CAPITULO 1

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New York. 21 de Abril.

Golpeó fuerte sobre el saco de boxeo, que se movía brusco de un lado para otro. Y otro golpe, ahora uno por la derecha, y ahora otro por la izquierda. Daba pequeños saltitos en su sitio, ubicando el punto de su siguiente golpe y dejando que las gotas de sudor se deslizaran por su frente y tocaran sus labios.

Y una vez más... demonios... ¿Cuánto tiempo llevaba haciendo todo esto? No tenía noción de la hora, podía llevar metido en su propio gimnasio todo el día y no se daría cuenta de aquello. Esa era su única manera de sobrellevar las cosas y sobre todo... el control. De otro modo, podría estar armando un lío muy grande con cualquier desconocido ahí afuera. Y le favorecía, sus puños se desquitaban con un saco lleno de arena pesado que le servía mucho. Desde hace varios meses ese había sido su método para relajarse en los días tensos. Como hoy, como mañana, como casi siempre. En esos días llenos de recuerdos que aun... sí, maldita sea, aun seguían intactos en alguna parte de su memoria. Su cuerpo, cansado y sudoroso, dejó de moverse. Estiró su brazo derecho hacia el suelo, inclinándose y tomó de su gran botella de agua.

Siete de la noche. Y una lluvia se acercaba. Tal vez una tormenta, podía predecirlo.

Secó su transpiración con una toalla azul y caminó tarareando una canción. "Yellow" de ColdPlay. Cerró la habitación del gimnasio y se dirigió a la cocina. Suspiró, haciendo una mueca y caminó esta vez hasta el pasillo de habitaciones. Abrió suavemente la primera puerta. Una mirada tierna invadió sus ojos. Keana dormía todavía, perdida entre las sábanas y con una almohada entre sus piernas.

Cerró la puerta y caminó en puntillas...

- Despierta... - enredó el tobillo de Keana con las manos y lo movió suavemente, zarandeándolo.
Un pequeño suspiro salió de los labios rosas de ella. Pero aun sin despertar, se acomodó en la cama, buscando a Lauren con las manos.

- Mnh... ¿qué buscas? – sonrió esta. Pasó su lengua por sus labios secos y decidió inclinarse sobre la cama, estampando sus labios sobre la piel fresca de ella. Subiendo poco a poco a base de besos sobre la pierna desnuda de Keana. Esta abrió los ojos de inmediato, alarmada.

- Eras tú... - dijo tranquilizándose, aun aturdida por su reciente sueño.

- ¿A quién esperabas? – Lauren enarcó una ceja, con una sonrisa pícara en los labios.

- A ti, supongo. – sonrió y se apoyó sobre sus brazos para poder inclinarse en la cama y alcanzar a Lauren con los labios.

Un beso extenso, un beso húmedo...

Enredó sus dedos entre el cabello negro de Lauren atrayéndola hacia ella y haciendo que aquel beso se pierda entre la tranquilidad de las sábanas.

- Estás sudada... - murmuró ella entre los labios de Lauren.

- Eso se te pone.

- Sí, mucho. – sonrió y sintió la cálida mano de Lauren abrazarle el muslo. Mnh... solo ella podía tocarla de esa manera.

Se dejó hacer por ella, perdiéndose una vez más en las innumerables sensaciones que le producían su experto tacto. Y era feliz. Ella, Lauren, era su imperfecto sueño hecho realidad. No necesitaba más. Desde hace dos años, ella había sido la única que la había hecho revivir después de meses en los que Lauren había estado perdida consigo misma. Perdida en los recuerdos y en la melancolía. Ahora vivían y trabajan juntas. Las cosas iban de maravilla. No había nada que pudiese con ambas.

TENTATION 3 CAMREN G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora