de menos cuando tienes a ocho chicos mirándote como un bicho raro después de tremenda noticia que soltó tu amado padre.
Como te amo, viejo.
— Ella es Jung-
— Lee — Lo miró con indiferencia al corregirlo de forma abrupta. — Soy Lee.
El hombre denominado como padre se aclaró la garganta para soltar lo último.
Eres tan delicado con las palabras, como el día que me dijiste que mamá había muerto.
¡Te mereces un premio!
— Ella es Lee Youngmin, la nueva integrante de Stray Kids.
Al peor padre de la década.
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