2 meses después...
No tenías que molestarte, aún estoy a tiempo de tomar el autobús – Sakura
Ni lo pienses, ya estoy llegando... te veo en 2 minutos – Syaoran
Suspiré derrotada mientras tomaba mi bolso y mis llaves para salir de la casa, a decir verdad, era un poco inútil intentar hacer que cambiara de opinión a esas alturas, de todas formas, desde la noche anterior cuando se enteró de que iba a llegar al restaurante en autobús insistió de inmediato en buscarme a mi casa, pese a mis protestas. Admito que el hecho de no saber conducir era algo que me tenía un poco frustrada, pero al mismo tiempo no podía evitar estar asustada al respecto, por lo que llevaba mis clases muy lentamente.
Era una sensación extraña ya que he estado de copiloto un millón de veces con diferentes personas, y a todos y cada uno de ellos los he visto tan confiados que incluso me he llegado a sentir en la misma confianza de hacerlo, sin embargo, cuando me había tocado estar detrás del volante con mi padre de copiloto las cosas tendían a cambiar un poco y había llegado a pensar que nunca podría salir del estacionamiento, aunque trataba de llevarlo con calma.
Divisé su auto solo unos minutos después que salí de mi casa y me dirigí de inmediato hacía este tratando de disimular el nerviosismo que estaba sintiendo al recordar la tensión que seguía presente entre nosotros desde las fiestas. Hablé con Kaho sobre esto, de todas formas, era quien mejor me conocía y según ella debía hacer algún movimiento que me indicara si el sentimiento era recíproco, aunque yo no tenía la menor idea de cómo hacer eso sin pasar una vergüenza, lo cual siempre había sido mi especialidad.
Al llegar al asiento del copiloto mis ojos verdes se cruzaron con los ámbares de él y le di una sonrisa tímida – Hola.
-Hey, feliz día de San Valentín – Syaoran ni siquiera lo pensó para abalanzarse sobre mí y darme un abrazo que hizo mi cuerpo tensarse al instante.
-Feliz día para ti también – Respondí devolviéndole el abrazo y dejándome envolver con su perfume.
Sin duda eran este tipo de gestos lo que me descolocaban un poco, sin embargo, traté de recordarme a mí misma que todos los amigos se abrazaban, aunque dudaba que todos los amigos experimentaran un cosquilleo en la boca del estómago cuando esto pasaba.
-Ten, espero que te gusten – Seguido de eso Syaoran me extendió una bolsa de chocolate blanco que me dejó perpleja – Sé que no es mucho, pero quise comprarle algo a todas por San Valentín.
-En serio te lo agradezco – Dije sonriendo mientras tomaba la bolsa entre mis manos – Me siento de lo peor porque no compré nada para nadie ¡no sabía que tendríamos un intercambio!
Syaoran soltó una risa – Solo quería darles algo a todas, ni siquiera te preocupes si no compraste nada... Fue algo que quise hacer.
¿En qué mundo podría contemplar que no me atraiga si hacía este tipo de cosas sin que nadie las pidiera? Esto me enterneció tanto como el día de navidad cuando compró helados para Rika y para mí solo para animarla a ella por el asunto de su tío.
Lo bueno era que el camino hacia la Torre de Tokio, donde nos encontraríamos con las demás, no se hizo incómodo, aunque creo que era imposible que nos quedáramos callados estando solo nosotros dos y, a decir verdad, creo que jamás había pasado ya que siempre salía algún tema de conversación, esta vez, aunque el camino fue corto tuve un poco de tiempo para contarle sobre algunos problemas que estaba teniendo en el trabajo.
-Los clientes a veces me sacan de mis casillas – Admití un poco frustrada – Me gusta el trabajo, pero la gente a veces no colabora.
-Entiendo, aunque pocas veces he trabajado en atención al cliente sé que es todo un dolor de cabeza cuando quieren tener la razón y no es así – Respondió Syaoran – De cualquier manera, creo que haces un buen trabajo.
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Mr. Brigthside
RomanceTodos decían que los veinte eran una etapa llena de retos y emociones, pero nadie mencionó que a la par sentiría mi vida de cabeza, y yo, Sakura Kinomoto, no esperaba que todo esto viniera acompañado de una nueva ciudad, trabajos de infierno, amigos...