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De un puñetazo en la cara, Hyun Joong fue mandado al piso por un enojado Kyu Jong.

— ¡De verdad que eres un maldito imbécil Hyun Joong! En vez de ponerte de lado de TU ESPOSO, te pones del lado de la bruja de tu madre… El que Young Saeng no pueda utilizar su nombre real, se debe a ella.

— ¿De qué hablas? — Replicó confundido.

— ¿Ahora vas a decir que no sabes nada? Por la forma tan devota que defiendes a tu madre, pareces ser su cómplice… ¿Acaso también dirás que lo mandaste a matar para liberarte de él? — Lo acusó severamente.

— ¡¿Acaso me viste con cara de matón?!

— Pues así lo parece… Young Saeng jamás debió de haberte ido a buscar al hospital y yo menos, era preferible dejarte morir. Tal y como lo dijo Young Saeng en esa ocasión.

Tras escuchar la dura revelación, Hyun Joong le miró impactado mientras intentaba ponerse de pie después del golpe recibido.

— No pongas esa cara Hyun Joong… Tu tierno y dulce esposo, se expresó así de ti. — Soltó duramente. — ¿Me da exactamente lo mismo lo que le pase a ese hombre? Si se muere, no tardes en avisarme para enviarle el más grande y hermoso arreglo floral.

— Mi esposo jamás diría algo así.

Kyu Jong hizo una mueca irónica.

— Si no lo quieres creer, eso ya es asunto tuyo… Sólo paso con informarte, que tu madre ni siquiera asomó sus narices para preguntar por ti en el hospital, Young Saeng, tu abuela y yo fuimos los únicos que nos preocupamos por ti. Pero a ella ni le va ni le vino lo que sucediera contigo, se olvidó de ti. Dijo que no la molestara con cosas insignificantes, y que lo resolviera yo solo.

Al terminar, se marchó del lugar dejando a un Hyun Joong más confundido que nunca por lo que acababa de enterarse.

Suzy no se preocupaba por él, su esposo sí.

— ¿A quién le debo de creer?

Se pasó las manos por el cabello, frustrado.

Después de lo ocurrido con Kyu Jong, había pasado alrededor de una semana donde habían sucedido muchas cosas que lo tenían con los nervios de punta y con el jesús en la boca. Young Saeng obviamente, lo había echado de su casa sin contemplaciones como si se tratase de un perro maloliente y sornoso sin darle la oportunidad de explicarle sus razones y el motivo de su comportamiento incoherente, su bello esposo se había hecho al de los oídos sordos.

De nuevo le había negado la entrada a su hogar, como también de volver a ver a Jimin, su pequeño hijo no tenía porque pagar por los pecados ajenos, los suyos y los de su terco esposo, y eso Young Saeng parecía no entenderlo, se estaba comportando como un niñito berrinchudo y mimado… No más bastaba con decir, que el precioso doncel lo estaba castigando de esa manera por haberlo tratado tan mal ese día, además de castigarlo con el látigo de su indiferencia, no le dirigía la palabra para nada. Cuando intentaba hablarle, le daba la espalda ó se hacía el sordo, ó ignoraba su presencia.

Así mismo pasaba cuando lo llamaba por su nombre real y completo, se hacía el desentendido o pretendía no conocerlo. Lo había hecho enojar tanto, que había regresado a ser el mismo de siempre, el mismo chico frío, indiferente, desinteresado y engreído que conoció hace meses atrás.

Pero lo que le daba más coraje, es ver a su tierno esposo acompañado todo el tiempo de un tipo que jamás había visto… solo oído, ya que ese tipo era el famoso Choi Siwon. Siempre estaba cerca de Young Saeng, si no era conversando, era mimandolo, llenandolo de besos y caricias, parecía sanguijuela ó más bien un pulpo, no podía tener sus manos quietas, si no las encontraba en sus mejillas las encontraba alrededor del cuerpo ajeno, tocándolo, manoseandolo, y Young Saeng se lo permitía todo, ¡que rabia le daba! Al parecer, su tierno esposito se había olvidado que era un jovencito casado.

PÉTALOS CAÍDOS | | HYUNSAENG Donde viven las historias. Descúbrelo ahora