CAPITULO 19

825 51 0
                                    

¿Dónde mierda he dejado el Mustang? Lo busco con la mirada pero hay tanta gente que no puedo reconocer mi propio auto.

La cabeza me da vueltas. Tengo el alcohol tan metido que no puedo ni siquiera caminar. Pero lo hago, en busca de mi auto.

Cuando lo diviso... mierda, está totalmente abollado. Tiene todas las lunas rotas. Tanto el parabrisas como las ventanas piloto, copiloto y traseras. Además, tiene una gran línea tosca que parte desde la maletera hasta la puerta piloto en ambos lados. También está abollado por ambas puertas. Han jodido mi auto.

- ¡Joder! - grito y unos que pasan por ahí se quedan mirándome. Pongo mis manos sobre la cabeza y me recuesto sobre la puerta del auto abollada.
No sé qué mierda hacer. Trago saliva y siento que hay alguien detrás, observándome.

- Eh, tú, gilipollas. - me llama uno. Volteo y hay uno de los tipos que han tratado de defender a Jeremy.

Entonces es lo único que puedo recordar. Lo demás, todas son escenas que pasan por mi mente y no puedo asegurar que sean ciertas. Me golpea y caigo al suelo. La vista se me nubla, puedo ver mi auto abollado y al imbécil que acaba de golpearme salir corriendo de ahí... y todo se hace negro... y de pronto no hay nada más que oscuridad ante mis ojos.

---------------

6. a.m

- ¿Señorita Cabello? - Camila se levantó del asiento de espera. La enfermera, joven y guapa, se acercó a ella y leyó una tabla de apuntes.

- Soy yo. - dijo nerviosa. - ¿Cómo está? ¿Qué ha pasado?

- Mejor. Ya está consciente y... uhm... ¿es usted pariente de ella? Hemos encontrado su número primero en la lista de llamas recientes. - le explicó.

- Soy su novia. - mintió y trató de no ponerse más nerviosa.

- Vale. Bueno... la paciente es en realidad una de las más inquietas que hemos tenido aquí. - renegó y negó con la cabeza.

Camila soltó aire. Debía ser difícil tener a Lauren en un mismo lugar y encima tratar de curarla...

- Al parecer la paciente Jauregui  ha estado en una de las zonas más peligrosas de New York ayer y ha sido víctima de un asalto. Su auto está completamente destruido y en un taller ahora, no se preocupe.

Pero sus palabras no podían calmarla. Hace unos minutos había recibido una llamada urgente del hospital diciéndole que Lauren estaba inconsciente y en un estado bastante riesgoso. ¿Y le pedía que no se preocupara?

- ¿Puedo verla?

- Sí, cla...

En ese momento, la paciente más inquieta que había tenido jamás ese hospital salió arrastrando los pies de su propia habitación.

Su pómulo derecho estaba hinchado y tenía un movimiento lento al caminar. Levantó la mirada y vio a Camil. Estaba molesta e irritada, se leía en su mirada. La miró y se quedó atónita. ¿Qué hacía ahí?

- ¿Ya me puedo ir? - dijo sin mirar a la enfermera.

- Sí. La verdad es que ya está mucho mejor. Esta es una lista de lo que debe tomarse. - le dijo a Camila y le pasó la lista de medicamentos. - tiene algunos hematomas en la espalda, pero nada que no se cure.

- De acuerdo. Muchas gracias. - sonrió Camila a la enfermera. Esta se retiró haciéndole una señal a Lauren con la mano, la verdad es que estaba muy estresada por el comportamiento de esta.

Y se quedaron solas. Después de la conversación de anoche no había nada que pudiera decirse...

- Me alegro que estés bien. - le dijo ella. Y parte de eso, en realidad todo... era cierto. Estaba bien y no había nada que le reconfortara más. Quería sonreírle. Limpiarle las heridas. Quería besarla.

- ¿Qué haces aquí? - preguntó Lauren.

- Me han llamado porque estoy primera en tu lista de contactos. - respondió ella.

- ¿Han llamado a Keans? - preguntó de nuevo esta vez preocupada. Joder Keana... debía estar molesta, irritada y preocupada...

- No lo sé.

- Vale. No quiero que le digas nada de esto. No quiero preocuparla.

- Va a enterarse, tu auto está en un taller ¿Dónde has estado anoche? - le preguntó realmente molesta.

"Tratando de olvidarte"

- ¿Qué te importa? - levantó los hombros y caminó en dirección al siguiente pasillo del hospital, completamente vacío. ¡mierda! Ya no tenía auto... ni dinero, todo lo había gastado en esas jodidas horas de internamiento hospitalario.

- Me importas Lauren y me da realmente igual que estés molesta por lo de ayer ¿entiendes?

Esta se la quedó mirando. Podía recordar fragmentos de toda la noche pasada... maldita noche...

- ¿Te preocupa?

- ¿El qué?

- Que esté mal.

- Sí. Mucho. Por favor deja de ser tan grosera conmigo y...

Pero ella había aplastado sus labios sobre los de Camila. Sus manos enredaron la cintura de ella suavemente y con cuidado. Los senos de ella quedaron atrapados su cuerpo. Y la besó. Sensual, intenso. Introdujo su lengua en la de ella y dejó que le tocara la espalda hasta llegar a su nuca y que pasara sus dedos por ella. Gimió. Maldita sea. Esto era mucho. Ambas lenguas hicieron contacto y fue eso suficiente para que supiera que tenía tantas ganas de hacerlo con ella. No importaba el dolor que sintiera en la mandíbula, esto era más fuerte.

El hecho de verla ahí, a primera hora de la mañana y preocupada por ella le hacía enternecer tanto. Era su chica... sí vamos, claro que lo era... Camila siempre sería su chica, a pesar de las peleas, aun había bastante por aclarar, bastante por decirse...

Aplastó sus manos en todo su cintura e hizo que su cuerpo se frotara contra el suyo, haciéndole notar su erección. La sobó contra ella suave mientras le devoraba la boca. Todo esto era tan torturador. Solo la ropa impedía que se introdujera en su delicioso cuerpo.

- Vámonos. - le dijo ella. Su voz ronca delató su excitación. Sí. Quería esto. - vámonos lejos, solo hoy... quiero aclarar las cosas contigo Camila.

TENTATION 3 CAMREN G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora