Capítulo 10

4.5K 378 100
                                    

Serguei, 18 años.

Sonrío frente a la cámara mientras que Alessa, Viktor, Venka y Bela se colocan a nuestros lados, tanto de Sevastien como el mío, para capturar un momento agradable de la graduación mientras que las familias a nuestro alrededor, hacen lo mismo.

La ceremonia de los graduados, había finalizado luego del lanzamiento de los birretes al cielo y poco a poco, el salón donde ha sido, comenzó a movilizarse con los padres e invitados de cada graduado para felicitaciones y fotografías, al igual que nosotros como familia.

—Atrem, por el amor de Lucifer, ¿por qué mierdas tardas tanto?— masculla Viktor, sin perder la sonrisa de sus labios—. Me comienzan a doler las mejillas, en serio, date prisa.

—No seas un desesperado, cabrón— responde Artem, nos reímos—. Ya no tengo la misma paciencia para soportar tus berrinches, como cuando comencé a cuidarte el culo. Sí te digo que sonrías como el payaso que eres, sonríes.

El rostro de Viktor, se contrae en ofensa ante las palabras de su guardaespaldas, a lo que no podemos dejar de reírnos, hasta que una sonrisa se forma en los labios de Artem.

—Hijo de...

—¡Sonrían a la cámara y digan rojo!

—¡Rojo!— exclamamos todos al unísono— ¡Serás cabrón, Artem...!

El grito de Viktor, muere con nuestras carcajadas en el momento en que Artem, acciona la cámara y el flash, ciega un momento al jefe de la mafia rusa, a lo que se queja también con el ceño fruncido, mientras que el resto de nosotros no dejamos de reírnos de buena gana.

—¡Me voy a quedar ciego por tu culpa, Artem!

—No creo que haga mucha diferencia en realidad, Vik. Siempre has estado miope, desde que te conozco— alega el guardaespaldas. Sevastien y yo, soltamos una carcajada ante sus palabras—. ¡Pero miren que bonitos salieron todos en la fotografía!

Antes de que podamos acercarnos, Viktor se adelanta para quitarle la cámara fotográfica a Artem, para ver las fotos y veo como levanta la mirada hacia su guardaespaldas, quien sonríe de forma inocente, una sonrisa que claramente, Viktor no se traga.

—Será mejor que duermas con un ojo abierto, Artem.

—Pff— bufa, rodando los ojos— ¿Crees que te tengo miedo después de quince años de amistad? No seas llorica, Vik. Sigues saliendo lindo para mí— le guiña un ojo, Viktor rueda los ojos ante sus palabras—. Aparte, todos salieron bonitos...

—¡Y yo salí con la boca abierta, pedazo de animal! ¡Por eso me quejo!

—A ver, dámela, cariño— lo corta Alessa, quitándole la cámara de sus manos para mirar las fotografías, se ríe por lo bajo— amor, aunque sales con la boca abierta. Admito que te ves lindo, es como cuando duermes y roncas...

—Me recuerda a alguien...— murmuro por lo bajo en tono irónico, río entre dientes cuando Sevastien, me clava su codo en sus costillas— ¿Qué? No dije nada, hermano.

—No hace falta que lo digas, tarado. Sé a dónde vas con tu comentario, Serguei.

—Solo iba a comentar que solamente, te encontré una vez en tu habitación durmiendo con la boca abierta. Nada grave...

—Bueno, no se puede negar que este par— señala a Viktor y Sevastien, ambos fulminan con la mirada a Artem—. Son padre e hijo, siempre con la boca abierta en todos lados.

—¿Apoco babeas cuando duermes, Viktor?— le pregunto al Stirling número dos.

—No.

—Sí.

Votiakov: La historia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora