Epílogo

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Ella se aparta primero, aunque tengo agarrado un trozo de la parte trasera de su camiseta, y me aferro con fuerza.

-¿Cómo se encuentra tu madre? ¿Está embarazada, entonces?

-No.

-Eso es bueno... ¿Verdad?

-No. Fui egoísta. Un bebé habría sido una buena noticia, pero esto es horrible. Están tratando de averiguar qué es lo que le pasa.

Amity me pone un mechón de pelo por detrás de la oreja y me quita una lágrima de la mejilla con el pulgar. Intenta retroceder de nuevo, pero he agarrado otro trozo de su camiseta. Ella se ríe y se rinde, rodeándome otra vez con los brazos.

-Lo arreglaremos. Mi padre conoce algunos de los mejores doctores del mundo, y...

-No. No estás aquí para resolver este problema. Lo último que necesito es que tus padres piensen que he comenzado a salir contigo porque mi madre está enferma y quería tu ayuda. Santiago y Vivían tienen las cosas bajo control, y todo va a salir bien.

Aunque pronuncio las palabras, no estoy segura de creermelas.

-Entonces, ¿Qué puedo hacer? ¿Tus abuelos tienen algún lugar dónde quedarse? Porque básicamente estoy en el negocio de dar alojamiento a la gente durante un par de noches... -Sonrío-. ¿Tienen hambre? ¿Cuándo fue la última vez que comieron? Tal vez podría traer comida para todos...

Le agarro la mano.

-Amity.

-¿Que?

-Por favor, no te vayas. Cuando el doctor salga... ¿Podrías...? ¿Podrías estar aquí para mí y ya está?

-Pues claro.

Me aprieta la mano y volvemos a entrar en el hospital, juntas.

Santiago levanta una ceja cuando nos ve, probablemente pensando: "¿No habíamos quedado en que esta chica era demasiado guapa?". Mientras que Luca mira fijamente a los ojos de Amity, como dando una advertencia y siento como a ella le da un escalofrío. Lucia está levantando su guitarra por encima del hombro, lista para golpearla por si pasa algo. ¿En qué momento llegó Lucia? ¿Ya habrá hablado con Luca, Santiago y Vivian? ¿No se supone que yo tendría que protegerlos a ellos, y no ellos a mi?

-¿Todavía no ha bajado el doctor? -pregunto.

-No.

-Esta es Amity, por cierto -añado mientras levantó ligeramente su mano con la mía-. Estos son los Noceda... Aunque supongo que ya se conocieron en el evento benéfico.

La mirada de Santiago junto la de Luca van alternativamente de Amity a mi, y parece como si estuviera conteniendose para no dar alguna clase de regañina de abuelo o hermano. Me pregunto si será difícil para ellos guardarse una opinión. Quizás mi abuelo haya aprendido una o dos cosas sobre los adolescentes en los últimos veinte años. Es evidente que no tenía ni idea cuando mi madre vivía con él.

-Amity, acabamos de conocerla, así que cuida muy bien de ella -dice Vivían finalmente.

-Por supuesto, señora.

-Luz -dice mi abuelo, tomando la mano de Vivían con la suya-. Voy a comprar algo de comida para los dos y tus hermanos. ¿Necesitas algo?

-No, estoy bien.

Encuentro una silla en una esquina, y Amity se sienta junto a mí. En un televisor colgando de la pared están dando las noticias, pero el volumen es demasiado bajo como para que nadie las oiga.

Santiago y Vivían salen de allí juntos con Lucia y Luca hablando detrás de ellos, y yo los observó. ¿Cómo es posible que un día estuviéramos mi madre y yo solas, y al siguiente tenga a cinco personas que se preocupan tanto por mí?

La distancia entre tú y yo | LUMITY | •Adaptación•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora