Capítulo 1 : 65

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Los últimos tres tributos son todos niños pequeños que los Vigilantes sacan de una cueva. Jadeando y tosiendo, se enrollan frente a Finnick. Una niña pequeña del Distrito 8 con grandes ojos azules, una niña voluminosa del Distrito 10 y un niño rudo del Distrito 12. Sobrevivieron tanto tiempo porque tuvieron suerte de evitar sus trampas y porque él estaba concentrado en eliminar primero a los profesionales.

Se supone que será fácil de aquí en adelante. Pero entonces la chica del Distrito 8 empieza a llorar. Ella no puede tener más de doce años, incluso más joven que él. Su hermana tiene esa edad. Por un segundo, está perdido. Una cosa es matar a niños mayores que han sido entrenados para hacer esto y otra es pararse frente a los que tenían que venir porque nadie estaba dispuesto a tomar su lugar.

El chico del Distrito 12 carga contra él y logra clavarle el cuchillo en la pierna.

Todo después de eso es borroso. Cuando finalmente lo sacan, está cubierto de sangre y grita.

“Tienes que ser fuerte frente a las cámaras”, dice Mags. “Esto sigue siendo parte del juego. Nadie se apiadará de ti si eres débil. No es solo para ti, sino también para aquellos que vendrán después de ti”.

Algo se pudre dentro de él cuando sonríe a las personas vestidas con ropa brillante. Las luces lo ciegan. Los sonidos y olores del Capitolio son pesos que lo aplastan.

Solo se siente normal otra vez cuando está en casa y cuando las olas forman un charco alrededor de sus tobillos. No durará. Sabe que no durará. Ganar es solo el principio. La Academia les enseñó lo que significaría convertirse en un vencedor.

Pero por ahora, está feliz con la brisa marina despejando su mente.

Hijo de pescador, hijo de panaderoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora