TREINTA Y TRES

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Sasha

-¿Puedo sentarme?

Miro a mi hermano.

-¿Qué clase de pregunta es esa?

Se encoge de hombros.

-No sé cómo estamos después de lo que te conté.

-Andreas- suspiro- No voy a negar ue quería estrangularte por haber dicho esas cosas de Nina y de nuestros hijos, y por haberla empujado. Pero... Lo hiciste por culpa de la mierda que te metieron en la cabeza.

-Entonces... ¿Me perdonas?

Le hago un gesto con la cabeza para que se siente en el taburete a mi lado, la tía Génesis nos mira mientras cocina. Andreas se sienta a mi lado en la isla.

-No tengo nada que perdonarte, hermano.

Andreas respira aliviado.

-Me sentí muy mal después de lo que dije e hice. León me golpeó- dice riéndose.

-¿Ves? Ya te castigó él, no es necesario que yo lo haga.

La sonrisa de mi hermano se disipa. Baja la vista a su regazo.

-¿Cuándo empezó todo?- le pregunto.

-Desde que cumplí trece años.

La tía Génesis da un golpe con la sartén en la encimera. Su cara refleja rabia, aunque no dice nada. Estoy seguro de que por su cabeza están corriendo mil insultos.

-¿Qué es lo que te decía?- le pregunto a mi hermano.

Mis padres entran en la cocina, Andreas los mira y agacha la cabeza. Pongo mi mano sobre la suya.

-No te avergüences- le digo- Eres una víctima en todo esto.

Andreas asiente.

-Ella... La tía Anna me decía que mi sangre estaba sucia, que mamá había traicionado a todos los rusos al follarse a un puto italiano, esas fueron sus palabras.

Mi padre grita insultos en italiano. Mi madre se pone al lado de mi hermano, rodea sus hombros con su brazo.

-Me hacía sentir menos por ser nitad italiano. Por eso no quería que nadie me dijera que soy ruso. No me avergüenza serlo, de verdad, mamá.

-Lo sé, mi amor.

-Nana dijo algo muy feo de Milena.

Mi padre se pone detrás de mí, puedo sentir su tensión.

-¿Qué mierda dijo de mi hija?- pregunta enfadado.

Andreas mira a nuestro padre.

-Dijo... Que ella... Que su sangre estaba tan sucia por culpa de la abuela Gabriella que por eso tenía leucemia, que era un castigo para mamá por haber tenido hijos contigo.

-¡Maldita zorra!- grita mi padre.

Sale de la cocina como una bala. Lo escucho gritar el nombre de mi tía Anna. Mi madre sale corriendo detrás de él. Agarro el sándwich de huevo que mi tía me ha hecho, me pongo de pie. Pongo mi brazo por encima de los hombros de mi hermano.

-Vamos a ver el espectáculo- le digo.

Él se ríe, mi tía agarra a Andreas por el brazo. Caminamos juntos hacia el salón.

-Está muy bueno, tía Génesis. Muchas gracias.

-De nada, cariño. Para eso están las tías- le dice a Andreas.

-La tía Lucía y tú sois más que eso- contesta mi hermano- Sabes que sois como una segunda madre.

Mi tía sonríe. Los gritos de mi padre se hacen más fuertes.

SASHA #2 [Disponible en físico]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora