18~ Birthday (+13)

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Pasaron los meses y los chicos lograron hacerse de una casa en el reino, vivían con tranquilidad en está.

El peli-azul se la pasaba cazando y el oji-verde se postulo para caballero de ese reino, más aún no recibía respuesta, hasta entonces trabajaba con un agricultor del reino.

Era increíble la paz a la que habían llegado, eran un dúo prácticamente perfecto qué se basaba mucho en la comunicación y la confianza, o al menos está última era la idea del de cabellos azules.

Llegó la noche y con esta el castaño llego a la casa, su chico estaba ya en la cama, pero no dudo en recostarse a su lado y abrazarlo mientras sus frías manos por la temperatura nocturna entraron en contacto con la piel del peli-azul por debajo de su camisa.

Este despertó por el helado contacto y observó de reojo a su amado compañero de casa tomándolo por la espalda.

Sentía besos recorrer su cuello y espalda, ya que se había dormido sin camisa puesta. Besos qué empezaron a mezclarse con chupones y mordidas. Aceptaba tranquilo el contacto, mientras algunos pequeños jadeos salían de la profundidad de su garganta.

Al darse cuenta, algo invadió por debajo de su ropa interior y empezando a sentir caricias en aquella cavidad en su intimidad. Poco a poco, hasta sentir un dedo ingresar a su área noble.

-¡V-v-Vic!~ -; Tartamudeo en un claro gemido al sentir aquella sensación.

-Tranquilo niño~.

Continuó con la típica preparación, movimientos circulares qué no molestaron al más joven, más cuando ingreso el segundo dedo y los movimientos se volvieron de tijeras para empezar a dilatar su entrada, sintió como un terrible dolor lo recorría, junto con sentir su cuerpo empezando a calentarse.

Se colocó boca abajo, solo logrando qué el de ojos esmeralda se colocará sobre él y metiera un tercer dedo para simular embestidas.

Timba se resignaba a soltar cortos gemidos, una mezcla de dolor con esta nueva sensación en su cuerpo que ahora estaba conociendo con más profundidad.

Los dedos terminaron su trabajo y su contrario observó con malicia aquella cavidad dilatada y que se contraria por los músculos del joven poco o mejor dicho nada acostumbrado.

Se posicionó, sacando una clara erección de lo bajo de su ropa interior y su pantalón. Alineó su miembro y metió la punta, para luego acercarse al oído del de ojos grises.

-Es media noche, Timba~ -; Con esto dicho terminó de meter su falo en el interior del cumpleañero y dio un suave, pero largo suspiro placentero justo a lado de su oreja.

-¡Ghahm!~ C-con que de es-o se tra-ta estoo~.

-Esperé esto por años... Ahora lo disfrutaremos juntos... Levanta la cadera, así dejará de doler tanto.

Su peli-azul obedeció sin problema, cómo si estuviera a su merced, logró reconocer una mirada inusual en esos ojos grises.

Era como si deseará decirle algo y no estaba seguro, porque sentía la mezcla de un “Se cuidadoso” junto con un “Ya rompeme en dos” y no estaba seguro de a cual seria bueno obedecer.

Sin pensarlo mucho empezó a mover suavemente su cadera, penetrando con lentitud, pero buscando la manera de llegar lo más profundo posible, sentía como metía más su miembro y como este era apresado entre las paredes internas de su amado de cabellos azules, una clara muestra de que se había conservado virgen hasta ese momento.

El mencionando acomodo los brazos, quedando abrazando una almohada mientras escondía el rostro en esta y su cadera seguía alzada por orden de su castaño arquero.

El dolor era algo indescriptible, simplemente era lo que más perduraba en su interior y eso no le gustaba, pero escuchar los jadeos y suspiros roncos qué le generaba a su contrario le hacían resistir.

Si sentía cierto placer, pero apenas se iba acostumbrando, por lo que la comodidad estaba empezando a faltarle. No se esperaba que su compañero llegará con esos planes, más no podía negar que espero mucho por sentir ese extraño sentir que tanto mencionaban los adultos al rededor.

Los minutos pasaban y las penetraciones seguían siendo lentas, pero asegurándose de llegar al fondo de su recto. El dolor se disperso con el pasar de los mismos minutos dichos, y aunque aún no estaba listo para algo más brusco, uno de los empujes lentos llego lo suficientemente profundo para tocar su próstata.

-¡Mnagh!~ -; Gimió traqueando su espalda con fuerza y levantando la cabeza con un claro gesto de placer.

Esto lo uso de señal el de ojos esmeralda, tomando con firmeza las caderas del chico y empezando a embestir con profundidad, pero ahora con más rapidez.

Adoraba lo apretado qué estaba su chico, se sentía abrumado y listo para dejar toda su semilla en su interior, pero requería de algo más. Estaba disfrutando, pero la falta de gemidos de su contrario lo hacía sentir que no lo estaba haciéndome bien.

Sin analizar mucho, tomó del cabello al chico y con una mano sosteniendo su cabeza y con la otra aferrándose a su cadera, empezaba a penetrar con rapidez y brusquedad.

Los gemidos y delirios placenteros de su contrario no tardaron en aparecer con está acción, con decir que a las pocas embestidas el poseedor de los ojos grises paso por su primer orgasmo y eyaculo en la cama y salpicando un poco su propio pecho.

El trasero del joven caballero chocaba contra sus muslos y sus testículos, generando el sonar de los choques húmedos por el sudor en sus cuerpos.

Su pene entraba rápidamente, cada vez más hinchado y duro que la anterior, el más joven empezaba a resentir aquello, sus piernas se estaban cansando y con todo el sentido, era la primera vez que el experimentaba tan contacto.

El de ojos verdes se encontraba fascinado, le encantaba sentir aquello y al mismo tiempo se cuestionaba la situación, literalmente estaba controlando a uno de los peores atacantes del reino qué era su enemigo.
Nadie le había tocado un solo cabello, nunca lo dañaron a gravedad ni mucho menos mantenerlo controlado y bajo ordenes y justo ahora estaba haciendo eso, tenía al mejor atacante a su merced y era la fuente de su placer.

Pasaron unos 10 minutos cuando el castaño aumento más la velocidad, en señal de estar cerca del orgasmo. Los fuertes gemidos y súplicas por más abundaban e inundaban la habitación de los dos caballeros.

Finalmente, eyaculo en el interior del chico, logrando escuchar un fuerte orgasmo de parte del peli-azul y como este volvía a correrse en la cama.

Lo soltó con suavidad y acercó su rostro al oído del joven mientras sacaba lentamente su miembro de aquel apretado sitio.

-Buenas noches, niño... Ah no, ya no eres un niño... Feliz cumpleaños, amor~

Enemy {Timbictor}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora