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— ¿Usted mandó a Hyunnie a los Estados Unidos para que se olvide de mí, verdad? — Le preguntó con tristeza.

— Por supuesto que sí, yo no iba a permitir que mi único hijo siguiera tus mismos pasos… Solo está encaprichado contigo, y si convive con otras personas más, estoy segura que Hyun Joong se olvidara de esa relación ridícula y enferma que mantiene contigo, Hyun Joong no es como tú, ¡un maldito gay! — Le gritó al pequeño.

— Hyunnie, no caerá en su trampa, en su juego… Él no lo hará, porque me ama. — Su inocente comentario hizo reír con sorna a la señora Kim.

— ¿Estás seguro? ¿Porque crees que mi hijo dejó de comunicarse contigo? — Al ver que el menor agachó la cabeza con la carita triste ante lo evidente, continuó atormentandolo. — Kim Hyun Joong conoció a una hermosa mujer de su misma condición social; bella, elegante y de buena familia, él no merece a un chico corriente y ordinario como tú, a un recogidito de la calle que no sabe ni sus orígenes. Tal vez tus padres sean unos delincuentes o unos corrientes de barrio sin educación.

— ¡Ya basta! — Interrumpio el señor Kim, al notar que su esposa egoísta estaba menospreciando y humillando a su pequeño hijo por ser adoptado. — Si no sabes nada, es mejor que cierres la boca… ¡Callate!

— No me defiendas padre, madre tiene razón… Yo no soy nadie, más que un recogido de la calle. — Sus lágrimas cayeron por sus pomposas mejillas.

— No digas eso Young Saeng… Eres mi hijo, y te quiero mucho. — El señor Kim terminó por envolverlo en sus brazos protectoramente.

— No sé qué tanto le ves a ese mocoso de la calle, no eres su padre… Por quien deberías preocuparte es por Hyun Joong, él si es tu hijo y biológico. — Miró la escena con desdén. Kim WooBin le tenía un gran aprecio y cariño a Young Saeng, lo cual despertaron celos infundados en ella. No entendía porque su esposo tenía tantas consideraciones con Young Saeng cuando este no era nada más que un recogido de la calle.

— Hyunnie si cumplirá su promesa, ¿verdad padre? Volverá por mí, y seremos felices. — Le miró esperanzado a su padre, quien le devolvió el gesto con una sonrisa cálida y sincera.

— Por supuesto que sí, pequeño.

— Deja de llamarlo por esos apelativos tontos, su nombre es Hyun Joong, no Hyunnie… Y para ti es joven Kim o Hyun Joong. — Le regañó al menor. — Creo que dejarte ser parte de mi familia ya fue demasiado. Te tomas atribuciones que no te corresponden. ¡Mocoso impertinente! — Bufo molesta.

Con ese recuerdo en mente fue recobrando la conciencia, dándose cuenta que se encontraba en el interior de su habitación, y recostado sobre su cómoda cama. Se sorprendió un poco al darse cuenta que había una aguja incrustada en su piel por donde recibía al parecer, suero y medicamentos.

— ¿Qué me pasó? — Cuando trató de levantarse de la cama, una fuerte punzada en la cabeza lo hizo caer de nuevo sobre el suave colchón.

Hyun Joong, quien se encontraba platicando seriamente con el médico, al darse cuenta que su esposo había recobrado el conocimiento se acercó a él muy preocupado. Young Saeng al verlo, se dio la vuelta dándole la espalda, por el momento no quería ver a Hyun Joong por razones obvias.

— El doncel presenta signos de estrés, anemia y agotamiento… Como el bebé aún está siendo amamantado, no le puedo recetar medicamentos fuertes para estos casos, le harían daño al pequeño. Y parece ser que el joven Heo ya estaba recibiendo tratamiento en Estados Unidos, según su expediente — Le dio una rápida ojeada al expediente médico del doncel. — Está bajo una dieta estricta, debe hacer ejercicios con regularidad para mantener una vida saludable, porque además de eso, recibe unas fuertes dosis de medicamentos cada 3 meses, por lo visto, él se está cuidando para no quedar embarazado. — Añadió antes de poner toda su atención en el doncel.

PÉTALOS CAÍDOS | | HYUNSAENG Donde viven las historias. Descúbrelo ahora