- Es que no quiero hablar de eso... es una tontería, de verdad.
- Esa tontería te hizo molestarte conmigo hace rato. No es algo justo.
Camila soltó un suspiro. Subió ambas manos para cubrirse el rostro. De verdad no deseaba hablar del tema, era tan... privado.
- Eres tan insistente.
- Lo sé, me lo has dicho.
Se volteó para mirarla. Sus ojos entornados y con ese verde claro precioso, le hacían no poder negarse ante su insistente propuesta de contárselo todo. Era irresistible. Sus labios gruesos y rosas también parecían mirarla como si de una presa se tratara. Era imposible...
- Está bien. – dijo Camila por fin y dejó caer los hombros. – hace años, cuando estaba en preparatoria, Josh Peeper y yo salimos por un tiempo. Lauren frunció el ceño.
- ¿Quién es Josh... Peeper?
- Déjame contarte. – se quejó Camila. – era el tío más popular de toda la preparatoria, salir con él era prácticamente un lujo, te volvías popular al instante... - se detuvo un momento, dejando que sus recuerdos le ayudaran a narrar la historia. – Uhmn... hubo una fiesta en una playa, él me dijo que tal vez podríamos ir juntos y yo... no era de las chicas que estuvieran pendientes de él todo el tiempo, jamás hablábamos o si quiera nos veíamos en la preparatoria... era extraño que me invitara a salir de un día para otro. – alzó los hombros y su voz se hizo pequeña a medida que iba avanzando. - Emily me dijo que no perdía nada si aceptaba, además no parecía algo más que una simple fiestucha en la playa. – se volteó y miró a Lauren, que la escuchaba expectante. – así que acepté.
Camila volvió a detenerse para tomar aire.
- La fiesta estuvo realmente mala, o eso es lo que recuerdo. - cerró los ojos y los volvió a abrir segundos después. – y bueno... ya sabes, bebí mucho. Esa noche Josh Peeper me presentó el vodka y...jamás lo había probado antes, no me pareció ni bueno ni malo, solo quería divertirme. Él decía que era lo correcto, que me lo merecía, que de eso se trataba estar en preparatoria y no me negué. - Camila volvió a subir los hombros. Su inocencia se veía reflejada en cada palabra que iba dictando. Le jodía muchísimo recordar lo estúpida que había sido en esos años de universidad, preparatoria y más de lo mismo. Ahora probablemente no tenía la misma inocencia de antes. No era más la Camila Cabello de quién podría burlarse. Cualquier tío que la viera se quedaría empalmado sin poder creerse que es la misma Cabello de hace unos años. – eso es todo lo que recuerdo.
- ¿Qué te hizo? – preguntó Lauren. Las palabras le salieron de la boca automáticamente. Había dado en el punto.
- No lo sé... - Camila alzó los hombros y la voz se le hizo todavía más pequeña. – en la mañana estaba en el departamento de Josh, a su lado, pero no recuerdo nada de lo que pasó. Salí de ahí, después de decirle lo muy hijo de puta que era y no me interesó saber lo que había hecho conmigo, aunque probablemente yo ya lo sabía.
Hizo una pausa. No se escuchaba más que el sonido de la televisión encendida y Eli riéndose tras observar las caricaturas.
- Vaya. – balbuceó ella. Camila soltó una media sonrisa.
- Ya pasó, la verdad lo había olvidado hace mucho.
- Sí... pero recuerdas su nombre perfectamente. – le acomodó el cabello tras la oreja. Desde su ángulo podía ver su sonrisa decaída y sus ojos observando el suelo con melancolía. – de verdad... ¿de verdad le has olvidado?
- No significó nada...
- Es que tengo unas increíbles ganas por ir a buscarlo. Lauren abrió más los ojos.
Probablemente era la única persona en el mundo que sabía identificar que las palabras de Lauren iban en serio. La miró de reojo. Estaba endureciendo la mandíbula y parecía bastante tranquila, pero su tono de voz delataba lo contrario.
- ¿Por qué no te conocí antes? – preguntó ella. – en otras circunstancias sí me hubiera gustado que fueras a buscarlo.
- Nunca es tarde nena, podemos arreglarlo.
- No... ya no.
- Eso lo dices tú, pero si me lo pides puedo buscarlo y romperle la cara. Me conoces Camila, nadie toca lo que es mío y mucho menos te deja con ese jodido trauma de por vida. Eres mi chica, anoche me pediste que te tocara... me pediste tantas cosas... no pude negarme, sabes que puedes conmigo de todas las formas posibles, lo único que deseaba era complacerte. Así que lo hice, pero no quise jamás hacerte volver al pasado y que recordaras a ese cabrón, porque yo no soy él Camila, yo sí te quiero, a mí sí me importas, y soy capaz de hacer absolutamente todo para que lo comprendas, hasta ir a buscarlo y hacerle pedir perdón por lo que te hizo. Créeme, a mí también me gustaría oírlo.
Al terminar sus palabras pudo notar como los ojos de Camila terminaban de humedecerse. La abrazó por el cuello, volviéndose a ella y haciendo que Lauren le apretara la cintura.
- Te hice llorar.
- No me digas.
Sollozó suave sobre su hombro al mismo tiempo que sonreía y le acariciaba la nuca con ambas manos.
- Quiero que lo olvides Camila.
- Lo haré. Lo prometo.
-----------
Camila se puso una muda de ropa limpia. Caminaba descalza por la cocina con la música del ipod puesta a todo volumen. La cocina de Lauren podía tener muchas cosas, pero menos algo con lo que se pudiera preparar algo, así que esta y Eli habían salido al super hace ya varios minutos.
Cambió de canción, otra, otra y otra... hasta encontrar alguna que le pareciera conveniente. Pero antes de que empezara la canción que había escogido, escuchó el sonido de su celular proveniente de la habitación. Así que dejó el ipod sonando sobre la encimera de la cocina y corrió haciendo ruido con los pies hasta la habitación. Cogió el móvil y abrió los ojos y la boca al mismo tiempo al mirar el nombre que salía en la pantalla del contestador.
- ¿Travis? – contestó con desesperación.
Al otro lado de la línea se escuchó un: "¡Contéstale o te disparo!" en gritos.
- Camila... – tartamudeó él, en medio de jadeos. – mierda... - se quejó ahora.
- ¿Eres tú? ¿Dónde estás? – preguntó y notó de pronto que los ojos se le habían llenado de lágrimas.
- Necesito que vengas. – pidió. Segundos después se escuchó un grito proveniente de su voz. Un gemido fuerte y claro. - ¡Joder, basta! – gritó en el teléfono.
- ¿Dónde estás? – preguntó Camila una vez más. Cerró los ojos con fuerza tratando de escuchar más allá que solo la voz de Travis.
- Ellos me tienen. – Travis se quedó callado. Camila también lo hizo. Su boca se abrió y de pronto se sintió paranoica de nuevo. Como si tuviera a alguien detrás de ella justo en ese momento. – necesito que vengas o van a matarme.