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Después de que Young Saeng se presentara formalmente con otro nombre frente a todos los accionistas de la compañía que lo observaban en silencio y a la vez curiosos, decidió continuar con su discurso de diplomático gubernamental.

— Soy Heo YoonJae… Disculpen por la tardanza, y como el tiempo es muy valioso no les quitaré más de dos minutos. Como representante de la accionista mayoritaria de esta compañía, tengo el deber de anunciarles que ya hemos tomado una decisión— Se tomó una breve pausa para observar con más cuidado lo que ocurría a su alrededor, dándose cuenta que la decisión determinante que brotara de sus labios en beneficio de la compañía recaía sobre sus hombros.

Los ojos de todos los accionistas estaban sobre él, esperando ansiosamente una respuesta sensata de su parte, mientras tanto, Hyun Joong a su lado no le había quitado los ojos de encima ni un sólo segundo, lo observaba consternado y confundido.

Mientras tanto la señora Kim, imploraba renuentemente dentro de su ser que aquella decisión sea en beneficio de ella, de alguna u otra manera quería que Hyun Joong sea el presidente para que el legado siga siendo de los Kim. 

Young Saeng respiró profundamente antes de dar una respuesta, que de por sí ya sabía que haría enfurecer a la orgullosa mujer que le hizo tanto daño.

— Voto en contra. — Y con aquella decisión, todos los accionistas aplaudieron felices y contentos, provocando que la presidenta Kim enfureciera y Hyun Joong sólo se sorprendiera aún más, aún no salía del asombro por la llegada de un hermoso joven idéntico a su esposo fallecido.

Mismos rasgos, mismas fisonomías, misma voz, el hermoso joven era idéntico a su pequeño Young Saeng.

Con la decisión determinante que dio Young Saeng, finalizó la junta de accionistas. A la señora Kim no le quedó de otra que retirarse del lugar con el rabo entre la piernas junto a los demás accionistas que parecían felices.

Kyu Jong se acercó a Young Saeng y lo felicitó con un fuerte abrazo, que fue bien recibido. Habían dado el primer paso hacia su venganza, sobre todo Young Saeng que se mostraba feliz al haber provocado esa reacción de enojo y molestia en la mujer que alguna vez la vio como la madre que nunca tuvo.

— ¿Vienes? — Le preguntó Kyu Jong.

— En un momento— Respondió.

Kyu Jong asintió, y se retiró de la sala de juntas sosteniendo en sus manos su valioso maletín.

Young Saeng suspiró con satisfacción, sintiéndose dichosamente feliz, victorioso y orgulloso por haber dado un gran paso hacia el fin que se había propuesto, su venganza, eso estaba en primer lugar antes que todo después de su lindo hijito. Y aún no podía creer que las palabras que habían salido de sus labios en la junta, fueran con naturalidad y firmeza, ante sus ojos todo esto aún le parecía inverosímil e irreal, pero ya habría tiempo para digerir todo lo que le había ocurrido.

Y cuando estaba por ponerse de pie, fue detenido por una mano grande y cálida que sostuvieron la suya a lo que rápidamente apartó de manera brusca.

Girando su cabeza para ver de quién se trataba, se sorprendió de ver a Hyun Joong sentado en su mismo lugar mirándolo con sorpresa, «¿no se supone que se había ido?» cruzó por la mente del doncel. Y aunque en su momento sintió felicidad por verlo de nuevo, no pudo evitar regalarle una mirada fría que le demostraba todo su desprecio.

Así que sin darle la debida importancia a lo que había ocurrido hace unos instantes con el tacto de su aún esposo, mostró serenidad. Había pensado que tantos años separado de él, su cercanía no le afectaría, pero mierda, era Hyun Joong, había sentido unas cosquillitas bonitas y agradables recorrerle todo el santo cuerpo cuando Hyun Joong le tomó la mano sin anticipación.

PÉTALOS CAÍDOS | | HYUNSAENG Donde viven las historias. Descúbrelo ahora