TREINTA Y CINCO

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Sasha

Golpeo el saco de boxeo una y otra vez. Lo que Nina y mi madre han hecho me tiene enfadado, muy enfadado. Han ido por la espalda, mi madre la ha llevado a ver a ese cabrón. ¿Nina pensaba que no iba a notar que se levantó de la cama? Siempre estoy alerta y peor aún si tiene que ver con ella o nuestros hijos. La vi marcharse y las seguí sin que se dieran cuenta, ni siquiera mi madre me vio. Quería saber a dónde iban tan temprano, tan misteriosas. Cuando me di cuenta de a dónde se dirigían quise pararlas en medio de la carretera y llevarlas de vuelta, pero me pudo la curiosidad. Necesitaba saber por qué Nina quería ver a Sokolov. Escuché atentamente todas las preguntas que ella le hizo. Cosas que yo sabía porue Yaroslav me las contó cuando nos tenía retenidos a mi tío y a mí. Golpeo el saco con todas mis fuerzas. El brazo empieza a quemarme.

-Te has abierto los puntos.

-Déjame en paz León, no tengo ganas de discutir.

Escucho a mi primo resoplar.

-¿Qué ha pasado?

-Nina y mi madre- golpeo el saco.

-A la tía Yelena le gusta Nina, ¿han discutido?

-No, ese es el problema. Que a mi madre le gusta mi mujer- le doy una patada al saco- La ha llevado a ver a Sokolov. Nina se lo pidió.

León sonríe como un stronzo.

-Es decir- dice cruzándose de brazos- Que estás enfadado porque tu madre y tu mujer se llevan bien.

-Vaffanculo!

León se ríe.

-No es por eso, no debería haberla llevado.

-Sasha, no soy experto en mujeres. Nunca he tenido una relación, pero ellas necesitan lgo así como cerrar capítulos.

-Nina quería respuestas sobre Bonnie.

-Comprensible.

-Podría haberme preguntado a mí, cazzo.

León agarra el saco.

-¿Ella sabe que tú tienes esas respuestas?

Niego con ma cabeza.

-No se lo dije.

-¿Entonces por qué esperas que acuda a ti?

Pongo los ojos en blanco, el gilipollas tiene razón. No lo pensé, la ira me cegó.

-La agarré fuerte por el brazo.

-Te perdonará, te ama, primo.

-Mierda, debería hacer algo para pedirle perdón, ¿no?

León levanta las manos en señal de rendición.

-No me preguntes, nunca me he disculpado con una mujer. Las he echado de mi cama antes de cagarla.

-Figlio di putanna- digo riéndome.

-Vamos a comer, mi madre se ha adueñado de la cocina y ha preparado comida para cinco familias.

Me rio con mi primo. La tía Génesis hace mucho que fue poseída por el espíritu de la nonna siempre está preparando comidas para todos y que no se te ocurra saltarte una sola comida porque te sienta en una silla y te pone por delante mil platos llenos de comida. Subo a mi habitación a darme una ducha rápida. Bajo al comedor, donde todos están sentados esperando la comida. Frunzo el ceño.

-¿Mamá y Nina no han vuelto?- le pregunto a mi padre.

-Tu madre me ha llamado, van a comer fuera, están haciendo algo que no ha querido contarme.

SASHA #2 [Disponible en físico]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora