Atrocidad, espanto y miedo, era lo que Miguel trasmitía a través de sus ojos, su ebriedad había desapareció a ver como los paramedicos trasladaban tres cuerpos con los rostros deformes y las mandíbulas exageradamente abiertas, de piel grisácea con los ojos blancos nublados, muertes que no tenían explicación. El lugar de lo ocurrido era un pequeño vecindario. Los oficiales de policía tenían casi toda la calle cerrada visitando puertas por puertas en busca de pistas.
Ningún vecino tenia las agallas suficientes para salir a curiosear, tan solo asomarse por las ventanas por varios segundos les causaba miedo.
—¡Disculpen...! ¿Quien encontró los cuerpos?—. Pregunto Miguel a uno de los oficiales que vigilaban el perímetro con la voz temblorosa y la piel entumecida.
—Escuche que fue el esposo. Llego del trabajo y encontró a su esposa y dos de sus hijos muertos—. Respondió el oficial intentando mantenerse calmado.
—¿Donde esta el ahora?
—Esta dentro de la casa, aun lo siguen interrogando.
Miguel había entrado a la casa, el victimario tenia la mirada agachada sentado en el sofá, lloraba mientras se agarraba el cabello con fuerzas. Una detective estaba sentada a lado de él, intentando calmarlo pero no era imposible, solo lo empeoraba aun mas ya que se estremecía de un lado a otro, parecía un hombre sacado del manicomio, había alzado la mirada, sus ojos estaban rojos de tanto llorar y su nariz moqueaba sin detenerse.
—Mi esposa.... mis hijos....—. Repetía una y otra vez agonizando por su perdida.
—¿Es posible que este maldito haya causado esto? —. Penso Miguel en voz baja.
—Detective Miguel, Creí que estaba interrogando al prisionero—. Dijo Daren, llegando en la escena.
—Lo hacia, pero me entere de esto mientras lo interrogaba...
—¿Has estado tomando?—. Pregunto Daren interrumpiéndolo con la mirada hacia el.
—Un poco—. Respondió Miguel sin dejar de ver al hombre sollozar.
—¿Ya resolviste tu caso, para venir a este...? ¡Y de paso tomando!—. Dijo entre risas.
—El prisionero me advirtió sobre esto.
—¿Que esto ocurriría? ¿Es en serio?—. Pregunto con un comportamiento de burla pero encogido de hombros.
—¡Pues si...! Si no, no estuviese aquí, ¿No cree? —Contesto Miguel un tanto alterado mientras veía a Daren de manera repulsiva.
—¡Como digas! Nuestros mejores expertos están resolviendo el caso. De momento no necesitamos de tu ayuda—. Aclaro Daren retirándose sin nada mas que decir.
Miguel, antes de marcharse, se había percatado de algo entre uno de los retratos familiares colgados en la sala, una sombra retorcida posaba en una de las fotografías donde estaba toda la familia presente. Sin pensarlo dos veces, descolgó el cuadro sin que nadie lo viera y se marcho.
Ese mismo día antes de anochecer, Miguel había visitado una vez mas al prisionero, estaba sentado en el escritorio con la fotografía familiar pensativo e indignado.
—Quiero creer que esto es obra del diablo, y no tuya ¡¿Sabes?!—. Dijo Miguel con la piel entumecida mientras le temblaba las piernas.
—Y a mi me sorprende que usted aun siga viéndome—. Contesto el prisionero entre risas.
—¿Y porque no lo haría?
—¡Veraz! Antes de tu llegada, ya me habían interrogado dos detectives, no vinieron mas y murieron de la misma manera que esa pobre familia que ves en esa maldita fotografía—. Aclaro sin dejar de ver a Miguel.
—¡Vaya! Vengo de muy lejos a resolver un caso donde me amenazan de muerte—. Dijo el detective con la mirada abajo.
—Tengo una lista de victimas gracias a mi memoria fotográfica. Tu eres uno de ellos.
Miguel estaba muy pensativo, intentaba mantener la calma y cumplir con el objetivo que este le estaba pidiendo.
—¡Entonces! Aunque te ayude a encontrar a tu hijo, ¿Seguirán muriendo inocentes? —. Pregunto Miguel entristecido.
—Lamentablemente si. Seras mi ultima opcion. ¡El tiempo corre!
—¡De acuerdo! —. Exclamo Miguel, se puso de pie y tomo la fotografía que admiraba y la guardo en uno de los bolsillos de su saco.
—¡Miguel Angel!—. Exclamo el prisionero esperanzado..
—¡Dime!—. A punto de marcharse.
—Que el Angel de la guarda te acompañe—. Ocultándose entre la oscuridad de su celda.
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Los Alquímicos: INICIOS
Fiksi IlmiahCuenta la historia del detective Miguel Ángel, quien a principios de la década de 1906, viaja a Celsus City, la ciudad de la alquimia. Para interrogar a un asesino misterioso, queda atormentado al darse cuenta que muertes paranormales ocurren mientr...