Una semana después...
La inesperada visita de Tomoyo no se hizo esperar, y es que el pasar de los días se hizo muy rápido considerando todo el trabajo que tuve durante la semana y las ansias por verla, así como también al resto de mis amigos, y es que prácticamente desde que volvimos de la Bahía de Tokio no habíamos hecho la gran cosa ya que la vida de adultos nos estaba consumiendo, sin embargo, apenas supimos de la visita de Tomoyo nos pusimos manos a la obra para cambiar aquello.
Una vez que Tomoyo pisó la ciudad no dudamos en alcanzarla hasta el lugar más cercano de sushi que pudimos encontrar seguido de una velada de historias y copas de vino en la sala de mi casa, y admito que el crecer me ha hecho apreciar como nunca esas íntimas reuniones con amigos que resultaban a veces incluso más divertidas que las fiestas. Y aunque la noche del viernes pasó sin contratiempos ni dramas, a decir verdad, me dio gusto volver a ver a los chicos luego de varias semanas, y por supuesto, ver a Syaoran de nuevo luego de todas las dificultades que tuve con respecto al trabajo y Akiho, resultó ser más que reconfortante.
Creo que la visita de Tomoyo nos emocionó tanto que los planes prácticamente salían por sí solos, y aunque ya tuviéramos claro que al llegar el día de hoy indiscutiblemente iríamos a una discoteca luego de varios meses, no dudamos en tener una tarde helados y tacos antes de ello y admito que este tipo de días sin duda hacían que todo lo que paso en las semanas anteriores quedara de lado por un rato, especialmente cuando accidentalmente cruzaba miradas con Syaoran de vez en cuando y mi pulso se disparaba haciéndome sentir cual adolescente.
Creo que en cuanto al tema amoroso siempre me sentiría como una niña recién descubriendo al primer chico que le gusta. Hoy era el segundo día viendo a Syaoran más seguido de lo que acostumbraba y creo que no había parado de sonreír cada vez que él estaba cerca o que simplemente se haya acercado a mí a comentarme cualquier cosa, haciendo que las cosquillas en mi estómago se hicieran más presentes que nunca, aunque creo que lo que más me había descolocado hasta el momento ese día había sido luego de los helados, precisamente cuando Syaoran entró por primera vez a mi habitación.
Me reí un poco mientras miraba hacía la barra esperando mi trago y la música retumbaba por todo el lugar, pero que no me impidió recordar aquel momento de esa misma tarde.
-Flashback-
Tomoyo se encontraba recostada en la cama de Akiho junto con ella mientras que Meiling miraba su celular sentado junto a ellas al momento en que entré en mi habitación junto con Syaoran, recién habíamos vuelto de comer helados y solo buscábamos matar tiempo antes de la noche de discoteca que tendríamos por lo que habíamos decidido ir a mi casa, aunque entre mis planes jamás esperé que en el trayecto Syaoran terminara en mi habitación.
Vi como él repasó su mirada por la pequeña habitación que yo compartía con Akiho, aunque para mi sorpresa, el primer lugar que llamó su atención fue la repisa donde solía poner mi maquillaje y mis perfumes, por lo que decidí seguirlo mientras se escuchó la voz de Meiling.
-Veo que alguien está interesado en el maquillaje de Sakura – Dijo la pelinegra en forma burlona sin apartar la vista de su celular.
Syaoran bufó – Como si conociera suficientes marcas de maquillaje – Seguido de aquello su vista se fue inmediatamente hacia la repisa de los perfumes con interés – ¿Todos son tuyos?
-También están los de Akiho – Respondí para luego levantar los hombros – Aunque de cualquier manera a veces uso los suyo y viceversa.
-Entiendo – Contestó Syaoran sin apartar la vista – ¿Y cuál de todos es tu favorito?
ESTÁS LEYENDO
Mr. Brigthside
RomanceTodos decían que los veinte eran una etapa llena de retos y emociones, pero nadie mencionó que a la par sentiría mi vida de cabeza, y yo, Sakura Kinomoto, no esperaba que todo esto viniera acompañado de una nueva ciudad, trabajos de infierno, amigos...