🌸17🌸

57 14 5
                                    

🌸🌸🌸

«Hyun Joong sigue siendo tu esposo, Young Saeng… Ten un acto de humanidad, amor al prójimo…»

Por más que trataba de dormir, una vez más se encontraba revolcando como gusano por toda su cama, las palabras de Kyu Jong resonaban una y otra vez en su mente como esos programas noticieros de radio que nunca se callan. Afortunadamente su pequeño Jimin que dormía a su lado, no se había despertado por tanto ruido y movimiento. Su hermoso bebé tenía el sueño un poco pesado como su padre.

De cierta manera le había afectado enormemente recibir la noticia que su aún esposo se debatía entre la vida y la muerte y que para salvarle la vida tenían que hacerle una cirugía bastante riesgosa para retirarle la bala, o de lo contrario podría morir. La bala había logrado perforar uno de sus órganos vitales, Kyu Jong le envió esa información después, por medio de un mensaje de texto. Quería ignorarlo, no obstante, no dejaba de doler.

Había pensado en ignorar todo aquello relacionado con Hyun Joong, como si el hombre nunca hubiera existido en su vida por tanto daño que le hizo, sin embargo, la misma naturaleza le estaban haciendo las cosas aún más difíciles, y más su débil corazoncito de pollo y buenos sentimientos, terminaban también por contradecirlo. No había dejado de pensar en él durante toda la bendita madrugada, sintiendo en su ser, la extraña sensación de haberlo perdido para siempre.

Aunque por una parte lo odiaba con toda su alma, no era tan mundano y cruel como para desearle algún mal, así se trate de su peor enemigo.

"¿Y ahora que hiciste para terminar baleado?" Mientras se cuestionaba internamente por lo ocurrido, no dejaba de pensar que todo esto se trataba de un mal sueño. Que Hyun Joong estaba a su lado y abrazándolo, susurrándole al oído de cuanto lo amaba. Que quería estar a su lado para siempre, que querría tener más hijos con él, que amaba a Jimin con toda su alma. Que siempre los protegería y velaría por ellos, que eran su felicidad.

Sin embargo, también estaba su contra parte cuestionándole la mala actitud que Hyun Joong tuvo con él en el pasado; los malos tratos, desinterés, indiferencias, humillaciones, crueldad, desprecio, abandono; todo habría sido tan diferente si nada de eso hubiera ocurrido. Estaría junto a él en estos momentos como una verdadera familia.

Su corazón estaba dividido, una parte de él quería perdonarlo y regresar junto a él, pero la otra se negaba rotundamente a regresar con quien le hizo tan infeliz.

Quizás el orgullo, el rencor, el odio o el mismo resentimiento predominaba por encima de los buenos sentimientos, ya que cuando estaba lejos de Hyun Joong lo añoraba y anhelaba su cercanía, pero cuando estaba cerca de él sólo tenía unas inmensas ganas de agarrarlo a bofetadas hasta cansarse, era algo que no podía evitar. Sus buenos y malos sentimientos se cruzaban como cables eléctricos haciendo cortos circuitos.

— Si sigo así, tendré que ir de nuevo al psicólogo. — Se recomendó así mismo, mirando a su pequeño Jimin que dormía a lado suyo. — No por él, sino por mi y por ti, mi cielo— Jaló a su pequeño más a su cuerpo, brindándole de su calor corporal, mientras su bebé con su pequeña naricita de botón buscaba desesperadamente en medio de su dormido su pecho. Jimin aún se alimentaba de leche materna, aunque tenía suplemento alimenticio como lo era la fórmula en leche recomendado por el mismo pediatra, Jimin aún persistía en amamantar de su pecho. 

Desabotonando tres botones de la blusa de su pijama, acercó su pecho a la boquita de su hijito, quien no tardó enseguida de embocar el pezón para empezar a lactar la leche como todo un desesperado, haciendo sonar su gargantita. — Estabas hambriento, mi amor — Dijo un sorprendido Young Saeng, retirando varios mechones de cabello de la frentesita de su hijito. Agarró una pequeña tela que guardada dentro de una pañelera por cualquier emergencia, Jimin al ser un bebé todavía transpiraba durante la noche. Y la escondió por un momento debajo de su ropa para que se calentara con su calor corporal, cuando la sintió tibiecita la utilizó para secar el sudor de su bebé: la pasó por su espaldita, pecho, piernitas, cuello, frentesita, eran zonas donde más se acumulaba el sudor.

PÉTALOS CAÍDOS | | HYUNSAENG Donde viven las historias. Descúbrelo ahora