Capítulo 16

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Cuando sentí mi cuerpo casi fuera de la cama esa mañana gracias a que Akiho se había adjuntado prácticamente el 90% de los derechos de la cama que nos tocó compartir, supe que el día sería una mierda.

Sabía que a esas alturas ya sería imposible volverme a dormir, aunque de todas maneras dudaba que pudiera dormir más de 5 horas por noche en ese viaje, no era por nada en el particular, simplemente no lograba conciliar el sueño tan cómodamente como lo haría en casa, por lo que decidí levantarme cuidadosamente debido al poco espacio que tenía en la cama, creo que habría dejado pasar un minuto más y podría haber acabado en el suelo. Sin darle más vueltas al asunto, me dirigí al baño para hacer el aseo.

Por suerte, aparentemente no fui la única en la posada que se despertó ligeramente más temprano de lo usual, ya que desde el pasillo del baño escuché voces en las otras habitaciones y solo unos segundos después vi a Yamazaki asomarse desde la habitación de Meiling.

-Hey buenos días – Dijo en voz baja.

-Hey – Respondí en forma de saludo – No sabía que habías dormido con Meiling.

-Después de lo de anoche no creí que fuese lo mejor que durmiera sola – Contestó Yamazaki levantando los hombros – ¿Quieres venir? Creo que todos los demás siguen dormidos.

Asentí con la cabeza, después de todo no tenía nada mejor que hacer y en definitiva volver a mi cuarto no era una opción, por lo que, aunque aún me sintiera un poco incómoda por el extraño episodio de anoche con Meiling, se lo atribuí a que estaba un poco borracha y bastante despechada, por lo que, sin más, seguí a Yamazaki hasta la habitación que ocupaba la pelinegra.

-No me dejen volver a tomar de esa forma – Se quejó Meiling desde la cama – ¿Cómo se me pudo ocurrir?

-Espero que sea una lección para ti – Replicó Yamazaki recostándose a su lado.

Yo por mi parte, me reí ante sus quejas y me senté al borde de la cama, definitivamente esa era la Meiling que yo conocía, completamente asqueada del alcohol y quejándose por la resaca, por lo que por un momento pensé que las cosas estaban en su lugar, o por lo menos así se sentía.

-Estabas un poco intensa – Admití entre risas viendo como Meiling se avergonzaba un poco – Pero sabíamos que era porque no estas acostumbrada al alcohol.

-Qué asco, no pienso tomar nada más por el resto del viaje – Respondió la pelinegra mirando a nuestro alrededor – ¿Qué saben de Syaoran? ¿sobrevivió a su noche solo en el cuarto embrujado?

Yamazaki y yo nos reímos ante esto, en efecto, desde la primera noche en esa casa de playa que rentamos, teníamos el presentimiento de que alguien había muerto ahí o que al menos había un fantasma, claro, no es que lo pensáramos del todo, pero era una buena forma de hacer chistes al respecto, especialmente porque el cuarto que ocupaban Yamazaki y Syaoran estaba bastante alejado del resto.

-Solo hay una forma de averiguarlo – Dijo Yamazaki haciendo las sábanas a un lado y levantándose de la cama – Iré a despertarlo... ¿Vienen conmigo?

Meiling y yo asentimos con la cabeza, y pese a la gran pereza con la que la pelinegra estaba luchando, se levantó de la cama y ambas seguimos silenciosamente a Yamazaki a través del pasillo, cruzando la sala y cocina hasta llegar a la habitación que él solía ocupar con Syaoran, y como era de esperarse, este se encontraba enrollado en sus sabanas aun luchando con el sueño y la pereza, y estoy segura de que quizás nuestra visita no le hizo mucha gracia.

-Basta de dormir, estamos en un viaje a la playa – Dijo Meiling sentándose al borde de la cama mientras que Yamazaki ocupada su lado de la cama.

-Vamos, ambos sabemos que ya estabas por despertar – Respondió Yamazaki tranquilamente mientras le lanzaba su almohada al ambarino.

Mr. BrigthsideDonde viven las historias. Descúbrelo ahora