-Diga.
Su voz familiar alivia mi tensión automáticamente. No se parece en nada a Boscha. Si fuera como ella, se habría ido nada más descubrir que vivía encima de una tienda de muñecas. Me relajo con esa idea.
-¿Amity?
-¿Luz?
-Si. Hola.
Estoy tumbada en el suelo, detrás de la caja registradora, me siento un poco como Amelia mientras miro hacia el techo. Esta posición ayuda a pensar; no me extraña que pase tanto tiempo asi.
Permanecemos en silencio durante un largo rato.
-¿Necesitabas algo? -dice al fin.
A ti.
-Necesitaba mi chocolate caliente de las mañanas, pero alguien ha hecho que me volviera adicta pera después quitármelo.
-¿Esa es tu forma sutil de decirme que me echaste de menos la semana pasada?
-Echaba de menos el chocolate caliente. Tan sólo pienso en ti como la chica que me lo trae. A veces se me olvida tu nombre y te llamo "la chica del chocolate".
Se ríe un poco, y me doy cuenta de que estoy deseando poder verle la cara, para contemplar cómo se le iluminan los ojos al sonreír.
-Pues yo he echado de menos tu ingenio.
-Es lógico -El corazón me late con fuerza en las cienes-. Nunca llegué a darte las gracias por prestarme la cámara.
-¿Significa eso que ya has terminado la página web? ¿Cuál es la dirección? Quiero ver a esas muñecas ladronas de almas en mi pantalla.
Oigo unos papeles que se mueven al otro lado de la línea, y me pregunto si estará estirando el brazo sobre un escritorio o algo así para tomar el ordenador.
-No. Quiero decir que no hay dirección. Mi madre no la quiere.
-Ah, ¿Y eso?
-En realidad no estoy segura. Iba a darle una sorpresa, a enseñarle lo que había hecho, Y entonces se ha enfadado conmigo. Se ha cerrado completamente y ha dicho que no la quería. No es propio de ella.
-¿Qué has puesto en la web?
-Esa es la cosa. Sólo le enseñado el cartel y nuestra información de contacto. Estaba contándole que también quería subir una foto suya.
-¿Es tímida con las cámaras?
Colocó el pie sobre la pared y dejó que mi mano libre flote por encima de mi cabeza.
-No.
-A lo mejor es sólo que no quiere algo así en internet, su cara junto al lugar donde viven. Es básicamente como si estuvieras poniendo su dirección en la página, con una foto suya. Comprendo que pueda darle miedo que un montón de extraños sepan dónde viven. ¿Hay alguna forma de hacerlo sin la información personal?
He dejado de respirar, pero sólo me doy cuenta porque veo unos bordes negros en mi campo de visión. Tomó aliento. ¿Está preocupada porque un montón de extraños descubren donde vivimos, o por una persona muy en concreto? Mi padre.
-¿Te encuentras bien?
Hago un "hum", pues no confío en mi voz. Noto la garganta tensa, y no sé si las palabras podrán atravesarla siquiera.
-¿Estás segura?
Tragó saliva.
-Si. Creo que tal vez tengas razón.
Teniendo en cuenta cuánto me duele la garganta, me sorprende comprobar lo normal que suena mi voz.
-Suelo tenerla.
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La distancia entre tú y yo | LUMITY | •Adaptación•
FanficEl dinero no puede comprar una buena primera impresión -Luz Noceda La historia originalmente fue creada por Kazumi_Kyoko Todos los créditos a su autor original. Artista de la portada: YAKUM...