CAPITULO 23

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El agua tibia cae sobre nosotras y salpica al mismo tiempo sobre el suelo.

Hemos hecho el amor una vez más. En la ducha. En la cama y otra vez en la ducha... y en cada mirada... en cada aliento y en cada palabra.

Acaricio el tatuaje que trae en la muñeca suavemente con los dedos. Camila está pegada a mi cuerpo y ha escondido su rostro en todo mi cuello. De vez en cuando me susurra un par de cosas que no puedo escuchar, pero que hacen cosquillas en toda mi piel.

Son las ocho de la mañana y estamos desnudas, pegados la una con la otra en un mismo lugar. Lo único que puede llevarnos al mundo real, es el sonido del grifo totalmente abierto y empapándonos.

Acaricio su cabello y mis manos bajan por toda su espalda. Repito el proceso una y otra vez, cuando de pronto siento los labios de Camila brindarme un beso en el cuello que me deja sin aliento y muy...muy excitada.

Se despega de mi cuello y por fin sube la mirada. Hemos estados calladas, sin hablarnos o si quiera mirarnos por durante un buen tiempo. Y por fin... puedo entender por qué.

Está llorando. Su rostro está empapado en lágrimas y no he sentido ninguna por la parecida sensación que tienen sus lágrimas con el agua que cae de la ducha.

Me mira y mi estómago se contrae. Detesto tanto verla llorar. Aun así si llora junto a mí.

- ¿Por qué lloras? - le pregunto realmente preocupada y desesperada por saber si soy yo la que ha hecho algo mal y ha hecho que llore.

Camila se muerde un labio e intenta aguantar sus lágrimas. Mira a otro ángulo y se tranquiliza después de unos segundos.

- ¿He estado tan mal? - enarco una ceja. Es el primer pensamiento que se me viene a la cabeza y Camila se ríe de mi comentario, haciéndome sentir mucho... muchísimos mejor.

- No... claro que no. - me dice y se inclina para besarme los labios. Siento sus senos rozarme y mi erección crece. Crece espectacularmente, despertándose después de una siesta.

- ¿Entonces?

- Es que te he extrañado tanto.

Mierda, no sabes cuánto te he extrañado yo.

Pero me quedo sin palabras y la observo atónita. Sus ojos brillan y resaltan mejor el color de sus ojos. Me quedo sin aliento. Su mirada es preciosa.

- Pensé que nunca volvería a verte después de lo que hice. - baja la mirada y vuelvo a reaccionar.

- ¿Por qué no?

- Cometí demasiados errores. La gente como yo no merece segundas oportunidades.

- Todos mereces segundas oportunidades. - tomo su mentón con ambas manos y la hago levantar la mirada. Está llorando de nuevo. Mi corazón se estruja y hace que todo mi cuerpo se ponga tenso. - no llores... - le susurro en un intento fallido por calmarla. - ya pasó... ha pasado tanto tiempo... no te odio, no podría odiarte nunca Camila.

- Jamás te fallé. - me dice y me mira de nuevo a los ojos. - jamás tuve nada con Travis o con algún otra persona.

Abro más los ojos y mi mente se nubla de recuerdos. Maldición... este momento tenía que llegar en algún momento...

Mis manos bajan y las aprieto en un puño perfecto y duro. Necesito controlarme. Algo dentro de mí me proporciona la fuerza necesaria para hacerlo y de pronto estoy calmada y puedo escuchar atentamente sus palabras.

- Travis llegó esa noche para convencerme de estar en Tentation. Se quedó conmigo porque me aseguraba que le estaban persiguiendo y no tenía donde ir. No tuve opción... me dijo tantas veces que le ayudara y no sabía... yo no sabía qué hacer... - se detiene y me mira. Está arrepentida. - le dejé pasar la noche en el departamento y durmió en el mueble todo el tiempo. Me encerré en nuestra habitación y esperé a que tú llegaras para poder decirte que me iba...

"Me iba"...

Mi irritación golpea fuerte mis sentimientos. No sé qué hacer. Solo puedo mirarla y quedarme callada.

- No tardé en darme cuenta que lo estaba haciendo era una jodida mierda. Que me estaba equivocando... pero para entonces ya era demasiado tarde. - traga saliva y sus manos suben hasta mí, tocando mi pecho y acariciándolo suavemente. Me quedo petrificada. - quise volver, pero sabía perfectamente cuanto me odiarías.

- ¿Por qué demonios no entiendes que jamás te odié? - le pregunto irritada. ¡Jamás podría odiarla joder! Estaba molesta, dolida y estúpidamente cegada... pero jamás... jamás pude odiarla como tanto quise.

- Lo siento... - susurra y baja la cabeza una vez más.

Me acerco a ella y la abrazo suavemente. Se acurruca contra mí y esconde una vez más su rostro contra mi cuello. La escucho sollozar con fuerza y aprieto más todo su cuerpo contra el mío. Mis emociones están a flor de piel. Todo esto me está afectando tanto... demasiado... y me produce un jodido nudo en la garganta. Grande y duro. Quiero llorar. Quiero llorar fuerte con ella.

- Sabía que te había perdido para siempre. - me dice sin dejar de sollozar. Su voz me parte el alma. ¡Basta! ¡No quiero que esto siga así! Mis ojos se cierran y aprieto la mandíbula para no dejar escapar ese maldito llanto que tengo en la garganta. - perdóname, por favor... perdóname... - susurra una vez más.

La consuelo y acaricio su cabello lentamente. De pronto no sé qué estoy sintiendo... cierro los ojos una vez más e intento analizarme. ¿Qué siento por ti Camila Cabello?

- Sé que ahora tienes una vida hecha aquí y que probablemente yo ya no forme parte de ella. - levanta la mirada y se separa de mí. Me quedo observando su expresión. Está pensativa. Como si le costara decirme lo que va a contarme. Como si estuviera luchando con su interior. Y otra vez siento esa misma incertidumbre. Camila me está ocultando algo. Lo sé. Puedo percibirlo tan... tan bien... y justo ahora más que nunca. - Necesito contarte algo.

Esas palabras me erizan la piel.

- ¿De qué se trata? - pregunto intrigada.

- No puedo decírtelo ahora. - se limpia las lágrimas y siento que una sonrisa se desploma en sus labios. Una sonrisa pequeña. Una sonrisa limpia, llena de alegría y de ternura... una ternura infinita que llega a tocar mi corazón.

Se acerca a mí y me acaricia la mejilla derecha con su suave mano... me estremezco... ¿en qué está pensando?

- Es mejor que tú misma... - respira y sonríe dulcemente otra vez. - que tú misma lo veas.

TENTATION 3 CAMREN G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora