33. La boda [Parte 2]

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(28 de febrero, 7:10 PM, entre las calles de la ciudad.)

Luego de la desaparición de Rhoda del altar se armó un pequeño bullicio entre la gente. Contra todo pronostico, Edgeworth se quedó devastado ahí mismo, de pie, mirando a ningún lugar mas que a la nada. No se podía creer lo que acababa de pasar, más que nada porque no se lo esperaba. La mujer que tanto amaba y quería había desaparecido. Había puntos en su lógica que simplemente no estaban conectando, no tenía sentido; siempre procurando ser el novio ideal número uno, para que al final no estuviera ahí.

—Tranquila, Trucy... No hagamos un falso, es muy pronto para decir cualquier cosa. —dijo Phoenix aún frente al altar con Edgeworth.

—Pero papá...

—Edgeworth... —dijo Wright poniéndole una mano en su hombro, medio sacándolo de su trance. —Todo estará bien, debió surgirle algún percance.

—¡¿Que Rhoda se acaba de ir?! —preguntó Kay llegando detrás de Edgeworth.

—¡Shhhh! No armemos un falso... —Phoenix miró a los invitados aún sentados. —¡Atención todos! Acaba de surgir un pequeño percance, así que el evento tendrá que posponerse por...

—¡Una hora! —completó Trucy de repente.

—Una hora, así es. —le siguió la corriente su padre, que entendió la referencia de que necesitaban tiempo.

Los invitados comenzaron a levantarse, algunos yendo a la primera zona, aún cuando la comida no sería servida. Mientras tanto, Edgeworth seguía algo atónito, cosa que tanto Kay como Trucy llegaron a notar además de Phenix. Lo que Miles ignoraba eran cosas que quizás llegaste a notar mientras avanzaban acontecimientos pasados, detalles que para él quizá eran insignificantes, pero ahora luchaban por llegar a él.

Franziska, Ema, Maya e Iris se acercaron también; sospecharon lo que pasó por la expresión de Trucy.

—¿Pero qué acaba de...? —comenzó Franziska.

—¡¡Rhoda desapareció!! —casi gritó Kay.

—Muy bien... Eso no me lo esperaba. —expresó Maya muy sorprendida.

—¿Solo así? ¿Sin avisar ni nada? —preguntó Franziska extrañada.

—El último que la vio fue el inspector Gumshoe, que le llevó una cajetilla de cigarrillos. Cuando fui a por ella a su habitación, simplemente no estaba. —siguió Trucy preocupada.

—Ay no... ¿Creen que pudo deberse a un ataque de nervios o ansiedad? —señaló Iris.

—Es muy probable, ¡el caso es que no está! ¡Hay que buscarla! —dijo Trucy muy decidida.

—Y rápido... —siguió Phoenix. —Edgeworth... ¿alguna idea de a dónde pudo ir?

Lamentablemente para ellos, el fiscal seguía derrotado en pie, conmocionado. Cosa que le provocó una mueca en la boca de Phoenix, y preocupación en los ojos de su hermana.

—Yo... no lo sé... —contestó a duras penas.

(Edgeworth...)

Phoenix supo lo que tenía que hacer.

—Habrá que separarnos. —comentó Wright con decisión. —Ema, ve rápido a buscar pistas en el vestidor de Rhoda, y avísanos lo que encuentres. Yo iré al piso de abajo a buscar.

—¡Yo me encargo! —dijo Ema, con un poco de emoción por poder usar sus técnicas científicas de investigación.

—De hecho... Creo que te seré de mucha ayuda en esta ocasión. —le comento Kay con cierto aire de orgullo, y ambas fueron corriendo a los vestidores. Lamentablemente Wright no acabó de entender el valor de investigación de la amiga del fiscal a falta de conocerla.

El Corazón Que No Late - Phoenix Wright Ace Attorney +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora