Mi madre me agarra la mano con fuerza.
-El doctor ha dicho que es solo un procedimiento estándar, mamá. No hace falta que te pongas nerviosa.
-Pero no has sido sarcástica conmigo en toda la mañana. Piensas que es algo serio.
Me río.
-Estoy demasiado cansada para ser sarcástica y, además, tu padre me esta haciendo sentir muy poco original.
Sonríe.
-¿Te cae bien?
-Si.
Es lo único que puedo decir. Ahora no es el momento de volver al tema de que no debería haberme mentido durante toda mi vida. Mis abuelos no son ni por asomo los monstruos que ella había pintado, y apenas ha sido capaz de conseguir que no se desbordara la furia.
-Lo se -dice, como si me estuviera leyendo la mente-. Te los robe. Tomé esa decisión por mí, pero no tenía ningún derecho a tomarla por ti. Lo siento mucho.
Le aprieto la mano.
-Recuperemos el tiempo perdido cuando te encuentres mejor, así que deja de hacerte la enferma de una vez. Si querías que tus padres volvieran, podrías haber hecho algo menos dramático.
Sonríe.
-Asi que no voy a morirme.
-Te quiero, mamá.
-Yo también te quiero, mija.
Santiago, Vivían y Luca ya han hablado con mi madre, así que tomo el ascensor hasta el piso de abajo para unirme a ellos en la sala de espera. Cuando doblo la esquina veo que no están solos. Reconozco de inmediato la espalda de Amity, al menos por su postura extremadamente buena. Si Vivian no me hubiera mirado al entrar, podría haberme marchado sin que ella me viera, pero la mirada de mi abuela hace que se gire. El corazón me late con fuerza en el pecho. Retrocedo de todos modos, camino hasta la parte delantera del hospital y salgo a la fría mañana. Los árboles sin hojas que están dispuestos en una hilera en el aparcamiento parecen negros contra el cielo blanco.
-Luz -me llama Amity-. Espera, por favor.
Me detengo en una zona de césped amarillento y la miró.
-¿Que?
-Casi había olvidado lo insegura que puede volver tu mirada a alguien. -Espero a que me explique porqué se encuentra aquí-. Vale. Supongo que debería hablar. -Respira hondo-. Aquí estoy, enfrentándome al fracaso. Aquí estoy, jugandomelo todo, a pesar de que sé que podría perder. Y estoy aterrorizada.
Trago saliva con fuerza, luchando contra el instinto de consolarla.
-Pero, como tú dijiste, todo lo que vale la pena tener hace que merezca la pena arriesgarse. -Mira el césped y después otra vez hacia mí, casi como si se hubiera preparado un discurso y este fuera el comienzo-. Lo siento mucho. Aquella noche, la noche del evento benéfico... Fuí una idiota. No sabía que no conocías a tus abuelos. Y cuando Boscha dijo qué...
-¿Boscha? -El recuerdo de Boscha aquella noche me golpea la mente con una sacudida. Con todas las cosas que había sucedido, me había olvidado de ella-. Yo no... Hunter y yo nunca hemos estado juntos.
-Lo se. Me lo explicó Amelia. Pero me atrapó desprevenida, Y pensé que era por eso por lo que te marchabas. Porque te sentías culpable. Pero Boscha es una imbécil. No sé porqué lo creí, ni siquiera un segundo. Debí haber salido corriendo detrás de ti para asegurarme de que estabas bien. De que estábamos bien.
Es cierto. Boscha es una imbécil.
Baja la mirada hacia las manos, y después se pasa los dedos por el pelo, con aspecto de estar lo menos serena que la he visto nunca.
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La distancia entre tú y yo | LUMITY | •Adaptación•
FanficEl dinero no puede comprar una buena primera impresión -Luz Noceda La historia originalmente fue creada por Kazumi_Kyoko Todos los créditos a su autor original. Artista de la portada: YAKUM...