CAPITULO 2

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La gente voltea a mirarme. Sé que tengo la atención de todos los que están presentes. Sé que tengo la atención de Camila, así que continúo con lo que tengo planeado.

- Gracias. - digo en voz alta al saber que todos me están escuchando. James está a mi lado, no sabe que pensar sobre lo que voy a hacer. Y la verdad, ni siquiera yo misma sé lo que voy a hacer. Solo sé que el alcohol está dando un efecto notorio en mí. - primero que nada quería agradecer a James, presente aquí a mi lado, por confiar en mí todo el tiempo. - estiro mi brazo derecho y lo paso sobre los hombros de James, que sonríe incomodo ante mi inesperada acción. - fue él quien me dio la primera oportunidad de cantar en un club de Jazz, él tiene gran parte de la culpa por estar aquí ahora. - todos ríen y miran a James y a mí con diversión y ternura. A continuación, suelto a James dejándolo en libertad. Mi pecho se hincha. Estoy orgullosa por lo que he logrado por primera vez en toda la noche. Y solo hay una razón para todo ello. Sé que Camila está mirándome y escuchando cada cosa que digo. Pero no quiero mirarla, no quiero que sepa que estoy haciendo todo este maldito ridículo por ella. - pero sobre todo me gustaría agradecer a una persona en particular. - digo lleno de alegría y mirando a todos los que me rodean, en busca de Keana. La necesito a mi lado. - ¿me podrían decir dónde está mi novia? - digo divertida y pronunció la última palabra con fuerza y propiedad. Mi piel se eriza. Sí... esto me gusta, sé que ella lo está escuchando todo.

Keana aparece con una copa de Champagne entre la multitud de la izquierda. Me mira dudosa y creo que reconoce mi tono de voz. Sabe que las copas se me han ido a la cabeza, pero no me dice nada y me sigue la corriente sonriéndome.

- Ven aquí, preciosa. - le llamo y ella se ubica a mi lado. Rodeo su fina cintura con mi brazo derecho y la pego a mí con firmeza. - me gustaría darle las gracias a esta mujer. - observo a Keana con ternura. Mientras ella, aún confundida por mi repentino discurso, me sonríe enternecida. - porque por ella estoy aquí esta noche. Porque por ella, toda mi vida ha cambiado y se ha vuelto mejor. - nos miramos. Varias mujeres atrás murmullan embelesadas por mis palabras. - porque eres especial, preciosa. Muy especial para mí y porque sin ti mi vida seguiría siendo una mentira.

Aprieto a Keana entre mis brazos y beso sus labios suavemente. Ella no mueve los suyos y no sé por qué. Hay algo que le incomoda. Tal vez que yo esté ligeramente ebria.

- Te quiero y gracias por aparecer en mi vida. - digo una vez más después de separarme de ella. Atrás, una camarera ha estado escuchando mi discurso. Así que estiro el brazo y cojo un copa levantándola alto. Y mis impulsos se convierten en palabras. Y de pronto quiero hacerlo. Quiero herir a Camila. Herirla mucho. Herirla con palabras tal y como ella me enseñó. Tal vez porque desde hace mucho llevo guardado ese resentimiento y quiero dejarlo salir antes de que pueda consumirme para siempre. Así que lo hago. Busco su mirada en medio de la multitud mientras todos levantan sus copas junto a la mía. Y nos miramos. Camila clava sus ojos sobre los míos y sé que está llorando. Puedo percibir el brillo de sus ojos y su mandíbula temblando. Y sé qué quiere decirme muchas cosas. Y sabe que yo también quiero decirle bastante. Nos miramos y por un segundo me quedo sin aliento. La estoy viendo después dos jodidos e inmundos largos años. La estoy viendo y no es una alucinación. Y ese pensamiento no hace más que llenarme de melancolía. Mi piel también se eriza. Todo en mí se enciende como un imán junto a un metal. Pero no quiero detenerme. La tengo en mis manos y por primera vez, quiero hacerle daño y terminar con esta mierda de una vez por todas. - me gustaría brindar. - desvío la mirada pero sé que Camila todavía está mirándome. Puedo sentir su reflejo. - Por ella. - aprieto a Keana contra mí, que me mira incomoda. - Porque a pesar de que me he cruzado con gente que no vale la pena... estoy aquí con ella y mejor que nunca en toda mi vida ¡Salud!

- ¡Salud! - se escucha en todo el local.

Todos brindan por mí y toman del champagne. Hago lo mismo y al hacerlo busco con la mirada a Camila en todo el lugar. Pero no hay rastro de ella. Algo en mi interior se enciende y se desespera por no encontrarla. Mis ojos se abren más y empiezo a buscarla con la mirada como un imbécil desenfrenado por todo el local.

- ¿Qué pasa? - me pregunta Keana a mi costado. Pero no logro prestarle la atención debida.

Y estoy perdida. Necesito verla. Necesito saber que está aquí. Joder. No otra vez. Solo pido eso... que no se vaya otra vez... necesito saber al menos por qué está aquí, a qué ha venido exclusivamente...¿ha venido por mí?

Y mis impulsos se convierten en actos. Y una vez más hago las cosas sin pensar. Termino la copa de champagne y la coloco en la bandeja de la camarera que está atrás de mí y de Keana. Y no me importa nada. Ni el tiempo. Ni los errores. Ni ella. Ni yo. Solo mis sentimientos y la razón de por qué Camila está aquí después de tanto tiempo. Y no me importa lo que he logrado, no me importa cuánto daño me ha hecho. Ni cuanto afectó mi vida cuando se fue. Y no me importa todo lo feliz que soy ahora sin ella. Solo hay algo que quiero hacer y sé que si no lo hago ahora, probablemente no puede hacerlo nunca más.

Y de pronto estoy corriendo rápidamente, escabulléndome entre la multitud. Sé que atrás de mí muchas personas se me han quedado mirando al igual que seguramente Keana lo está haciendo. Te lo juro nena, voy a explicarte todo esto cuando llegue a casa.

Y corro desesperada hasta llegar al umbral de la puerta de cristal del club de jazz, abro las puertas y afuera está lloviendo. Y sé que no debe estar muy lejos. Trago saliva... solo hay una decisión que está en mis pensamientos ahora.

Puedo dejarla ir y olvidarme de todo esto, o ir por ella para enfrentarla por última vez.

Y esa noche, la segunda opción se apodera de todos mis pensamientos.

TENTATION 3 CAMREN G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora