QUINCE

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Sasha

-Ryan termina de cenar.

-Papi tengo las tripitas llenas.

Suprimo una sonrisa. El maldito sabe cómo manipularme para que lo deje hacer lo que quiera. Terminé adoptándolo, dos meses cuidando de él y cuando encontraron una familia definitiva no pude separme de mi piccolo. Ahora es mío completamente, empezó a llamarme papá a la semana de estar conmigo, no puedo describir lo que sentí cuando lo escuché por primera vez. West me ayudó a hacerlo oficial, movió sus hilos en el sistema. Ryan Di Santos, mi jodido hijo. Me acerco a él.

-Te ha comido toda la carne y has dejado las zanahorias, debes comerlas para ayudar a tu vista.

-Pero veo bien- se queja.

-Por ahora, no querrás dejar de ver ¿verdad?

Niega con la cabeza.

-Entonces cómete las zanahorias.

Escucho la puerta del bar abrirse. Me echo al hombro el trapo antes de girarme. Mis puños se aprietan a mis lados cuando veo quién ha entrado.

-¿Qué coño hacéis aquí?- pregunto.

-Hijo...

-No te atrevas a llamarme así.

Mi padre y mi tío Alessio se encuentran frente a mí. Después de casi un año lejos de mi familia, aquí estaban ellos.

-Tienes que volver a casa- dice mi padre- Ti prego.

-Lo siento, mi vida está aquí ahora.

-Papi ya he acabado.

Mi tío y mi ñadre se miran confundidos. Me doy la vuelta para mirar a mi hijo.

-Muy bien, campeón. Ahora quédate aquí coloreando mientras papi echa a esos dos del bar.

-¿Son hombres malos?

-A veces...

-¿Vas a hacerle lo mismo que a los otros hombres?

-No, y no vuelvas a mencionarlo. Ni siquiera deberías haber visto eso. ¿Como mierda abriste las puertas para escaparte de la niñera?

Ryan hace una mueca con la boca, levnata las cejas y sonríe. Le revuelvo el pelo. Hace dos noches, unos borrachos me increparon para que siguiera sirviéndoles cervezas. Cuando me negué, intentaron golpearme, tuve que darles una paliza y echarlos del bar. Al parecer, Ryan ha aprendido a abrir las puertas de algún modo, porque aún no llega a la manija. Se escapó de la niñera y bajó las escaleras del apartamento él solo. Me vio golpear a esos hombres, ahora piensa que soy una especie de superhéroe que lucha contra los malos.

-Sasha- me llama mi tío Alessio- ¿Podemos hablar?

-No, tengo que llevar a mi hijo a la cama, es tarde.

Son más de las doce, Ryan ni siquiera debería estar aquí, pero la niñera me ha fallado hoy y he tenido que cuidarlo mientras trabajaba. Tomo a Ryan en brazos, apoya su cabeza en mi hombro, recojo sus colores y su libro de colorear con una mano, lo dejo bajo la barra. Salgo de ella con mi hijo en mis brazos.

-Si sois tan amables, tengo que cerrar- digo señalando la salida.

A regañadientes, se marchan. Cierro la puerta principal con llave. Me aseguro que la de la cocina también esté cerrada, apago todas las luces y subo las escaleras. Ryan se ha quedado dormido en mis brazos. Entro en casa, llevo a Ryan a mi habitación, me gusta dormir con él. Me da paz y puedo descansar. Con él cerca de mí los demonios de mis pesadillas no aparecen. Tumbo a Ryan en la cama, le quito la ropa con cuidado y le pongo el pijama, lo eligió el mismo hace unos días, el otro se le quedó pequeño. Este nuevo tiene dinosaurios, algo que a Ryan le encanta. Me ha hecho ver mil veces las películas de Jurassic Park. Su habitación está llena de dinosaurios de juguetes, hasta giene un Tiranosaurios Rex que se mueve y hace ruidos. Ese se lo regaló West por su cumpleaños, descubrimos que cumple años el diez de abril. El mismo día que ella... Mi Nina. No, mierda, tengo prohibido pensar en ella. Me hace daño. No he podido olvidarla. West me llevó a un lugar de esos donde organizan citas rápidas, todas las mujeres que me presentaron me parecieron aburridas porque no quería a ninguna de ellas. La que quiero no puedo tenerla. Cubro a Ryan con las mantas, me inclino para darle un beso en la frente.

SASHA #2 [Disponible en físico]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora