Decir que la noche había sido un fiasco sería ser muy injustos con la noche, y es que el hecho de que no pudiéramos ir a la exhibición de arte no significaba que debiéramos perder la velada, por lo que luego de comer algo y de lograr calmar por completo a Meiling, habíamos decidido ir a varias discotecas recomendadas precisamente por Kenji, a quien, hasta hoy, yo no había tenido la oportunidad de conocer demasiado bien.
Nos había llevado a recorrer sus bares favoritos, en los cuales no habíamos estado antes, ya que nos limitábamos mucho cuando nos gustaba un lugar, y eso nos hacía olvidar que habían muchos más lugares que podían llegar a ser bastante divertidos si tenías la compañía indicada, y aunque a Kenji no lo conociera demasiado, y a los amigos de Meiling recién los había visto, me había sentido bastante feliz en aquellos lugares, sentí que salí un poco de lo habitual y de lo que encerraba mi zona de confort al no estar rodeada de las mismas personas ni los mismos lugares, y a decir verdad, se sentía bastante fresco.
Hubiese sido genial conocer un poco más a los amigos de Meiling, sin embargo, estos alegaron que ya debían irse y para mí no tan grande sorpresa, Meiling también había decidido que quería irse a casa, considerando que seguía enojada por lo ocurrido con la exhibición.
-Es injusto que quieras irte... ¡de todas formas iremos a esa exhibición en unas semanas! – Dijo Syaoran buscando convencerla.
-No estoy muy animada para una discoteca – Respondió Meiling bostezando.
-Eres increíblemente anciana – Agregué buscando molestarla.
-Y encima te llevas a tus amigos y a Kenji – Reclamó Syaoran.
-Pero les dejo a Yuna – Contestó la pelinegra levantando su mano – Miren, ahí viene llegando.
La mención del chico me hizo un poco de ruido, nos habíamos topado con él un poco más temprano, pero no nos prestó mucha atención ya que estaba ocupado ligando con una chica en uno de los bares a los que nos llevó Kenji. A decir verdad, no sabía que tan cómoda me sentiría con Yuna a mi alrededor, y aunque la conversación con Syaoran había sido suficiente para hacerme sentir bien y no pensar en que yo era un problema, la sola presencia de Yuna me recordaba el hecho de que me hizo sentirme muy mal conmigo misma y por eso, no podía sentirme del todo a gusto a su alrededor.
-Hey chicos – Dijo el recién llegado sosteniendo una lata de cerveza – Entonces ¿seremos solo nosotros tres?
-Aparentemente – Respondió Syaoran de inmediato mirando cejudo a Meiling – Ya que alguien está pasado de su hora de dormir.
Meiling se rio y simplemente se despidió de nosotros mientras tomaba a Kenji de la mano para salir y me guiñaba el ojo de forma cómplice y de inmediato me di cuenta de que no era precisamente porque Meiling tuviera que dormir, de hecho, creo que tenía ganas de todo menos dormir, solo que no quería decirlo en voz alta y por eso usó aquella excusa.
Sonreí a mi amiga y simplemente vi cómo se iba de la mano con Kenji mientras ambos compartían besos cortos y robados en el trayecto, y a decir verdad sentí un poco de envidia por ella, ya que incluso Meiling, quien era bastante cruel y dura con los chicos, había logrado ablandar su corazón al conocer a Kenji y justo ahora, creo que se encontraban en un buen momento de su relación, y suspiré deseando tener aquello algún día.
-Y bien – Dijo Yuna sacándome de mis pensamientos y captando tanto mi atención como la de Syaoran – ¿Qué les parece ir a otro lugar? Conozco una discoteca genial que está a unos cuantos locales, y con el contacto correcto no pagaremos nada para entrar.
-De acuerdo, de todas formas, hoy estamos dejándonos guiar por Kenji y ahora por ti – Dijo Syaoran.
-Entonces andando – Respondió Yuna animadamente mientras empezaba a hacerse paso entre las personas.
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Mr. Brigthside
RomanceTodos decían que los veinte eran una etapa llena de retos y emociones, pero nadie mencionó que a la par sentiría mi vida de cabeza, y yo, Sakura Kinomoto, no esperaba que todo esto viniera acompañado de una nueva ciudad, trabajos de infierno, amigos...