-Gracias por traernos, Syaoran – Escuché que se despidió Akiho mientras abría la puerta de atrás y se disponía a salir del auto sin siquiera esperarme, cosa que incluso agradecí, ya que no estaba en mi mejor momento para lidiar con ella.
Akiho cerró la puerta del auto detrás de ella y se suponía que yo también debía bajarme y así Syaoran podría irse a casa, pero yo estaba con la cabeza en otro lugar, y desgraciadamente ese lugar era el mismo donde seguía repitiendo en mi cabeza el cómo Yuna había terminado por ir tras Akiho y lo mal que esto me hizo sentir, incluso cuando el chico en cuestión ni siquiera llamaba por completo mi atención, era una sensación extraña, y a la vez sofocante.
- ¿Estás bien? – Escuché la voz de Syaoran a mi lado.
Me sobresalté y me giré para mirarlo, parecía una imbécil aun ahí sentada sabiendo que la noche ya había terminado, sin embargo, estaba tan impulsada por la frustración e inseguridad que ni siquiera lo medité y simplemente me lancé a ello – Syaoran ¿tú crees que soy linda? Me refiero, si no me conocieras y comparándome con otras chicas ¿crees que soy bonita? Hablando físicamente y en mi forma de ser.
La pregunta había salido de mi boca sin contexto y sin ninguna explicación y estoy segura de que esto había descolocado a Syaoran, ya que también lo había hecho conmigo ¡¿en qué momento pensé que esto sería una buena idea?! Esto ni siquiera debería afectarme a este punto.
-Lo siento – Dije de inmediato bajando la mirada hacia mis pies sintiéndome avergonzada – Fue solo una estúpida pregunta, no me hagas caso.
-No lo fue – Respondió él volviendo a arrancar el motor de su automóvil en busca de un estacionamiento.
-No me hagas caso, deberías ir a casa antes de que se te haga tarde – Insistí completamente arrepentida de mi pregunta, creo que estaba por llorar.
-Es un tema importante – Dijo Syaoran encontrando un estacionamiento, detuvo su auto y luego de poner el freno de mano se giró para poner toda su atención en mi – Entonces, desde mi punto de vista masculino quieres saber si eres bonita ¿no?
Suspiré pesadamente, era terco y sabía que no dejaría ir este asunto después de que se me ocurrió sacarlo, por lo que no valía la pena tratar de volver hacia atrás y desviarlo, por lo que decidí continuar con el tema que yo misma saqué, incluso si seguía un poco afectada por ello.
-No tienes que responder si no quieres – Contesté aun sintiéndome avergonzada – Y sé que la pregunta no tiene demasiado contexto, pero quisiera saber lo qué opinas al respecto.
-Bien, trataré de ser franco contigo porque quiero darte mi opinión real y sin adornos ¿está bien? – Asentí ante esto y lo miré a los ojos, sintiendo un pequeño nudo en la garganta – Aunque todo lo diré desde el amor que te tengo ¿sí?
La palabra "amor" me puso un poco alerta y me hizo caer en cuenta de que no habíamos tenido tiempo a solas desde la conversación telefónica en la que habíamos decidido ser amigos y nada más, sin embargo, no era el momento para pensar en temas románticos, especialmente cuando tenía este gran nudo en el estómago y ahora la sensación de incertidumbre que me causaba esperar la respuesta de Syaoran.
-Físicamente me parece que eres muy linda y que estas increíble, y recuerdo que la primera vez que las conocí hace casi un año todas me parecieron bonitas, incluida tu – Hizo una pausa y admití que sus palabras aligeraron un poco el nudo que tenía en el estómago – Y en cuanto a tu personalidad me pareces muy amable y sociable, incluso cuando eres un poco tímida, siempre sigues los temas de conversación y si alguien llegara a salir contigo la pasaría increíble.
Sentí un poco de tranquilidad gracias a sus palabras, sin embargo, admito que el escuchar "si alguien llegara a salir contigo" me hizo sentir una pequeña estocada en el pecho, como si fuese un recordatorio de que él no saldría conmigo porque solo éramos amigos, y aunque traté de no darle vueltas a este asunto, fue el mismo Syaoran quien lo continuó inconscientemente.
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Mr. Brigthside
RomanceTodos decían que los veinte eran una etapa llena de retos y emociones, pero nadie mencionó que a la par sentiría mi vida de cabeza, y yo, Sakura Kinomoto, no esperaba que todo esto viniera acompañado de una nueva ciudad, trabajos de infierno, amigos...