CAPITULO 28

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Lauren nunca llegó. Ni apareció en las siguientes horas. Pero aquello había empezado a afectarle menos.

Rogaba que no apareciera todavía. No mientras tuviera un cadáver en su departamento.

No se había atrevido por nada del mundo a esconderlo o sacarlo de ahí. A penas podía con el recuerdo de su valiente acto... pero no podía todavía asimilar que lo había hecho.

Las horas habían pasado. Ahora de madrugada, Eli dormía acurrucada entre las sábanas de la cama de Camila. Dormía tan profundamente. Tan libre de problemas. Tan inocente. Era ella quién le daba paz a toda esta jodida historia.

Se movió en la cama y Camila observó atenta. No podía dormir y suponía que no podría dormir en las próximas noches tampoco. No mientras se quedase en el mismo departamento. ¿Y si volvían? Dios, no tenía a donde ir. Además no podía moverse, pues Travis le había dicho que llegaría al amanecer a la dirección que Camila le había dado. Debía quedarse, esperarle y obedecerle por segunda vez en la vida. Sabía que él podría pensar mejor en ese momento.

Caminó de un lado para otro y se asomó a los ventanales de su balcón. Sin abrirlos, se asomó y sus mejillas tocaron el frío cristal. Estaba amaneciendo. Una noche en vela y seguramente habrían muchas más que pronto vendrían.

Cuando Eli había cerrado por fin los ojos, las lágrimas habían salido de Camila casi inmediatamente. Y había llorado fuerte. Desahogando su tensión.

Se preguntaba... ¿Cuándo acabaría todo esto?

Parte de la visita del calvo le había dado entender lo que Tentation quería de ella. "Tu jodido culo robando bancos"... Dios... ¿por qué coño no se buscaban a otra? ¿qué habían visto en ella que era malditamente necesario? Podía presumir que nunca había fallado en una misión pero... ¿por qué no buscaban a Lauren en vez de a ella? Por lo que sabía era una profesional de los natos. Sabía que había algo en todo esto que no encajaba en ninguna parte. Sin embargo no le tocaba descubrirlo todavía.

Caminó hasta su cama y se tumbó en ella intentando conciliar el sueño. Cuando cerró los ojos, su cabeza se llenó de imágenes perturbadoras que la obligaron a ponerse en pie minutos después.

Entre varios pensamientos y cosas que planteaba sobre Tentation, la luz del día por fin iba poniéndose sobre la ventana. Probablemente eran las seis. El sonido de los autos se escuchó cada vez más y la gente ya empezaba a movilizarse.

Volvió a asomarse a la ventana y después de un rato ahí, el sonido de la puerta se escuchó hasta su habitación, dándole un buen susto. Corrió rápido hasta la cama y buscó el móvil. Marcó el número de Travis.

Este contestó a la primera.

- Hola. – le dijo sosegado. – buenos días.

Camila corrió, abriendo su habitación, esquivando el cuerpo del tío y llegando a la puerta principal.

- ¿Eres tú? – preguntó una Camila totalmente desesperada por verle.

- ¿Por qué no me abres la puerta y hablamos?
Sus ojos se abrieron y una sonrisa se posó en sus labios. Quitó las seguridades que ella misma había construido, ya que las otras habían sido violadas, y abrió la puerta.

Al verle se quedó petrificada y con el móvil en el oído.Estaba malditamente guapo.

Traía unos jeans y una sudadera negra sin cuello. Despeinado. Varias llaves colgaban de los bolsillo de sus pantalones y de su ancha espalda colgaba una cazadora.

- Deberías colgar. – le dijo mirándola. Mojó sus labios al verla mirarlo bastante encantada. Era un buen comienzo.

Camila dejó caer el móvil al suelo, corrió y trepó sobre Travis. Sus piernas enredaron las caderas de ese hombre guapísimo que hace mucho no veía. Sus brazos hicieron lo mismo con el cuello de él y lo abrazó fuerte, dejándose llevar por sus movimientos. Travis posicionó sus manos bajo los muslos de Camila y se los acarició. Entró al departamento y cerró la puerta.

TENTATION 3 CAMREN G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora