PÉTALOS CAÍDOS | | HYUNSAENG

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¿Verdades que duelen y disculpas?

—Muchas felicidades señora Bae Suzy, logró lo que tanto quería, el joven Kim me odia, ¿satisfecha? —. La felicitó en una euforia de aplausos frente a la celda. La mujer lo miraba con odio y rencor a través del cristal, para después sonreír victoriosa ante lo que escuchó. —Seguramente debe de pensar que se salió con la suya y ganó, ¿no es cierto? —la mujer asintió—, pues que mal… Para que usted pueda salir de este lugar horrible e innospito había un increíble trato que el señor Kim Hyun Joong debía hacer en primer lugar, firmar los papeles de divorcio para que yo retire los cargos que puse en contra de usted, ese era el trato. Kim Hyun Joong los firmó y yo debía cumplir con mi promesa, es por eso que estoy aquí, vine a retirar la denuncia que puse en contra de la señora Bae Suzy, pero me doy con la sorpresa que no puedo hacerlo. Su caso pasó a los tribunales de justicia y está en investigación, la acusan por lavado de dinero, extorsión, manipulación, privación de la libertad y homicidio, ¿qué horrible caso el suyo? No sé cómo pude verla como mi madre cuando era niño… Que bueno que el señor Kim me dio mi libertad, no quiero que me sigan relacionando con personas como ustedes, con unos delincuentes… Que mi hijo sepa que tiene una abuela delincuente y un padre presidiario, ¡ay no! ¡Qué horror! ¡Qué asco!

—¡¿Qué?!

—Ah, ¿no lo sabía? El joven Kim está preso por golpear brutalmente y salvajemente a mi médico de cabecera… Afortunadamente el señor Choi SiWon se encuentra mejor y fuera de peligro, dijo que no presentará cargos en contra del señor Kim, así que saldrá en unos días… La policía decidió ponerlo tras las rejas por golpear a un hombre inocente, pagará una condena de siete días para que no vuelva a cometer un acto como ese.

—¿Parece que todo esto te satisface, verdad?

—Por supuesto, la vida se encargó de poner a cada uno en su lugar… Yo no tuve que hacer nada, ¿o sí? —puso un dedo en su mentón como si estuviera pensando—, ¿huh? Ya lo recuerdo, quizás también cooperé un poco con la investigación… Los mensajes de extorsión que constantemente recibía por e-mails, era yo—. Terminó revelándoselo como si se tratara de una bromita pesada. Qué por supuesto, él estaba disfrutando.

Si él era el villano, sería el mejor villano.

—Tú… Maldito demonio.

—Ay, ¿pero que boca señora? El dinero regresó a su dueño, o sea a mí… Pero que hay de las cuentas falsas que creó con varios nombres falsos… La fiscalia ya descubrió su múltiple identidad y las cuentas bancarias que operaban en el exterior y por cierto, la existencia de su cómplice… Jung YongHwa debe estar siendo arrestado en estos momentos en su residencia por la policía, y si pensaba utilizarlo a él para que me hiciera daño a mí y a mi hijo, creo ya no se va a poder… Actuó muy tarde. Es más, le revelaré otro secretito que seguramente le va a encantar—, se acercó más al cristal para que la mujer pudiera oírlo con claridad lo que tenía que decirle—. El señor Jung YongHwa era mi informante, él trabajaba para mí.

—¡¿Eso no es cierto?!

Young Saeng soltó una sonrisita victoriosa.

—Le ofrecí una buena cantidad de dinero y accedió… ¿Cómo crees que sabía todas esas cosas si yo me encontraba en Estados Unidos? Yo le pagaba para que me los dijera… El fraude, malversación de fondos, múltiples identidades, cuentas bancarias, asesinatos y el asesinato de mi padre… En fin, todo eso él me lo reportaba, eso era parte de su trabajo además de enamorarla y calentarla el oído con palabras bonitas y tiernas, ¿qué ingenua y tonta fue usted? Por eso no hay que confiar en nadie, porque tarde o temprano en quien más confías puede terminar traicionandote cuando menos te lo esperes… ¿Creías que él te amaba? ¿Te adoraba? Ay por favor, era parte de su trabajo para tenerla con la guardia baja—, volvió a reírse distrutando del momento.