SASHA #2 [Disponible en físico]

CUATRO

Nina

El dolor en mi cuero cabelludo aparece cuando abro la puerta de mi casa. Yerik me agarra con fuerza, me lanza al suelo. Mi mochila cae de mi hombro. Caigo de rodillas. Yerik me empuja por la cadera con la planta de su zapato. Mi otra cadera se golpea con el suelo. Me agarra por el pelo, acerca su cara a la mía. El olor a alcohol y tabaco revuelve mis tripas.

-¿Has follado con él?- pregunta.

Mi cerebro me dice que no conteste, que no lo haga.

-Habla puta de mierda. ¿Has dejado que te folle?

-Por favor...- suplico.

Mis ojos buscan a mi madre, está de pie con los brazos cruzados mirándome.

-Claro que se la ha follado- dice ella.

Mis ojos se giran hacia Yerik, la ira brota de los suyos.

-Te dije que no lo hicieras. Te lo advertí, nadie toca mi mercancía.

-Soy una persona...

-Eres mía, mi mercancía y estás vendida.

Mis ojos se abren.

-Tranquila, vivirás una vida de ricos, el hombre que te ha comrpado tiene mucho dinero.

-No puedes hacer eso. Yerik por favor, no lo hagas.

-Ya está hecho, te casarás con él en las próximas semanas. Esta noche vendrá a conocerte.

Yerik empuja mi cabeza al suelo. Mi cerebro palpita, empiezo a sentir dolor. Tengo que hablar con Sasha. Si le cuenta a su tío lo que Yerik ha hecho... Podría detenerlo, los Petrov no tienen permitido el comercio de carne. No en su territorio.

-Si le dices algo al imbécil del italiano te mato, Nina- me amenaza Yerik- Y luego lo mato a él.

-¡No!- grito.

-Ve arriba, descansa, dúchate y quítate de encima su olor. Hueles a él. Te quiero lista a las ocho, Artem estará aquí a esa hora. Más te vale comportarte.

Me pongo de pie rápidamente, recojo mi mochila.

-Dame tu móvil- dice mi madre.

-Pero es mío.

-Ahora es mío, dámelo. No voy a arriesgarme a que lo llames para que te salve. Artem ha pagado mucho por ti.

Le entrego mi móvil a mi madre. Lo guarda en el bolsillo de su pantalón. Subo las escaleras corriendo, hasta mi habitación. Mi hermana pequeña sale de la suya. Acaba de cumplir once años.

-Me alegro de que por fin te vayas de mi casa, eres un estorbo. Papá ha dicho que ahora me podrá conseguir un buen esposo para cuando cumpla dieciocho- dice Alena.

-Sólo tienes once años, Ali.

-¡Y a ti que mierda te importa puta!- grita.

Da un portazo encerrándose en su habitación. Yerik y mi madre la han enseñado a odiarme. Entro en mi habitación, cierro la puerta con seguro. Lanzo la mochila a un rincón. Miro hacia la ventana. No puedo escapar por ahí, una vez lo hice. Yerik la tapió. Ahora solo hay ladrillos al otro lado. La única luz que entra en mi habitación es la de la lámpara del techo. Algo llama mi atención, un vestido encima de mi cama. Es un vestido de verano color celeste. Tiene una nota escrita.

"Póntelo esta noche para mí. Combina con tus ojos y recoge tu pelo en un moño como los que te haces cuando bailas ballet.

Con amor. Artem Sokolov"