Capítulo 14

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Serguei, 19 años.

01/01.

Siento como la respiración se me entrecorta ante la sensación de ahogamiento, mientras que el dolor en mi ano empeora a medida que siento las penetraciones. Sin embargo, por más que trato de luchar, mi cuerpo se encuentra restringido de la misma manera de cuando vivía en manos de Bogdan.

No sé cuánto tiempo pasa en que la sensación de ahogamiento perdura, pero hasta que estoy a punto de perder el conocimiento, siento como sacan lo que restringe mi boca y no puedo evitar expulsar el contenido de mi estómago, aunque este solamente tuviera restos de semen mezclados con mi saliva antes de que mis arcadas hagan algo de eco en el lugar donde me tienen.

Yulian sonríe con satisfacción, mientras sostiene su polla asquerosa y erecta en una de sus manos, antes de que comience a mover su mano de arriba a abajo, masturbándose frente a mi cara.

Mi estómago no deja de luchar por expulsar el nulo alimento de su interior, y siento como la garganta me arde y quema por las arcadas. Doy un brinco del susto, en el momento en que siento como una acaricia mi cabello, intento apartarme del toque mismo que genera una sensación de asco en todo mi cuerpo, provocando que más semen mezclado con saliva salga de mis labios.

—Mi pequeño semental...— la voz de Yulian, hace que me estremezca de temor y miedo—, sigues teniendo una gloriosa boquita, tal como la recuerdo...

Intento decir algo, pero el dolor de mi culo es tan insoportable que me quedo un momento sin respiración y mis manos se hacen puños, antes de que comience a luchar en busca de soltarme, pero aunque sé que es inútil, no dejo de rendirme.

—¡Deja de tocarme, hijo de puta!— exclamo en un rugido ronco, pero lleno de cólera. Dispuesto a no vencerme por el miedo—. ¡Juro que en el momento que me tengas libre vas a lamentarlo!

Tal como lo espero, la réplica ante mis palabras, es una sonora y dolorosa bofetada que me saca más sangre de la boca, mientras que un dolor me recorre en el cuello ante el giro de mi cabeza con el golpe, misma que no puede moverse por el peso que siento encima por el potro.

Las penetraciones en mi culo, se hacen más violentas al punto en que comienzo a sentir como algo se desliza por el interior de uno de mis muslos, y sé con certeza que no se trata de semen.

Cada uno de los recuerdos de aquellos años, se repiten de forma constante en mi memoria. Cada una de las sensaciones. Cada dolor. Cada golpe. Cada humillación, se siente como la primera vez que Bogdan me tuvo en sus manos.

Otra bofetada cae en mi rostro, y escupo más sangre, mientras que elevo un poco la mirada para ver a Yulian, quién no deja de tocarse su asquerosa polla y sonríe en mi dirección, con la evidente satisfacción de tenerme en sus manos.

—No recuerdo que fueras tan irreverente, pequeño semental— intento alejar mi rostro de otro toque suyo, pero me lo impide al tomarme con fuerza el cabello y siseo por el dolor, pero no dejo de mirarlo con odio—. Tal parece que me tocará volver a ponerte en fila, pequeño semental.

—Jódete, Yulian— otro golpe, más sangre—. Juro que esta vez, me la pagas.

—Veremos sí sobrevives, Serguei— sonríe con más diversión, sin dejar de tocarse la polla—. Ahora, abre la boca, pequeño semental. Es hora de que comas algo...

Mantengo mi mandíbula tensa y muerdo mis labios con fuerza para evitar que derrame su semen en mi boca, mis manos se aprietan en puños a la par que el dolor me recorre en toda la cabeza ante su agarre de hierro en mi cabello.

Votiakov: La historia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora