Enemy {Timbictor}

6~ Friend

Después de aquellas revelaciones por parte de Timba, los entrenamientos se están volviendo un poco más tranquilos y él parece ser un poco más comprensible conmigo.

Asimismo es mucho más callado en varios sentidos, no es muy presumido en mi presencia y en batalla ya solo se dedica a atacar y matar, no cómo antes que se burlaba de los ataques de mis verdaderos compañeros.

El día de hoy estábamos ambos en batalla, me escapé de los arqueros y con su ayuda conseguí una espada para poner en práctica sus enseñanzas.

Siento que he mejorado mucho ahora gracias a su ayuda... Es algo humillante aceptar que mejore gracias a un niño de apenas 16, pero vaya que aprendió mucho al crecer entre caballeros.

Veía sangre por todos lados, simplemente me perdí en batalla, tanto tiempo aquí me está haciéndome daño... Sin darme cuenta estaba al borde de matar a uno de mis antiguos compañeros, el cual solo se defendía como podía de mis ataques mejorados.

Volví de mí trance cuando escuche su voz y una frase que me demostró lo que menos desearía escuchar.

“Nos has traicionado”...

Detuve mis ataques en ese momento, reaccionando de lo que estaba haciendo, sin darme cuenta que en ese mismo instante otro de mis antiguos compañeros estaba por atacarme.

-¡VICTOR! -; Gritó aquella voz que me había acostumbrado a escuchar a diario.

Apenas me estaba dando tiempo de voltearme para defenderme cuando todo se torno oscuro.

...

¡Idiota!, ¡¿Por qué demonios dejas de pelear en un momento como este?!.

Corrí rápidamente para ayudar a Víctor, acababa de ser noqueado por un enemigo y estaba por ser apuñalado con una espada.

Me preocupaba no llegar a tiempo, un momento... ¿Por qué demonios voy a salvarlo?, él fue el tonto qué no se defendió.

Estaba por detenerme, más algo no me dejo parar, simplemente me impulsaba a salvarlo... Y eso hice.

Ataque como pude, rápidamente mate a ambos de esos atacantes, pero no me esperaba que fueran a aprovechar el momento y rodearme totalmente con la intención de acabar con nosotros dos.

Apenas pude mantenerme en pie, es muy fácil para mi batallar, pero nunca lo hago protegiendo a alguien inconsciente y me planteé demasiado el abandonarlo.

Solo logré matar a 3 más y fue suficiente para escapar al campamento, mi pierna aun no estaba totalmente recuperada y eso fue otra desventaja para mi.

-¡Ela! -; Grité apenas llegar a la carpa de enfermería.

-¿Qué sucede?, ¿estás herid-? ¡POR LAS SANTAS GALLETAS DEL REY! -; Gritó sorprendida por la gravedad de nuestras heridas, finalmente todo se torno oscuro, estaba demasiado agotado.

Abrí los ojos lentamente, varias horas después y demasiado confundido y sin comprender donde me encontraba aun.

Cuando reaccioné de todo lo sucedido, de inmediato salí a buscar a Víctor, lo encontré en la colina dónde suelo entrenarlo, estaba haciendo abdominales y parecía muy serio.

Decidí dejarlo así, evidentemente está bien, ahora debo preocuparme por mi y mis heridas... Estoy demasiado demacrado de nuevo, maldita sea, esto no estaba en mis planes y a este paso no llegaré ni a la fecha ni al objetivo qué tenía al venir.

Fui a otra área de esa colina de manera silenciosa, quería un poco de soledad en estos momentos.

Vengo bastante desanimado desde hace días, no dejo de pensar en mi difunto padre por estás fechas... Creo que voy a empezar a ignorar este día, sin mi padre no es lo mismo.

... No quería esto para mi vida para ser sincero, siempre soñé con derrocar a mi hermano y vivir con tranquilidad en el castillo... Claro, sé que tendría miles de responsabilidades, pero no pasaría hambre y al menos tendría un techo donde dormir.

Por supuesto, no digo que me aburra matar ni mucho menos pelear, pero este no era mi verdadero objetivo, yo no nací para esto, mi destino está escrito y este es llegar al trono de alguna manera u otra, pero sé perfectamente que ese trono no es el del rey Mike.

Baje mi espada un momento, veía la pequeña vista del resto de la colina, un campo verde sin nada malo, sin sangre, sin cuerpos de guerreros, sin balas perdidas...

-Rompiste tu promesa papá... Se supone que hoy me darías esa hermosa espada qué tenías guardada para mi primera misión... -; Hablé mientras me recostaba en el tronco de un árbol.

-¿Por qué tan deprimido, amigo? -; Escuché que preguntó alguien a mi lado, mire de reojo reconociendo esos fastidiosos pero brillantes ojos verdes.

-Es de esas fechas que siento la falta de mi padre, nada importante.

-Vaya... Disculpa mi incumbencia, pero... ¿Qué hay de importante en estás fechas?.

-Jmjm... Hoy es mi cumpleaños...

-¡¿En serio?! -; Preguntó con cierta emoción que me pareció algo curioso, asentí lentamente y gracias a eso, puso su mano en mi cabeza y desordeno mi cabello rápidamente. -Feliz cumpleaños niño, un año más y ya será legal que estés aquí.

-Claro, no veo lo emocionante en cumplir 18 aquí a media guerra, mucho menos veo emocionante cumplir 17 como ahora.

-Tu mira las ventajas qué tendrás cuando nos vayamos de aquí.

-... No veo ninguna ventaja, pero gracias por la felicitación.

-“Como quieras”, a propósito... Gracias por salvarme, Ela me contó que me protegiste y trajiste al campamento arriesgandote demasiado.

-De nada, no dejaría morir a mi aprendiz.

-Entonces fue por eso, ¿oficialmente soy tu aprendiz?.

-Exactamente, aunque... También has logrado qué te consideré un amigo.