15~ Akan

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Seguimos el viaje cuando salió el sol, debíamos aprovechar el suave y brillante sol de la mañana antes de que se hiciera el calor infernal del medio día.

Timba se notaba muy decidido a todo esto, yo también estaba seguro de mi decisión y de lo que estábamos haciendo, pero toda la noche anterior estuve pensando en cómo decirle la verdad.

No me gusta pensar que esta supuesta relación que tenemos esta basada en una mentira, él merece saber la verdad, porque no tengo las mismas creencias o las mismas tradiciones... Yo lo acepto como es, yo quiero que él me quiera por lo que soy y no soy el mejor soldado por ver, pero si soy alguien sincero que se perdió en su propia red de mentiras improvisadas.

A veces hasta yo olvidó todas las mentiras que dije y me pierdo en mis antiguas conversaciones más falsas que mi supuesto título de soldado de Daiyamondo.

El calor empeoraba, debatimos llegar lo antes posible al muelle y encontrar un barco, una canoa, una, balsa, lo que sea o simplemente algo o alguien capaz de ayudarnos a largarnos de aquí.

Timba iba muy callado desde la mañana, desde que me habló de su destino no hemos logrado entablar una buena conversación y realmente lo necesitaba para no volverme loco en este viaje donde todo arbol y piedra se ve igual al anterior.

-Oye niño.

-Dime.

-... Dijiste que para ver tu destino hiciste algo que no debías, ¿A qué te referías?

-Yo... Robé los escritos de la iglesia en ese tiempo y creo que tenia unos 8 años, todo porque escuché al padre hablar sobre cómo Trollino iniciaría una guerra apenas recibir el trono y que yo serviría en está... Allí decidí ver si podía cambiar mi destino o simplemente sobrevivía a este, en vez de responder mis dudas del momento, quede con más dudas que respuestas y con el miedo de saber que tarde o temprano iba a abandonar a mi reino.

-¿De qué eran las escrituras qué robaste?

-Invocaciones al Hiyoko o al Okami... No tenía muchas opciones según yo.

El Hiyoko es el ángel guardián del tiempo y la creación, considerado la bendición encarnada. El okami por su lado, era la maldición en carne y hueso, un conjunto de los pecados y la destrucción que recorren sus venas... Por eso existe el reino Hiyoko, considerado la tierra sagrada porque allí existió ese antiguo guardián.

-¿No viste nada de la guerra?

-Si vi mucho sobre está guerra Víctor, pero hubieron pequeños detalles que apenas recordé con el tiempo.

-¿Cómo cuáles?

-Mi espada rota, un estanque qué tu me enseñaste... Y una mirada de ojos verdes demasiado hermosos para cualquier indigno.

-¡¿Me viste?!

-Solo tus ojos... Y un beso, por eso cuando te vi a ti y a tus ojos entre los demás guerreros te trate peor que a los demás.

-Pensé que eras igual de grosero con todos.

-No, a ellos ni siquiera les hablaba, a ti te hablaba para insultarte... Vi el beso y sabía que solo podía ser con ese oji-verde, necesitaba apartarte porque no entendí bien si mi muerte era aquí o en Hiyoko.

-Pero estás con vida y a mi lado, todo salió muy bien en mi opinión.

-Eso piensas tu, enamorarme no estaba en mis planes al venir aquí.

-¿Te arrepientes de amarme? -; Pregunté colocando mi mano en su cabeza y desordenando sus cabellos tan particulares.

-Tampoco dije eso, no estaba en mis planes, pero tampoco es que me arrepienta de haberte conocido o de amarte como lo hago.

Enemy {Timbictor}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora