DIECISÉIS

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Nina

Soporto el quinto golpe en mis costillas. El pie de Artem vuelve a golpearme, seis golpes, seis patadas. Ya ni siquiera puedo respirar. Protejo mi cabeza, la escayola de mi brazo roto rebota en mi cráneo con cada golpe de Artem. Ha perdido más de diez millones de dólares en la bolsa, sus inversiones cada vez van a peor. Lo oaga conmigo, con su saco de boxeo. Así es cómo me definió. Artem me arranca la ropa del cuerpo, se saca su asquerosa polla y me penetra.

-Mírame nientras te follo.

Agarra mi mandíbula para obligarme a mirarlo. Muerde mi cuello.

-Puta de mierda- gruñe- Te voy a romper en dos- gime en mi oído- A tu coño le gusta mi polla, tómala toda. Dime cuánto te gusta.

-Mucho, Artem- digo sin ganas.

Siempre es lo mismo, me golpea y luego me viola. Porque sí, él me viola, yo no quiero esto. No lo quiero. Artem tira de mi pelo, lo que significa que tengo que empezar a fingir mis gemidos, si no lo hago romperá otro hueso.

-Artem, me gusta mucho.

-¿Te gusta así puta?

-Sí, me encanta.

-¿Quieres que te folle más duro?

-No, así. Así me gusta.

Artem mira a Bonnie.

-Luego vas tú- le dice.

Bonnie solloza. Debo impedir que la toque, hace meses que no lo hace. Cuando lo ha intentado, he tenido que desnudarme para que me haga daño a mí y no a ella.

-Artem, no. Yo soy tu esposa, me perteneces.

Artem gime, le encanta que le diga esas cosas y yo... Yo sólo quiero vomitar.

-A la puta de mi esposa le encanta mi polla en su coño.

Gruñe cuando comienza a correrse dentro de mí. Sale de mi interior, me arden las costillas y la espalda.

-Te has librado esta vez- le dice a Bonnie.

Artem sale de la habitación, Bonnie viene corriendo hacia mí, cubre mi cuerpo con una manta. Esto se ha convertido en una rutina. Bonnie sale de la habitación, me quedo en el suelo. No puedo levantarme, me duele todo. No sé cuánto tiempo ha pasado hasta que puedo levantarme de suelo. Camino adolorida hacia el baño. Me quito la ropa frente al espejo, miro mi cuerpo. Está completamente amoratado. Hay hematomas por todos lados, excepto mi cara. Artem ha aprendido a no golpearme ahí, el maquillaje no lo cubre todo. Entro en la ducha. El agua caliente alivia un poco el dolor. Me lavo bien entre los muslos, aplicando suficiente cantidad de gel. Lo hago varias veces hasta que siento que estoy limpia. Salgo de la ducha, enrollo una toalla en mi cuerpo y me seco el pelo con el secador. Recojo mi pelo en una cola alta. Seco mi cuerpo con cuidado. Salgo del baño, miro la hora en el despertador de mi mesita de noche, son casi las diez. Debo darme prisa, hoy tengo revisión con el médico para ver si me quita la escayola del brazo. Me pongo unos pantalones vaqueros y una sudadera negra con capucha. Finalmente, me pongo unos tenis. Agarro mi chaqueta bomber y me la pongo por encima, debido a mi bajo peso, siento más frío del normal. Estoy por debajo de mi peso ideal, son las dietas de Artem las que me tienen así. A veces castiga a Bonnie sin comer varios días, así que tengo que guardar mi comida para dársela a ella. No sé si Artem se ha dado cuenta de esto, quizás sí y lo siga haciendo porque sabe que así me obliga a no comer. Le tiene prohibido a los empleados atendernos si pedimos comida que él no haya autorizado. Salgo de la habitación, busco a Artem en su despacho, golpeo la puerta suavemente, la abro con cautela. Asomo la cabeza, nunca quiere que entremos aquí.

SASHA #2 [Disponible en físico]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora